Richard Thompson-Electric (2013)

Richard Thompson-Electric (2013)

Tal vez algunos de ustedes no lo sepan, pero parte del encanto de las guitarras de Lou Reed y de Sterling Morrison, -con quien tuve contacto durante su estancia en Texas- durante su participación con los Velvet Underground, era que no usaban el blues como base para sus creaciones musicales, lo reconocían claro y lo disfrutaban, pero no se esforzaron como los Rolling Stones o los Yardbirds por aprender el idioma musical, por el contrario, sus bases eran más el free jazz y sus saxofonistas como Ornette Coleman o John Coltrane, o el mundo del drone minimalista de La Monte Young o Tony Conrad, esta quizás sea una de las características más importantes de Reed y Sterling estilísticamente hablando.

Richard Thompson es otro gran guitarrista y compositor, cuyo sonido se ha vuelto particular y característica en la misma medida que ha mantenido el blues alejado de su base, usando mùsica de siglos anteriores y parte de su herencia celta para enriquecer su estilo muy personal que lo ha convertido en figura tan de culto como el ya mencionado Lou Reed, quien por cierto se ha declarado abiertamente seguidor de Thompson, y como no, ya que Thompson se h revelado en su carrera solista como un músicos de primer orden, altamente innovador y creativo en todo momento.  

La carrera de Thompson arrancó décadas atrás, a finales de los sesentas, de una manera un tanto irreverente con los legendarios Fairport Convention, inusual banda de folk rock inglés, que se inspiraba en actos como Bob Dylan, Buffalo Springfield- dónde tocaban Neil Young y Stephen Stills-, o los Byrds, aunque usando bases más centradas en el jazz, o en la música celta, al igual que sus contemporáneos, los legendarios Pentangle, dónde militaba el genial Bert Jansch, o los Comus, oscura banda, que en sus inicios actuaba junto a David Bowie, antes de que este ultimo se inclinara por el glam rock.

Thompson llego asentirse restringido en los FC, por lo que buscó una carrera solista junto su pareja Linda, luego de grabar varios discos legendarios, pero de lograr pocas ventas, Thompson se fue alejando poco a poco de los reflectores, sin detener del todo su carrera, convirtiéndose enteramente en una figura de culto, reverenciado por sus poderosas composiciones, al grado de ser versionado por el campeón Robert Plant, o participar en proyectos con el también enigmático y legendario Nick Drake, el experimental David Thomas, de los recientemente reseñados Pere Ubu, o con el siempre inquieto y fascinante Bill Laswell.

Electric es un regreso triunfal de Thompson al mundo de las guitarras eléctricas, que si bien Thompson nunca a abandonado del todo a favor de las guitarras acústicas, aquí el énfasis es en la electricidad y el volumen, Stony Ground abre este disco de manera excepcional, con ritmos duros bien anclados al piso cortesía de la sección rítmica que acompaña a Thompson en este disco, formada por Taras Prodaniuk en el bajo y Michael Jerome en el bajo, y un Thompson épico en la guitarra y la voz, guitarras que rugen con singular fiereza, sin perder su toque dinámico e inteligente, interminables espirales de sonido perfectamente bien entrelazados por Thompson, una pieza digna de hacerle bastante escándalo con Thompson castigando su stratocaster, exprimiéndole admirables sonidos a diestra y siniestra, Salford Sunday, a pesar de la guitarra eléctrica, nos recuerda más las composiciones acústicas de Thompson con cierta influencia del mundo del folk, Thompson sonando como un profeta de áridas tierras, acompañado de un florido arreglo de guitarras, mientras que Sally B es otro tema demoledor gracias a la insistente sección rítmica, única compañía de Richard en este disco, no se necesita más, ya que mientras ellos proporcionan una sólida y excitante base, Thompson se encarga soberbiamente de la pirotecnia y de la pasión en su interpretación vocal, con un Stuck On The Treadmill adquiriendo algo de aires funkys, sumados a la hábil narración del compositor, pero uno de los momentos cumbres del disco, a nivel expresivo llega con My Enemy, en dónde Thompson tiene la oportunidad de aplicar toda una pelta de sentimientos a trepes de su voz y su guitarra, para después canalizar malos sentimientos en divertidos y negros comentarios acerca de la suerte, poniendo a Thompson en el nivel de mordaz cinismo y sátira que en ocasiones despliega Leonard Cohen o el mismo Lou Reed, con un brillantemente nombrado tema: Good Things Happen To Bad People, hermoso tema-gancho al hígado en el que sentimos a Thompson llevar el disco a otro nivel, Wheres Home? Nos hace entender porque gente como Michael Stipe y sus R.E.M. se consideran fieles seguidores de Thompson y este aquí dando clara muestra de ello, con una combinación de melodía y cuerdas que nos mueven sentimientos de nostalgia que nos sacuden fuertemente.

Straight And Narrow trae cierta vibra de los 60s, con un tema que nos pudieron haber recetado los Zombies, o que resulta mejor librada que un Nick Cave versionando el Shes Not There, o que tal Will You Dance Charlie Boy que sin duda nos tomará a muchos por sorpresa con su tremenda revelación de que tan cercanas están las tradiciones celtas al mundo de la música country del vecino país del norte, con una guitarras poderosas e inventivas.

Electric es un monumento al tremendo poder compositivo de Richard Thompson, un hombre que elude los reflectores pero cuya carrera y estatus como compositor de culto esta cimentada de una manera admirablemente sólida, que sobrevive a los tiempos, modas o épocas y que es capaz de brindarnos a sus 64 años uno de los mejores discos de su carrera y una joya que resulta grata escuchar de principio a fin, no es de sorprendernos que Thompson y Herzog-Mi director de cine favorito- hayan hecho equipo en la cinta Grizzly Man, con Thompson proporcionando la música para la película, en la tradición de las legendarias colaboraciones de Herzog con los tremendos Popol Vuh.