David Cronenberg-eXistenZ (1999)
David Cronenberg-eXistenZ
(1999)
“La realidad es sólo una ilusión, aunque una muy persistente.”
Albert Einstein
“La vida no es un problema que deba ser resuelto, sino una realidad que
debe ser experimentada.”
Soren Kierkegaard
eXistenZ, es una película más del
buen Cronenberg que tuve la fortuna de ver recientemente una vez más, viejos
recuerdos de esa época que me obsesionaba el cine y podía ver hasta 7 u 8
películas por semana, fue entonces cuando conocí el singular cine de Cronenberg,
me entusiasme y mucho con películas suyas como Naked Lunch, el gran homenaje de
David a su héroe William S. Burroughs, o Crash, enorme película de culto cuya
siniestra atmósfera serviría de base para películas como Fight Club o
Secretary, y una de mis verdaderamente favoritas sin lugar a dudas.
eXistenZ es una de esas películas
casi surrealistas, filmadas con ese estilo oscuro y frío, característica
particular de Cronenberg, esto junto a su particular afinidad por el horror
orgánico, algo casi patológico, manifestado constantemente en esta inesperada y
sumamente compleja película, aunque Jude Law no es precisamente uno de mis
actores favoritos, Law consigue aquí una convincente actuación, gracias a la
sabiduría y al trabajo como director de Cronenberg, no que decir de la
genialidad actoral de Jennifer Jason Leigh, buenísima actriz con una afinidad
por el lado oscuro de la vida, Leigh interpreta aquí en apariencia a una
diseñadora de juegos de realidad virtual reconocida mundialmente, fiel al
espíritu del cine de Cronenberg, el mundo de los juegos de realidad virtual se
lleva a cabo de manera subversiva, a escondidas, con clubes subterráneos de
miembros que guardan secrecía al juntarse a jugarlos, es aquí dónde inicia una
especie de guerra y condena a muerte hacia Allegra Geller, el personaje de
Leigh, personaje que por las circunstancias del momento (un atentado hacia su
persona) se ve huyendo súbitamente junto a Ted Pikul, interpretado por Law, las
peculiaridades del mundo cinematográfico de Cronenberg salen de inmediato a la
luz, pistolas hechas de huesos que disparan dientes, una consola de juegos casi
viviente que se une a los jugadores mediante cordones umbilicales conectados a
la columna vertebral, el tipo de “gadgets”
para gente de estómagos fuertes, pero que en mucho exacerban la admiración de
Cronenberg por el mundo sucio y repugnante de Burroughs, llevándonos de paseo
por un mundo surrealista, con una Leigh y un Law adentrándose en el mundo de la
realidad virtual, perdiéndose poco a poco en un mundo irreal, siempre
amenazados por aquellos que detestan el escape a la realidad, cuestionándose a
cada momento ¿Que existe y que no? ¿Qué es real y que no?, y ¿Dónde está el
límite?
Mediante un soberbio manejo de
tramas y vertiginosos giros en esta, Cronenberg nos va adentrando en este
alucinante mundo, nos hace cuestionarnos sobre ¿Cuál es la historia real? ¿Cuál
es la verdadera trama? ¿Y cuál es la verdadera naturaleza de cada uno de los
personajes? Llenándonos de una curiosa incomodidad, el valor de sacudirnos e
inquietarnos, siempre presente en el cine de Cronenberg, sobre las intenciones
finales de los personajes, logrando engañarnos, manipularnos y jugar con
nuestras percepciones de manera magistral, terminando con un muy inesperado
final, en dónde queda claro que en el universos de David Cronenberg, nada es lo
que parecía ser, y este es precisamente uno de los encantos mayores de esta
película, que si bien Cronenberg es complejo y resultará repulsivo para muchos,
su cine invita siempre a pensar y a cuestionarnos, algo que pocas veces nos es
ofrecido y que es una oportunidad que no se debe desaprovechar.
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