Cadena de Errores



Cadena de Errores

Por: Erreh Svaia

CRANEOSCOPIO

Podemos hablar de la pésima estrategia con la que inició el gobierno federal, su “combate” al nuevo coronavirus, habiendo tiempo suficiente para accionar medidas correspondientes, se prefirió vivir en la negación, acudir a supersticiones y aún al día de hoy, se sigue sin considerar una adecuada estrategia integral para enfrentar la posible crisis económica en que derivará la actual crisis de salud, se piensa que ya se ha “domado” al virus y que la curva ya se ha “aplanado”, esto mientras se siguen registrando  incrementos récord de contagios (al día de hoy, casi 30,000 reportados) y de muertes día tras día.

Parte de la cadena de errores por parte del gobierno inició con la tibia reacción que se tuvo al inicio de los contagios, cuando no se decidió actuar de manera firme ante la información existente y se permitió la realización de eventos masivos, como conciertos, de donde se sabe, se originaron los primeros casos, alguno de ellos, derivando en muertes, a ello seguiría el negacionismo y la ignorancia por parte del presidente, que un día alentaba a la gente a salir a las calles, y el otro señalaba que era mejor permanecer en los hogares.

El estilo de vida latino ha traído sin duda dificultades para atajar el avance de los contagios, a diferencia de países orientales o europeos del norte, las poblaciones de países como Italia o España, acostumbran el contacto físico, las reuniones constantes entre familia y amigos, y sin duda, romper con esas tradiciones muy arraigadas debió ser causal de las situaciones tan graves que vivieron países como España e Italia, que impusieron lamentables récords de contagios y de muertes, una situación muy similar se presenta en América Latina, derivada de esas tradiciones que hemos heredado, sumado esto a una tremenda cadena de desinformación que se ha presentado, falta de acciones concretas, coordinadas y contundentes por parte del gobierno federal y estatal.

Podríamos decir que el inicio de la epidemia en México ha coincidido con fechas claves en el calendario que pudieron ser oportunidades, y que se han convertido en sendos tropiezos, empezando por la semana santa, una de las fechas de descanso más importantes en el país, en el que es común salir a otros lugares a vacacionar, acudir a iglesias y a centros de esparcimiento que suelen abarrotarse, lo cual en suma, la movilización y aglomeración de la gente, disparó 14 días después, parte de los primeros picos de contagio registrados, lejos de que se hubiera podido aprovechar éstos días de inactividad, para realmente “destruir” la curva, la tibia acción del gobierno y la falta de información en la población, sumó a los contagios en lugar de mantenerlos bajos.

Hace dos semanas, en Nuevo León, con el supuesto fin de reducir la presencia de personas en las calles, los horarios de las rutas de transporte público fueron restringidos, se disminuyó el número de unidades y en lugar de reducir el flujo, el grave error de cálculo provocó una saturación en camiones y en el metro, lo cual, en momentos ya críticos de contagio, lejos de ayudar, se convirtió en un posible nuevo detonante de casos en la región, que incluso nos da a pensar en el reciente contagio de más de 50 personas de la tercera edad en un asilo, en el que se presume inició con el contagio de una de las trabajadoras del lugar, cuyo medio de movilidad es el transporte público, aunque el gobierno estatal recapacitó y replanteó su estrategia, un mal calculo al inicio sin duda trajo consecuencias dos semanas después, que aún estamos presenciando.

La siguiente fecha fue el “puente” del 1 de mayo, día de asueto, que se sumó al 30 de abril, día del niño y a la quincena, día en que muchos trabajadores reciben su sueldo, éste nuevo periodo vacacional, nos trajo un intenso flujo a lugares como expendios de pasteles y de pizzas, alimentos favoritos de los niños, así como reuniones entre amigos para asado de carnes y consumo de alcohol, las posibles consecuencias de éste nuevo periodo festivo y vacacional, las empezaremos a ver las próximas semanas, lo preocupante aquí tal vez, es que lejos de reducir la intensidad de los contagios y la duración de la contingencia y paro de la economía, ésta cadena de “errores” lo que está haciendo de forma constante es empujar el alza de contagios y extender aún más la contingencia, cuyo fin, se avizora tentativamente ya no a finales de mayo, sino hasta inicios de agosto, si consideramos que estamos a un par de días del 10 de mayo, día de las madres, día en que en México se acostumbran las reuniones familiares de hijos y nietos en torno a la madre, más carnes asadas, consumo de alcohol, movilización, aglomeraciones de gente, visitas a restaurantes y a panteones, la posibilidad de sumar a la cadena de errores es alta, y si consideramos que a diferencia de los países asiáticos, el latino gusta de la interacción social cercana y desdeña la disciplina estricta, a diferencia de los países nórdicos, carecemos de un sector salud robusto, eficiente y vasto, la extensión total de la contingencia podría ser mucho mayor de lo que imaginemos, el número de contagios y muertes podría ser mucho más grande debido a la proliferación de enfermedades en el país como la diabetes y la hipertensión, además de que gran parte de la población sufre de obesidad, por si fuera poco, carecemos de la tecnología de detección, rastreo y seguimiento que han sacado adelante a países como Taiwán o Corea del Sur, peor aún no podemos controlar nuestras fronteras como ha hecho Nueva Zelanda, debido a nuestra cercanía con los EEUU, que “mueren” por reactivar la economía, de acuerdo a los deseos de Trump.

Eso, y que si llegamos con esta contingencia hasta Agosto, el descenso de temperaturas sólo coadyuvaría a agravar la situación.           

 

 


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