Devendra Banhart-Mala (2013)
Devendra Banhart-Mala (2013)
En verdad ha sido un largo viaje para nuestro amigo Devendra Banhart, desde sus “humildes” (eso sin contar que viene de familias adineradas) inicios como cantante folk, acompañado únicamente por su guitarra, y en ocasiones interpretando únicamente acapell cuando fue descubierto por el GRAN Michael Gira y anexado a su disquera Young God, de ahí en adelante Devendra produjo un par de discos de estoica lo fi, con instrumentación muy básica, tocando algunos elementos de artistas como Vashti Bunyan, Caetano Veloso y Donovan, Devendra repentinamente apareció infatuado por el rock más enérgico de Marc Bolan (repitiendo una evolución a los eléctrico, como el mismo Bolan y sus TR. Rex), entrando por la puerta grande al mundo del pop, con videos y éxito en el mainstream, convirtiéndose en un icono del llamado freak folk, triste término para una triste deformación de algo que ni siquiera era folk, ahora bien, como mencionamos aquí, Devendra hizo el salto a las grandes ligas y su disco anterior lo grabó con los hermanitos Warner, un disco decente en términos pop, pero de poco valor artístico, vislumbrando el declive de una prometedora estrella original e innovadora en un mercado que apenas lo empezaba a aceptar luego de abandonar el abstracto folk.
Whayt Will Be decepcionó a muchos, nos hizo ver lo malo que podían ser las “grande ligas” para Banhart, claro el pop brilloso y contagioso estaba ahí, ¿Pero cuanto futuro había ahí? Uno o dos discos y el olvido, supongo que esto decepcionó hasta a Devendra, quien con este Mala nos demuestra una acertada reacción al empalagoso What Will Be, con un inteligente Devendra yendo en una dirección completamente opuesta que seguramente molestará a los hermanitos Warner, quienes no tardarán en darle su carta de liberación a Banhart, ¿Un acto revolucionario? No, un acto de supervivencia.
Mala no es un mal disco, pero carece de la accesibilidad de What Will Be o de discos anteriores, y regresa a Devendra a sus primeras andanzas, cuando nos sorprendió con los clásicos Rejoicing The Hands o Niño Rojo, un disco que le regresa a sus raíces y que nuevamente evoca la estética lo fi, la instrumentación mínima, las composiciones cortas y sencillas de Devendra, y su gusto por evocar un sonido cuasi latinoamericano de los 70s, cuando gente como Victor Jara o Violeta Parra ponían subversivas melodías a volar en sus guitarras de “palo”.
Mala inicia con Golden Girls, un tema que pudiera bien ser un demo de los antiguos temas que grababa en solitario el buen Ariel Pink, con quien Devendra comparte cierto gusto por los sonidos crudos y la androginia, tema de muy corta duración, pero de melodía algo memorable, que da paso a la nostálgica Daniel, que Devendra musicaliza de manera soberbia, al igual brindando una parca interpretación, muy al estilo de otro androgino con quien comparte mucho, Vincent Gallo, las guitarras son arrebatadoras y sutiles, con un Devendra ampliando el registro de su voz para lograr efectos emotivos con su voz, todo esto acompañado de un muy discreto bajo y una batería que lleva el ritmo tímidamente.
Fur Hildegard von Bingen sale un poco de lo acústico, pero no escapa de un intimismo muy de los setentas, en la época dorada de los canta autores, aunque aquí el ritmo se manifiesta de manera más dinámica, junto aciertos elementos electrónicos que se mezclan de manera moderada, mientras que Never Seen Such Good Things muestra algo de la faceta pop de Devendra, sin abandonar el intimismo que impera en este disco, mostrando a un Banhart restringiendo sus coqueteos pop, a favor de un sonido más conciso, más delineado y menos disperso.
Mi Negrita es brillante al evocar los sonidos del pasado de Latinoamérica, con un tema que más parece un bolero que un pieza de pop desechable, resaltando las raíces latinas de Banhart y su conocimiento y fiel amor a ese pasado sonoro, más que una simple parodia, Devendra consigue una admirable recreación de un sonido que muchos tenemos integrado en el DNA aunque no sepamos mucho del genero, por otro lado Devendra se muestra ágil y extremo al remitir al pasado baladista del vecino país del norte con Your Fine Petting Duck, tema que se beneficia de un ritmo evocador de inicios de los 50s, y un coro tipo “girl group”, que nuevamente gana puntos a favor de Devendra con su extraña y caleidoscópica versión del pasado.
Temas como The Ballad Of Keenan Milton son fieles a sus raíces folk, algo que se agradece, ya que su rescate de sonidos verdaderamente rupestres es refrescante en esta era de sonidos electrónicos producidos digitalmente, Devendra parece entrar a un estudio y de inmediato conectarse a otra época, y estos sonidos salen a flote en temas como la claustrofobica A Gain que bien pudo grabarse en el mismo closet dónde los Velvet grabaron su inmortal tercer disco luego de la genial pesadilla distorsionada del White Light/White Heat.
Wont You Come Over? Es más pop con Devendra poniendo el freno y jalando firmemente la rienda, es un hecho que el chico busca alejarse de las masas por más que lo accesible se cuele por sus poros, la eternidad y la trascendencia parecen ser su objetivo más que unos miles de dólares fáciles, lo cual es bastante plausible, y ni que decir del bizarro arreglo electrónico agregado a este tema, que nos da pie a la extraña Cristóbal Risquez con arreglos electrónicos que nos podrían recordar la Autobahn de los ENORMES Kraftwerk, claro, si estos estuvieran condujeran un camión “pollero” por una estrecha y dañada carretera en medio del exuberante verde en alguna región recóndita de Colombia.
Pero hasta para Devendra es imposible mantener oculto el Marc Bolan que todos llevamos por dentro y este se libera casi al final el disco con Hatchet Wound, tema en que nuevamente emergen algunos elementos electrónicos que hacen lógica en el “universo Banhart”.
Mala dista mucho de se un “mal disco”, que se convierte en un desesperado respiro por parte de Banhart para escapar de la asfixia del consumo en masa, representa a el artista peleando por recuperarse a si mismo, y representa un triunfo a su esfuerzo, probablemente las masas le irán olvidando poco a poco, nosotros no.
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