David Fincher-The Social Network (2010)
David Fincher-The Social Network (2010)
“El riesgo más grande
es no tomar riesgos…En un mundo que cambia verdaderamente rápido, la única
estrategia garantiza el fracaso es no tomar riesgos”
Mark Zuckerberg
Hay que reconocer el genio de David Fincher creciendo a la
par de cada una de sus películas recientes, me hubiera encantado ver a David
Lynch o a David Cronenberg (¿Muchos David dirigiendo cine no?) dirigiendo Fight
Club, pero sin duda Fincher supo sacarle provecho a la inmortal novela de
exacerbada testosterona escrita de manera brutal por el ENORME Chuck Palahniuk
mejor que nadie, The Game o Panic Room, son películas que Fincher supo hacer de
manera correcta invocando un poco el espíritu de los thrillers de Roman
Polanski, mientras que su huella muy personal finalmente se plasmó en la genial
The Curious Case of Benjamín Button, a partir de ahí, podemos encontrar a un
Fincher con una voz auténticamente propia, con un estilo siniestro, sí, pero de
bastante atractivo comercial, el cual Fincher obviamente tenía que explicar con
un tema, como en su película anterior, de alcance universal, que mejor excusa
que crear su propia versión del fenómeno de las redes sociales conocido como
Facebook en su película llamada The Social Network.
Tengo que confesar que me llevé las manos a la cabeza
desaprobando a Fincher tomando dicho proyecto, me parecía absurdo que Fincher
tomara el mando de dicho proyecto, superficial desde mi ignorante punto de
vista en aquel tiempo, hoy en día, me admito gratamente sorprendiendo no solo
por la visión ambiciosa de Fincher de tomar una trama de este tipo y
nuevamente, hacer a su manera, como nadie más hubiese podido, llevando a los
extremos las personalidades de Zuckerberg y compañía, creando nuevamente una
admirable pieza de arte sobre una sociedad “secreta”, sus atribulaciones y su
salida a la luz con gran estruendo, muy a la manera de Fight Club, el fenómeno
del Facebook se originó de manera subterránea, en la habitación de un
estudiante, se materializó en medio de individuos un tanto ajenos a la
sociedad, viéndose a sí mismos como Prometeo, con algo robado a los dioses y
entregados al humano común, con un agitado ascenso y posterior aceptación en
masa, para, de la misma manera que en Fight Club, destruirlo todo al final, no
en un “The End”, sino en un inesperado inicio de algo.
Zuckerberg, visto por Fincher como un genio antisocial que
emprende una batalla propia contra todos, inclusive contra sus amistades
cercanas, al final aparentemente es derrotado por sendas demandas, obligado a
pagar a sus ex colaboradores, contrario a su voluntad, pero manteniendo en sus
manos el poder de la famosa red social que le terminaría convirtiendo en el
millonario celebridad que es hoy en día, en un interesantísimo manejo de la
trama (que Fincher más tarde imprimiría en su genial producción televisiva
House of Cards) con un Zuckerberg derrotado en los juzgados, pero con la última
risa, como pleno dueño de un futuro brillante que por mucho opacaría las multas
a que es sometido.
The Social Network se vuelve una película sobre la ambición,
sobre tomar riesgos, sobre mantenerse firme ante una visión poderosa y
sacrificar mucho, hasta a uno mismo, destruyendo muchas cosas de paso,
justificando el fin a pesar de los medios, una obra mayúscula para Fincher, quien
supo hacer de algo medianamente interesante, una soberbia demostración de cómo
debe ser contada una historia.
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