La Muerte de Scott Walker
La Muerte de Scott Walker
Dispersión Caprina
Por: Erreh Svaia
Pocos al día de hoy sabrán quien es Scott Walker, su nombre
dirá poco o nada a muchos, pero al final de cuentas de lo que se trata es de la
influencia y la trascendencia, y cada vez que escuchamos la música del belga
Jacques Brel cantada en inglés o en español, tendríamos que pensar en Walker,
cada vez que escuchamos a un cantante pop adentrarse en el mundo de los experimentos
musicales, tendríamos que pensar en Walker; Cada vez que pensemos en David
Bowie, Brian Eno, Bat for Lashes, Pulp, Radiohead, Julian Cope, Marc Almond, Joy
Division, Ultravox, entre otros, tendríamos que pensar en Scott Walker; La
carrera de Scott Walker inició con los Walker Borthers, banda de pop de los
años 60s, al estilo de los Righteous Brothers; Su apellido no era Walker, sino
Engel, pero adoptó el Walker desde ese momento (al igual que sus otros dos
compañeros de grupo), los Walker Brothers; Mientras los Beatles se hacían
famosos en los EEUU, los Walker Brothers se hacían de gran fama en el Reino
Unido con un sonido similar al de la “pared de sonido” de Phil Spector; Para
finales de los 60s, Scott arrancaba su carrera en solitario con una serie de 3
legendarios discos en los cuales iría desde el sublime pop orquestado de su
anterior grupo, pasando por la enorme influencia de la “chanson” francesa y de
Jacques Brel (de quien sin duda alguna se convertiría en su principal
interprete en el idioma inglés) y terminando con sus propios temas en un disco
número 4, algunos de ellos brillantes, pero generalmente incomprendidos por su
singular inclinación hacia el vanguardismo, cada uno mostrando una audaz
evolución rara vez vista en un artista del calibre de Scott, principalmente
influido por los sonidos de la música clásica y los cantos Gregorianos, que
formarían gran parte de su estilo vocal en lo sucesivo, el resultado fue un
disco 4 poco alabado por las masas, un Scott que buscaba de alguna forma un “suicidio
artístico”, creando temas no muy aptos para las adolescentes que aún le seguían
de su época con los “Bothers”, Camus, Bergman, Pasolini y los horrores del bloque
Soviético se convertirían en los habitantes de los temas de Scott que las masas
repudiaron.
Scott comenzaría a dar pie a su legendaria fama de ermitaño,
cada vez más alejado del público y de la prensa, con alguna que otra aparición
sorpresiva como la inesperada e inusual reunión de los Walker Brothers y el
disco Nite Flights a finales de los 70s, que marcaría una nueva etapa en el
sonido de Scott, y que sin duda se convertiría en un claro indicador de hacia
dónde evolucionaría el pop, con los temas de Scott sobresaliendo y llamando
poderosamente la atención de gente como David Bowie y Brian Eno, éste último,
alguna vez apuntado a colaborar con Scott, aunque nunca se materializó ésta
colaboración; Cientos de grupos tomarían nota de los temas de Nite Flights a
cargo de Scott y serían gran parte de los arranques de la estética de géneros
como el rock gótico, el post punk , la new wave y la naciente música
electrónica (en cierta forma, algunos piensan que la trilogía berlinesa de
David Bowie, arranca realmente con Scott Walker y el Nite Flights, que Bowie versionaría
más adelante).
Para los 80s, Scott
ya se había convertido en la leyenda oscura que muchos conocimos hasta hoy en
día, un músico misterioso y recluso que gustaba darnos curiosas sorpresas en
sus poco frecuentes discos, que al igual que Lou Reed, parecía disfrutar de
retar a sus fieles escuchas con discos crípticos y monumentales como Tilt o The
Drift, discos profundamente experimentales y de verdadero terror, con un Walker
tomándose un sinfín de libertades (golpeando canales de cerdo como percusión
para algunos temas, inspirándose en la horrenda muerte de Mussolini para otros),
encontrando un nicho alejado de la comercialidad con una audiencia reducida,
pero fiel, discos lanzados con casi 10 años de distancia entre sí, también soundtracks
con inesperados giros musicales como Pola X, The Childhood of a Leader o Vox
Lux; Su último disco solista sería el poderoso Bish Bosch, equivalente musical
de lo que bien podría ser una película de David Lynch, dotado de la oscuridad y
el coraje experimental que solo Walker sabía asumir y que consiguió llamar la
atención de toda una nueva generación de músicos, línea directa a lo que podría
ser el momento más iconoclasta de su carrera, un disco llamado Soused, en
colaboración con los músicos experimentales de “drone” llamados Sunn O))), tal
colaboración sin duda se convertiría en un parte aguas del calibre de la del maestro
Lou Reed con Metallica, sólo que mientras Metallica eran ya una banda popular y
caída en desgracia, al grabar con Reed, Sunn O))) continuaba siendo una banda
“underground”, muy apreciada en los
círculos vanguardistas de la música experimental, al sumarse de forma
inesperada Walker.
Hoy la vida de Walker llega a su fin y su leyenda posterior
inician, un músico “Darwinista” que evolucionó como pocos, que innovó como
pocos y que es respetado y venerado por un selecto grupo de músicos que siguen
fielmente su escuela de evolución radical y disruptiva, cada disco de Scott, dispersos
y poco frecuentes se vuelven más y más valorados con su pérdida, cada disco de
Scott una lección, cada disco de Scott, una joya, la eternidad es el límite.
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