Chelsea Light Moving- Chelsea Light Moving (2013)

Chelsea Light Moving- Chelsea Light Moving (2013)

Libre a sus 54 años, con Sonic Youth en pause, a pesar de la oportunidad, Thurston Moore, quien ya cuenta con una conocida carrera en solista, regresa al formato de grupo, muchos pudieran pensar que Thurston continuaría con sus grabaciones en solista, las cuales últimamente evocan interesantes memorias de Nick Drake, John Fahey o Bert Jansch, secundado por el buen Beck, compartiendo el interés de ambos en la música folk estadohundidense e inglesa, pero este Chelsea Light Moving nada tiene que ver con esas tendencias folkies, aunque tampoco tienen mucho que ver con Sonic Youth, salvo en espíritu, de alguna manera Moore ha sido el eterno peter pan de los SY, participando incansablemente en festivales de noise, manteniendo lazos con indie gentes como el ya mencionado Beck, o extendiendo lazos aún más asombrosos con gente como los Twilight, la banda de black metal estadohundidense, no la mediocre película juvenil.

Chelsea Light Moving es un homenaje en gran parte a la eterna juventud de Moore, dónde este toca base con las expresivas líneas de guitarra que Tom Verlaine y Richard Lloyd cruzaban en Television, más cercanos al sereno Adventure que al nervioso Marquee Moon, un referente siempre presente dentro de Thurston, y que es bastante palpable en Heavenmetal, en dónde Moore y Keith Wood (guitarrista que le acompaña en esta banda) intercambian un dialogo instrumental que no dista mucho del trabajo que ha caracterizado siempre a Verlaine, con esas vibrantes guitarras que se mueven placidamente de forma graciosa, Sleeping Where I Fall a pesar del jovial inicio, se acerca a esas guitarras inquietas de bandas como los Feelies con esa maniática energía, o por momentos le llegan al “crunch” que nos presentaban los Mudhoney, aunque sin la maldad viciosa que les respaldaba, en una versión más aséptica que por momentos logra conectar bien con las bases de Moore que le conocemos, con un Moloney que se escucha mucho mejor aquí, bajo una estructura más o menos definida, que en el disco de improvisación que hicieron como dueto Moore y él, aunque el tema por momentos tiende a caer en lo redundante, excediéndose y perdiendo el impulso que pudiera ganar por momentos, pero bueno, Moore nos diría que aquí lo importante es divertirse y hacer ruido, así que debemos admitir que en ese punto tiene éxito, haciendo sus mejores imitaciones de Iggy Pop, Beck y Mike Patton.    

Alighted posee esas guitarras mutantes de los Sonic Youth, aunque el nivel de tensión, sin Ranaldo se siente completamente relajado, lo cual permite a ambos guitarristas deambular libremente, con un Moore, “liberado por completo”, que nos entrega sus ejecuciones menos “moderadas” en un buen tiempo, claro, esto sin caer en la forma libre total, y ni que decir el apoyo que le da en el bajo Samara Lubelski, quien aquí no se toca el corazón para meterle buenas dosis de “fuzz” a su bajo y conseguir un momento digno de homenajearse con un buen “headbang” en un tema que por lo menos en la forma se aproxima a las estructuras características del doom o el sludge, (o pretenderá Moore revivir el grunge?)que cosa tan cul!, bien por Moore que a pesar de la falta de contundencia nos da un disco disfrutable y divertido, aunque nuevamente la libertad de Moore nos lleva a algunos excesos que sin el talento de Ranaldo o la urgencia de la Gordon, nuevamente se pierden un poco, aunque claro, Moore es un eterno adolescente y sin la presencia de quien le regule se entrega a la tarea de rockear duro sin restricciones o segundos pensamientos, lo cual es notorio y admirable en este tema.

Lubelski se da oportunidad de protagonizar Empires Of The Time, junto al abierto acompañamiento de Moloney, aunque no pasa mucho tiempo antes de que las vibrantes guitarras de Wood y Moore hagan su aparición, galopantes y de entusiasta tono, Moore apareciera revitalizar su ejecución vocal, sonando más entusiasta en este papel que en muchos años anteriores, aunque denotando el amateurismo con que siempre lo ha hecho, aquí más que nunca.

Groovy & Linda me recuerda por momentos me recuerda las primeras etapas de los Sonic, en que deambulaban por estructuras musicales bastante relajadas y combinaban hábilmente melodías pop de inusual dinamismo con explosiones de ruido, la Lubelski presentándose como apoyo valioso para el grupo y Moloney sonando masivo y sólido en esta ocasión, nuevamente por momentos el espíritu del grunge pareciera asomarse, pero no se desmayen, no ese “grunge” que Nirvana o Pearl Jam se decían hacerse, sino el que originalmente hacían los Wipers, Green River o los Skin Yard en los bosques montañosos, para cerrar con un caótico final de lo más punk.

Lip me recuerda por momentos a los ya mencionados Wipers de Greg Sage, legendaria banda del noroeste de los Estamos Hundidos, cuyo dinamismo de guitarras y bajos resultaba delicioso, mientras que Moore y su banda rinden homenaje al gran escritor pionero de la generación “beat” William S Burroughs en un tema que lleva por título su apellido, y que cruje de manera espectacular, sin duda el momento más arrebatador del disco.

Mohawk es un tema épico, que sirve como base para los experimentos de guitarra de Moore, mientras que Frank O Hara Lit casi parece un tema en los que esperamos aparezca la voz de Gordon, para después cerrar con la hiriente Communist Eyes, un lado de Moore que en verdad no conocíamos, versionando a los Germs, y que nos trae a la mente aquellos agitados tiempos de los Black Flag recorriendo el vecino país del norte en una maltratada van.

Chelsea Light Moving fluye de manera envidiable, aunque ninguno de los temas es memorable en especial, Moore pareciera estar reviviendo la música de su adolescencia y el resultado es apreciable, es un hecho que CLM decepcionará a quienes esperan algo que llene el espacio que deja SY, pero nos sirve para saber que Moore sigue manteniéndose en forma, en movimiento y dispuesto a seguir haciendo ruido.