La Curiosidad
La Curiosidad
Dipersi贸n Caprina
Por: Erreh Svaia
Cuando era ni帽o, sol铆a “bombardear” a mi padre con incontables
preguntas justo a la hora de irme a al cama, el ritual de “pregunta y respuesta”
iba hasta que me venc铆a el sue帽o o mi padre se cansaba y me dec铆a que ya me
durmiera y que al d铆a siguiente continuar铆amos, era una batalla entre la
paciencia de mi padre y mi innata curiosidad, recuerdo muy bien una de las
dudas que m谩s aquejaba mi mente en aquel entonces, “¿De qu茅 material tendr铆a
que ser una nave espacial para poder llegar al Sol’”, “¿De Agua?”, “No, porque
se evapora”; “¿De Acero?”, “No, porque se funde…” y as铆 pod铆a pasar hasta m谩s
de una hora, la curiosidad de un ni帽o es infinita, as铆 es como aprendemos,
adem谩s de mediante la observaci贸n, la curiosidad es el m煤sculo que de forma
constante nos ha arrojado a avanzar, a movernos hacia adelante, esa curiosidad
que venci贸 nuestros miedos y nos sac贸 de la “comodidad” de las cavernas (¿Alguien
vio los Croods?) Esa curiosidad que nos hizo probar la carne comida de alg煤n animal
atrapado durante alg煤n incendio, esa curiosidad que nos hizo acercar una vara
al fuego provocado por la ca铆da del alg煤n rayo, esa misma curiosidad ha sido el
viento tras las velas de nuestra humanidad por siglos, nuestro verdadero motor
interno.
Como un m煤sculo, si no se trabaja se atrofia, y pienso que
ha medida que pasan los a帽os y nos adentramos en el sistema educativo, nuestro
m煤sculo, dependiendo de 茅ste sistema y del est铆mulo de nuestros padres y de
nuestro entorno, se puede atrofiar, se empieza a perder y comienza a desaparecer,
el sistema educativo, en un punto nos hace creer que lo sabemos todo, nuestros padres
tal vez se rinden cuando ya no son capaces de responder nuestras dudas sobre la
F铆sica o la Qu铆mica, y el entorno podr铆a en alg煤n momento volverse poco estimulante
para nuestra curiosidad, nos volvemos flojos y dejamos de ejercer el uso de ese
m煤sculo, el miedo se vuelve m谩s poderoso y comienza a volverse una constante el
que no queramos preguntar algo por temor a vernos tontos, ignorantes o
rid铆culos, y as铆, ese “no querer parecer tontos por 5 minutos” al preguntar, se
vuelve un permanecer ignorantes de manera prolongada.
En uno de sus libros, Stephen Covey hablaba de “mantener el
hacha afilada”, y esa met谩fora funciona en muy diversos niveles, funciona
cuando hablamos del conocimiento, funciona cuando hablamos de nuestras
habilidades, funciona cuando hablamos de la condici贸n f铆sica de nuestro cuerpo
y funciona cuando hablamos tambi茅n de nuestro “m煤sculo de la curiosidad”, de
nuestra capacidad de seguir haciendo las preguntas adecuadas para poder seguir
aprendiendo, para poder seguir provocando el pensamiento activar la raz贸n,
cuando dejamos de preguntar, dejamos de aprender, dejamos de comprender nuestro
entorno, dejamos de actualizarnos y sobre todo, dejamos de estar conectados con
el mundo que nos rodea, nos cerramos y poco a poco nos vamos volviendo obsoletos,
hay qui茅n dice que preguntar es un arte, posiblemente el hacer buenas preguntas
lo sea, tambi茅n es un arte el buscar recuperar esa curiosidad innata que sol铆amos
tener, dejar a un lado lo que damos por sentado “que ya sabemos”, y cuando
asumimos con humildad la tarea de volver a aprender algo nuevo.



Comments
Post a Comment