¿Conveniencia u Obsolescencia?


¿Conveniencia u Obsolescencia?

Por: Erreh Svaia

EVOLUCION MEXICANA

El modelo conocido como C-Store o tiendas de conveniencia es un exitoso modelo que cadenas como 7-Eleven y Oxxo han manejado por décadas con éxito en México, otras como Súper City o Extra, parecieran aún no encontrar el rumbo o simplemente han desaparecido, a pesar de la inseguridad, las C-Stores han salido adelante y han crecido fuertemente en el sur y centro del país, al tiempo que en el norte se siguen consolidando y expandiéndose, hoy en día, éste formato de tiendas parece estar llegando finalmente a una encrucijada que pudiera definir su destino futuro, una vez más, la crisis sanitaria por el avance del brote del nuevo coronavirus, ha servido como detonante para “adelantar el reloj” unos años, y poner en marcha a la brevedad posible esos planes que teníamos guardados para dentro de 5 o 10 años.

Hace más de 10 años pude ser testigo de como esa vieja tiendita de la esquina a dos cuadras de casa de mi padre, iniciaba su pequeña “revolución”, contaba con un “vochito” y dos motocicletas con las cuales empezó a entregar a domicilio las compras que los clientes realizaban vía telefónica, esto fue mucho antes de que incluso las cadenas de autoservicio como Soriana, HEB o Walmart lo empezaran a considerar, esa pequeña tiendita de la esquina, empezó a cubrir gran territorio, y se podía ver al “vochito” o a las motocicletas en otras colonias, así, la tiendita crecía en influencia sin la necesidad de abrir otras sucursales, por si fuera poco, la tiendita empezó  vender hamburguesas y tacos preparados, por lo que la mejora continua la fue consolidando poco a poco.   

Hay que señalar que muchas de las C- Stores actuales cuentan con muchas deficiencias, siguen muy enfocadas a la venta del abarrote tradicional, a la venta de fast food tradicional, el modelo de mostrador sigue poniendo al encargado de la tienda como “intermediario” entre el cliente y el producto, por lo que lejos de abrazar la modernidad del “autoservicio”, parecería que el modelo se remonta al antiquísimo concepto de las tiendas antiguas que veíamos en las películas en blanco y negro en la que un personaje de origen ibérico atendía a los clientes recargado en la barra del mostrador, por si fuera poco, los productos en venta siguen siendo los mismo de años atrás, botanas y frituras, bebidas azucaradas y refresco de cola, además de panadería, la oferta apuntada a una mejor propuesta de artículos que no coadyuven en problemas de salud que afectan a la población, como obesidad, diabetes e hipertensión, es nula.

El servicio a domicilio ha sido una fortaleza de muchas tienditas de la esquina por años, para las grandes cadenas de C-Store de la localidad ésta no parece ser atractivo y prefieren seguir llevando a los clientes a sus tiendas para experimentar pasillos atascados con exhibidores ante la falta de espacio, estacionamientos ocupados por camiones repartidores de los proveedores, y las acostumbradas filas debido a que a pesar de existir por lo regular dos cajas, sólo una de ellas es usada, lo cual en definitiva, le quita la “C” de conveniencia al modelo que pretende ejecutar, pareciera que la modernidad no hubiese llegado a éste formato adaptado a la idiosincrasia mexicana, al grado de que no hay una posible aplicación que permitiese colocar pedidos en línea y recibirlos en la casa, no se usan los espacios para servir como plataforma de venta y distribución de comida rápida de otras cadenas de preparación de alimentos, y ni que decir de la posibilidad de utilizar la red de sucursales, la posible incursión de unidades móviles y la aplicación de logística de “última milla” que pudiera servir para implementar un servicio de posible paquetería local.

¿Alguien dijo de abasto de energía para autos eléctricos? ¿Sistemas predictivos de compra en tienda? ¿Más automatización? ¿Una mejor selección de marcas propias y artículos diferenciados?, ¿Impulso a alimentos más sanos? ¿Eliminación de efectivo en las compras? ¿Ingreso a economía circular?, ¿Venta y distribución de productos fabricados en las llamadas “cocinas fantasma”?,¿Espacios para venta y practica de juegos de video?, ¿Uso de empaques sustentables? 

Lo más que pudimos ver crecer a nuestras C-Stores, fue cuando implementaron la venta electrónica de tiempo aire para teléfonos móviles, o el pago de servicios como el agua, la luz o el gas, lo cual es una “ventaja competitiva” engañosa, ya que en cualquier momento las compañías de telefonía móvil podrían implementar la venta directa de tiempo aire, además de que mucha gente ya “domicilia” sus pagos de servicios directamente a sus tarjetas, lejos de pensar que conceptos como el “grab & go”, “tomar y retirarse”, impulsado por Amazon Go! De Amazon, pudieran llegar a estas cadenas de C-Stores, lo que seguramente pasará es que las tienditas de la esquina encuentren primero un modelo similar y dejen atrás el lento avanzar de las grandes cadenas, las cuales se pudieran beneficiar de estos modernos sistemas gracias a su agilidad, y su pragmatismo, algo difícil de esperar que una gran cadena con más de mil tiendas podría entender, asimilar y adaptar en el corto plazo.

Vemos como esas tienditas, aplicaciones como Rappi y Uber Eats se han adueñado de ese enorme vacío dejado por lo que las C-Stores han dejado de hacer, se conformaron con hacer los mínimo y quedarse dentro de una caja muy chica, en la que hubo abundancia por las altas y bajas económicas del país, en las que la compra calculada en los autoservicios daba pie a olvidos y desabastos en los hogares y esto se traducía en la compra en la C-Store, hoy en día, que la compra se resuelve en línea con un click, difícilmente veremos esa derrama tan generosa en las tiendas, la disponibilidad gracias a las aplicaciones de entrega a domicilio les restará atractivo como opción de comida, y adicional a eso, el gran número de sucursales (a las cuales al día de hoy, la gente visita menos por el confinamiento) pesará en crisis como la actual, en el momento de pagar rentas, para las tiendas de conveniencia el momento para reinventarse es ahora, la crisis económica que se vislumbra una vez que termine la crisis sanitaria, podría ser aún más dolorosa. 

 


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