Tener Buena Ortografía es Calidad
Tener Buena Ortografía es Calidad
Dispersión Caprina
Por: Erreh Svaia
Varias décadas desde que salí de la Universidad llevo escuchando
la palabra “calidad” muchas veces, los encargados de cuidar la “calidad” en
empresas que conocí, eran los personajes que considero menos congruentes con el
término, desordenados, mal peinados, mal vestidos, mal hablados, mal
físicamente y sobre todo, con una pésima ortografía, si eres el encargado de la
calidad en un negocio, en una empresa, en cualquier sociedad, lo mínimo que
esperaría es que escribieras con buena ortografía, siempre y en dónde sea;
Mucho se habla sobre calidad como “hacer las cosas bien a la primera”, que sin
duda se conecta con la filosofía de entrenamiento de alta intensidad o “heavy
duty” desarrollada por el Mr. Universo Mike Mentzer, si haces una serie de un
ejercicio, llevando al músculo a su punto de fallo, no hay necesidad de hacer
una serie más, hiciste las cosas bien a la primera, o cómo explicaba Mentzer,
enterraste un clavo al primer golpe ¿Para qué dar un golpe más?, Así es como
Mentzer explica el ejercicio hecho con calidad, máximo aprovechamiento y cero
desperdicio o “re trabajo” como se suele decir.
Hoy en día, con la popularidad de las redes sociales, el
idioma escrito se ha vuelto más prominente, hablamos menos, tal vez, y
escribimos más, lo cual me encanta, sin duda, pero deja expuesto la falta de
entendimiento de la ortografía de muchas personas, el atentado terrible hecho
contra el idioma español y sus reglas básicas, una deformación, o un desprecio
total por el idioma español, lo he detectado con mis hijos en ocasiones, “¿Para
que me preocupo por acentos si no lo va a ver la maestra?”, “¿Para que preocuparse
por los puntos y comas si es Whatsapp, Twitter o Facebook?”, Pero como dijera
Henry Ford: “La calidad es hacer las cosas bien aunque nadie te esté viendo”, y
es así como mucho de esa persona con la que tratamos de comunicarnos, se pone
en evidencia en el cuidado mismo que pone esa persona en lo que está
escribiendo, ahí es dónde la calidad personal realmente comienza, en lo más
común, en lo más personal, en lo más cotidiano.
Es comprensible considerando que en nuestros tiempos de alto
flujo de información, muchos se vuelven menos selectivos, aceptan mensajes de
éste tipo, y peor aún responden de la misma forma, adoptando el mismo nivel de
descuido y atentando de la misma forma contra el idioma, ahora bien, al misma
situación actual lo provoca, considerando que muchas veces, gran parte de los
comentarios en redes sociales proviene de los llamados “bots” o personas
contratadas para “crear tendencias” a través de “ataques” de comentarios, ¿Y
cómo no habrían de tener mala ortografía éstos “bots”, considerando que muchas
veces no son nativos del país en el que estamos?; “¿Y ke himporta komo ezkriba?” Dirán los “bots”, importa porque
mediante la buena ortografía nos podemos proteger de estos agentes
manipuladores, nos permite asumir hasta cierto punto que, quien lo escribe, ni
siquiera es nativo de nuestro país.
La ortografía es un arte, es un gusto, es un honor, es
esgrimir de manera correcta nuestro idioma nativo, honrarlo y venerarlo, además
de cuidarlo, no cualquier puede usarlo y tener dominio de él, y esa es la esencia de este
arte, no escribir con calidad, de entrada, para mi ya da una pésima señal de
quien trata de comunicarse con nosotros, ya implica un obstáculo y la falta de interés
por parte de quien nos comenta algo, sobre el mismo tema, además en una época en
que el software de escritura ya tiene auto correctores, al igual que los
smartphones, escribir así de mal ya raya en lo patológico, o en lo maquiavélicamente
planeado, no por nada decía Aristóteles que la calidad no es un acto, sino un
hábito”, agregaría yo, “Aunque nadie te vea” (o lea.)
La llave que té abre todas las puertas.
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