Anihilator- Feast (2013)
Anihilator-
Feast (2013)
Recuerdo que solía decirse que Anihilator
era la versión canadiense de Metallica, y miren que hasta este 2013, luego de
escuchar los primero riffs de
Deadlock caigo en cuenta de que así es, Deadlock parece bastante el reciclaje de
riffs del clásico Whiplash de
Metallica, del Bonded By Blood de los Exodus, interpretados por una banda con el
hijo de Tom Araya y Henry Rollins al frente, una combinación en verdad letal y
fresca que para nada suena obsoleto a pesar de tener todas sus raíces en el thrash metal de los 80s, y resulta
fascinante que estos canadienses consigan actualizar el legendario genero de
una manera tan eficaz y devastadora.
Un manejo impresionantes de baterías,
ritmos intensos y guitarras densas y furiosas son la principal fortaleza de
esta banda, pero no podemos hacer a un lado el impacto que nos causa su
vocalista quien suena tan furioso e intenso como el ya mencionado Tom Araya de
los LEGENDARIOS Slayer, aunque conservando siempre su propia identidad, como lo
demuestran en No Way Out, un tema ágil y dinámico, me atrevería a decir muy en
la línea de ENORME Painkiller de los Judas Priest, con esas baterías como
maquinas siniestras de alta precisión y las guitarras afiladas como alambre de
púas.
Smear Campaign muestra un rango dinámico
mayor, por momentos manteniéndose estático suspendido por las guitarras y una
batería pausada y después arrancando a toda velocidad encabezados por la bestia
que tienen como vocalista que consigue sacarle una memorable melodía a este caprichoso
y particular tema, en el cual la banda se permite explorar un sin fin de
posibilidades sonoras dentro del tema, No Surrender es otra pieza sorprendente
con una inclinada influencia del funk
y un poderosos trabajo de bajo, algo un tanto desconcertante para amantes del thrash, pero la banda rápidamente añade
poderosas guitarras y ritmos intermitentes que parecieran retomar algo de la
furiosa dinámica intensa de guitarras, bajos y batería que ponían en exhibición
los legendarios Pantera, sin duda aquí una gran influencia en este tema.
La influencia de Henry Rollins es palpable
en la introducción hablada del tema Wrapped, sin duda un tema de intensa
amargura que denota un vocalista que ha estudiado de manera ferviente al ex frontman de los LEGENDARIOS Black Flag,
sin duda poniendo en uso de mejor forma las lecciones furiosas de Rollins de
mejor logradas de lo que lo hiciera Anselmo en sus época con las leyendas
tejanas, aunque el disco tiene un curioso descalabro en Perfect Angel Eyes, que
no por ser balada debilita la visión de la banda y la calidad del disco,
recordemos que en la época de apogeo del thrash
hubo buenas baladas saliendo de este genero, como Fade to Black de Metallica o
The Ballad de los Testament, es sólo que este tema carece de la fuerza de los
dos temas mencionados y más parece una de las llamadas “power ballads” que bandas
como Scorpions, Dokken o Skid Row hacían en los 90s.
Demon Code trata de recuperar el paso y
aunque de inicio suena más a un tropiezo, rápidamente recupera la furia y la
intensidad, e introduce un ritmo bastante hardcore
que sin duda vuelve a meter en cintura al disco y nos pone nuevamente en la
senda de alta velocidad, aunque Fight The World prende las alarmas nuevamente
con su melosa melodía de introducción, la cual rápidamente, por fortuna es
sustituida por más descargas vulgares de alta velocidad, en uno de los momentos
más thrash el disco, estupendamente
ejecutado por la banda.
Feast es precisamente como su título lo
indica, todo un festín de música thrash
de primera calidad, un disco que pide una oportunidad de escucha y que sin duda
recompensa al que se la otorga, una banda que no sacrificio sus ideales y que
siguió por la senda del thrash metal,
es probable que así es como una banda como Metallica debiera sonar si no
hubiera sufrido tantos descalabros después del Black Album, aunque
probablemente de haberse mantenido dentro del mundo del thrash, Metallica seguiría de gira con bandas como estos
Anihilator, Voivod o Testament y no hubieran hecho ese estupendo disco como
acompañantes del MAESTRO Lou Reed, unas por otras, un disco brillante sin duda
y con un curioso tema final en One Falls, Two Rise que debiera dar una lección
a James Hetfield de cómo debió sonar Unforgiven.
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