Coffins-The Fleshland (2013)

Coffins-The Fleshland (2013)

Algo que me gusta particularmente de los Coffins es que son una banda en verdad extraña, su amor por el death metal más brutal es más que evidente en su sonido, aunque definitivamente suenan a una bestia en vía de extinción, monstruosa, repulsiva, salvaje y primitiva, única en su especie, olvídense de la sofisticación que actualmente hace apestar a mucho del death metal, aquí no la encontrarán y es que en primer lugar, los Coffins son una banda que a pesar de la brutalidad y lo extremo  de su sonido death metalero, difícilmente comulgan con los cánones gastados de muchas bandas actuales del genero, por lo que resultan siempre sorpresivamente agradables y refrescantes a una escena que busca salir del estancamiento.

Guturales y crudas vocales, y esas guitarras monstruosas, masivas y toscas en verdad, todo parecería indicar que estamos ante una banda nativa de este genero, pero es en los pequeños detalles en dónde nos damos cuenta de las grandes diferencias, originarios de Japón, cosa que los sitúa muy lejos de Florida, la banda pareciera más situada en los primeros años del genero, y en su parte más salvajemente amateur, la cual nos garantiza una experiencia diferente, ya que Cannibal Corpse, Morbid Angel o Death, no son, lo de los Coffins es algo más primitivo y curdo, en un estado mucho menos elaborado, algo alejado de lo humano, es una bestia alterada genéticamente y terrorífica que corre por el campo en busca de victimas, una bestia enorme que se mueve en ocasiones a toda velocidad destruyendo todo a su paso, y otra repta y se arrastra dolorosamente, si muchos se fueron a los extremos y se zambulleron el mundo del death metal altamente técnico, los Coffins se fueron por el otro lado y desarrollaron su versión muy primitiva y casi cavernícola del death metal, lo cual no es nada malo, uno encuentra por momentos algunos puntos en común con bandas como Death u Obituary, claro, muy en sus inicios, ya que rara vez encontraremos solos de guitarra deslumbrantes o melódicos, o baterías con doble bombo con intensos clicks llevando el ritmo, no, con los Coffins, a pesar de su afinidad por el metal muerte, tenemos una actitud bastante punk, inspirados por momentos por bandas como Discharge o Motorhead, entre otros, los ritmos bien pudieran tener más en común con el hardcore, en ocasiones, en lo veloz y monótono de estos, acercándose por momentos muy tangencialmente a los Napalm Death, por ejemplo, con quienes bien podrían compartir ese estatus intermedio entre del death y el hardcore, aunque los Coffins suelen mantener siempre sorpresas bajo la manga.

The Fleshland es la nueva propuesta musical de estos pesados Coffins, con un tema como Here Comes Perdition que suena a algo que bandas como los Melvins han de escuchar para inspirarse, ritmos m-u-y lentos y guitarras dispuestas a pulverizar todo a su paso, mientras que Hellbringer nos recordara ese primitivismo que exudaba Tom Warrior en sus épocas con los Hellhammer, así de poca humanidad pueden conjurar estos japoneses, o que decir de The Colossal Hole, con su intro lento, muy al estilo del sludge, como si los Melvins o los Crowbar hubiesen sido transplantados con una bestia en sus vocales, la banda posee el suficiente talento para trascender géneros similares con particular facilidad, aquí la banda repta, se mueve lento como caracol dejando restos de su ser, aunque su marcha es una muy pesada y estruendosa, nada sutiles en su descarga estos nipones.

No Saviour posee afiladas guitarras y ritmos capaces de quebrar huesos a su paso, el caos que esta banda es capaz de crear y dirigir es inmenso, con una actitud sociopata difícil de poder eclipsar, un conjunto letal que por momentos pareciera perder todo control y escupen sangre y sesos por doquier, pero consiguen reintegrarse y re organizar su duro ataque, o como en The Vacant Pale Vessel, aplican una lenta y dolorosa tortura al escucha, como si el mundo lentamente se viniera abajo sin remedio, y todos cayéramos abatidos por esos mortales riffs, que esta banda sin duda posee y en gran número.

Rotten Disciples es una erupción de odio puro, la banda a su más salvaje expresión, con una verdaderamente atronadora sección rítmica que aquí no da tregua y busca destruirlo todo, acción despiadada que repiten en Dishuman, otra descarga masiva de todo lo que es extremo, devastador, repulsivo y bestial del genero, con la banda haciendo uso extremo de sus capacidades humanas para mover esta pesada bestia con singular velocidad.

The Fleshland es un claro ejemplo de una banda de pocos recursos y mucha imaginación, de una banda de volúmenes extremos que no se deja limitar por las demandas del genero, que crean hábilmente un nicho intocable con puro músculo desbordado y un salvaje primitivismo que sin duda termina resultando una deliciosa tortura para el odio, como de ello deja evidencia el tema final Tormentopia, que cierra un disco extraordinario a cargo de una banda fuera de serie, que se vuelve tan compleja para categorizar en este mundo de música extrema.



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