Poco Pan y Mucho Circo
Poco
Pan y Mucho Circo
La verdad no se que pensar, la visita del
Papa Francisco a Brasil es una obvia cita programada para revisar intereses que
a fin de cuenta podría tener una doble agenda, por un lado obviamente el
Vaticano ha sufrido fuertes reveses en años recientes, con escándalos sexuales,
financieros, y la renuncia de Benedicto, obvios tropiezos que ha ido mermando
cada vez más la base de seguidores de la Iglesia Católica y poniendo en
evidencia su retorcida base, y por lo que no debería sorprender a nadie que el
Papa haya decidido que su primer visita sea precisamente al país con más
católicos en el mundo, con el fin de reforzar y cuidar el lugar que
precisamente al día de hoy, le da más adeptos, por otro lado funciona esta
visita a la perfección para atenuar las recientes revueltas sociales que el
país ha experimentado ante las duras medidas económicas del gobierno, los
tropiezos en cuanto a crecimiento a nivel mundial del país y lo que se percibe
como una incongruencia total en los gastos destinados exorbitantes destinado a
la preparación del país como sede del mundial de fútbol.
Los brasileños nos han demostrado que como
país van llegando a su madurez y que si bien en el pasado el fútbol era su
vida, ahora hay otras cosas más importantes, primero estar el bienestar de la
nación y da gusto descubrir que las juventudes que crecían soñando ser
futbolistas, ahora crecen y sueñan con ser ingenieros, doctores y abogados, y
exigen por lo tanto, una mejor economía que ayude a crear empleos y bienestar, ya
no se le engaña a brasil con el fútbol, ya no es tan fácil engañarlos con “pan
y circo” (aunque no estaría nada mal que Francisco les llevarà algo de “pan” y
nada de “circo”), pero el truco de la religión definitivamente ha resultado más
exitoso, ya que gracias a Francisco pareciera que las revueltas han cesado, o
tal vez la atención a estas ha sido desviada.
Lo oscuro de esta visita es que sucede al
tiempo que se desatan más escándalos en el vaticano, con la reciente noticia
que revela el oscuro pasado del monseñor Battista Ricca, a quien Francisco
designó personalmente como su hombre estratégico para “componer y enderezar”
las corruptas corrientes que ponen en entredicho la honestidad y limpieza del
banco del vaticano, que de sobra se sabe han servido como medio para lavar
dinero, ahora Ricca enfrenta las acusaciones sobre la salida a la luz pública de
su pasado homosexual y su relación con uno de los miembros de la guardia suiza.
Pareciera que Francisco trata de dar un
paso para salir del lodo y se atasca más, pareciera que el apoyo hacia su
misión de “limpiar” el vaticano es nulo desde el interior, es un hombre sólo
con una misión titánica por delante, ¿Sería esta la razón de la salida abrupta
de Benedicto? Pues resulta más que obvia su reciente declaración, respecto a no
ser nadie para juzgar a la gente con preferencias sexuales diversas, ¿Se estará
justificando por adelantado a lo que le espera al regresar al Roma? ¿Trata de
liberar presión respecto a los comentados casos del “lobby gay”, o de Ricca?
Francisco en algo está correcto, no es nadie para juzgar las preferencias
sexuales de la gente, hay que aplaudirle que tenga el valor de afirmar lo que
muchos antes no se atrevieron a admitir, su error, o lo criticable de su
afirmación es que si se refiere a la gente “dentro” del vaticano, tiene un
grave problema en frente, ya que estamos hablando de la corrupción total de los
ministros de sus iglesia, y hablar de preferencias sexuales diversas “dentro”
de la iglesia, sólo seguirá desgastando la confianza en el vaticano, en la
religión católica, en el sacerdocio y en Francisco, que mejor estaría
predicando solo en el desierto, que en medio de la jauría de lobos que parecer
aguardarle en las sombras, bien decía Malaquias, tristemente estamos ante un líder
de la iglesia “perseguido”, más triste aún que es su misma gente la que le
persigue.
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