Sonic Youth-Daydream Nation (1988)
Sonic Youth-Daydream Nation (1988)
Trilogy cierra este espectacular disco, de una manera…ESPECTACULAR, con la banda desplegando toda su paleta de ruidos y sonidos de forma feroz, amenazando con destruir el universo entero con olas monstruosas de distorsión y una furia que se desatan por completo sobre el universo que no debió esperar algo tan grande, tan pronto, al grado que aún lo estamos asimilando.
¿Para que decir que no existió una época en
que idolatre este disco? ¿Nevermind? ¡Por favor!, la verdadera revolución
sucedió diez años antes con el Daydream Nation, ahí fue dónde
los Sonic Youth, cuando aún eran bastante “youth”, nos enseñaban a muchos esa
dicotomía entre el pop y el noise,
como décadas atrás los Velvet Underground nos habían acercado al universo del noise con su European Son, los Sonic
Youth aquí nos repetían la lección, claro, aunque muchos dirían: ¿Cómo
escucharlos si venían de la ciudad maldita? Mejor ignorarlos, como a los Fugs,
a los Silver Apples, a Yoko Ono, a los Suicide, a los VU y a los New York Dolls
¿No?, Daydream Nation es el disco perfecto en dónde los Sonic Youth supieron
refinar su arte, esa sensibilidad estilo los Television del GRAN Tom Verlaine,
ese vanguardismo quirúrgico estilo Can, esos ritmos krautrock y esas guitarras traídas de algún confín de la galaxia,
muy lejana a este mundo, Teen Age Riot podrá sonar muy común en nuestros días,
hasta nostálgica si quieren, pero en los ochentas, saliendo de la new wave,
de los sintetizadores, el glam metal
y el hardcore, este tema sonaba de
verdad proveniente de Marte, en una era en que todo se vía en blanco y negro,
los Sonic Youth salían de la coladera con un disco ambicioso desde su portada,
que buscaba presentarse como una opción verdaderamente artística a la música
que flotaba vía ondas sonoras por los aires en aquellas épocas.
Silver Rocket mostraba el lado punk de la
banda de una manera deslumbrante, sonando compactos y directos, pero con esos
ritmos dinámicos que nos ponían contra la pared y esas explosiones de guitarras
que sonaban a millones de fragmentos cristalinos y metálicos volando por los
aires, con una banda que en la más pura tradición del gran John Cage querían llevar
sus instrumentos a dónde nunca jamás habían sido llevados y llevándonos de paso
a nosotros a su fantástico y despiadado país de las maravillas sonoras,
mientras que The Sprawl develaba esa genialidad musical inspirada en los
tremendos Television, con guitarras que podían ponernos a flotar a la par de la
gélida voz de Kim Gordon, que por momentos nos enganchaban en un ritmo digno de
los mejores Can, con guitarras repicando por doquier de una manera imponente,
trayéndonos de inmediato memorias de los mejores discos de guitarra de Patti
Smith y los ya mencionados Television.
Coss The Breeze es otro genial experimento de
guitarras, en algo que ni el heavy
metal, ni el punk nos pudo haber anticipado, para después ponernos de cabeza y
arrojarnos contra las audiencias desde el escenario con el punk desatado y
suicida de este tema que de inmediato me trae a la mente temas como el salvaje
Sister Ray, aunque es precisamente la
Gordon quien se encarga de ponerle pies y cabeza al tema y
convertirlo en una marea poderosa de distorsión que usa totalmente a su favor
con una voz que congela la sangre y que podría descarrilar un tren, pero no
este tema.
Erics Trip es otro viaje al “punk inteligente”
de la banda, con guitarras sonando de mil maneras inimaginables y ritmos duros
que en ningún momento conceden calma al escucha, el cual es machacado de manera
inmisericorde, la banda mostrando recursos sonoros ilimitados a pesar de sus
“aparentes” limitaciones técnicas, nunca sonando atrapados en un genero o
comprometidos con algún sonido, siempre hallando salidas inteligentes y
aprovechando “accidentes” de manera creativa para conseguir nuevos “paisajes”
sonoros, con inesperadas líneas extraídas de sus guitarras “modificadas”
destinadas a poner en un predicamento nuestras mentes al tratar de descifrar
los sonidos emitidos.
Total Trash me resulta un tema para
disfrutarse de principio a fin, heredando algunos de esos sonidos proto punk de la época de los Stooges o
los New York Dolls combinándolo con el clásico “cool” neoyorkino, un tema que posee un ritmo repleto de cadencia y
sin duda hasta el tope de carisma de la banda aprovechando todos sus recursos
al máximo, llevando por momentos sus guitarras a pasajes sublimes de inhóspita
belleza, desgarrando la “accesibilidad” y retando al escucha en todo momento,
haciéndonos creer que el tema se les sale de control, dejándolo llegar al caos
y después retomándolo de manera impresionante.
Temas como Hey Joni son un sentido homenaje a
una de las grandes compositoras y guitarristas de los 70s, la GENIAL Joni Mitchell,
con guitarras feroces que jalan poderosamente nuestra atención y se niegan a
ser devoradas por el silencio, aunque por momentos enmudecen y solo nos
deslumbran con su brillo, para después
sacarnos por completo de balance con la inesperada Providence, extraída
completamente de otra galaxia, mientras que Candle es nuevamente otro reto a
nuestra cordura, con sus dinámicos pasajes y ultra flexibles guitarras,
nuevamente re escribiendo reglas de un juego que creíamos ya conocer, para
luego bombardearnos con Rain King candente momento con guitarras que gruñen, ya
casi final de este disco, con un Kissabilty, nuevamente a cargo de Gordon y
guitarras que amenazan con arrancarnos la piel.
Trilogy cierra este espectacular disco, de una manera…ESPECTACULAR, con la banda desplegando toda su paleta de ruidos y sonidos de forma feroz, amenazando con destruir el universo entero con olas monstruosas de distorsión y una furia que se desatan por completo sobre el universo que no debió esperar algo tan grande, tan pronto, al grado que aún lo estamos asimilando.
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