Gallon Drunk- The Soul of the Hour (2014)



Gallon Drunk- The Soul of the Hour (2014)

“Debes mantenerte ebrio mientras escribes para que la realidad no te pueda destruir.”
Ray Bradbury 

Pocas bandas podría yo reunir que tuvieran en común haber trabajado con una variedad de artistas como Nick Cave, Lydia Lunch, Barry Adamson, PJ Harvey y los míticos Faust, los ingleses de Gallon Drunk serían una de esas bandas, banda inclasificable y con una extraña afinidad al lado épico y tortuoso de Nick, así como al krautrock y a los experimentos de Faust, una banda que se encontraría cómoda visitando frecuentemente los mundos del blues, el punk y el krautrock, en saltos cuánticos, todos ellos enlazados con una cierta estética de garaje, en sonido, algunas veces recordándome fuertemente a los Mudhoney, si estos no fueran de Seattle.

The Soul of the Hour nos presenta a los Gallon Drunk en constante evolución, sonando como una versión bastante bastarda y grotesca de los Wilco, por ejemplo, sin miedo de adentrarse en mundos poco común para una banda de garaje, precisamente exaltando esa habilidad de la banda para adentrarse en azarosos pasajes llenos de locura y suciedad, el primer tema, Before the Fire podría fácilmente colocarse en el catálogo de los Wilco en un muy mal día de Jeff Tweedy, no porque Gallon Drunk sean malos, pero la banda muy probablemente lleve un peso más tóxico que el que Tweedy pueda encontrarse tratando de curarse una migraña, los Gallon Drunk son salvajes, casi animales, me recuerdan a unos Birthday Party, aunque más evolucionados, esos sí, los años de su líder James Johnston, con los Bad Seeds sin duda le han enseñado a apreciar el arte que Nick Cave produce y obviamente se ha convertido en una influencia en él, pero mientras que Cave se puede pavonear como un excelso compositor, Johnston equilibra esto con su peso instrumental sobresalientemente denotado en el primer tema, un monstruo que evoluciona de manera maravillosa, que avanza a paso lento pero firme y que integra de manera similar ese sentimiento y toque “gótico americano” que fascina a Cave, y cuando Johnston comienza a cantar, de inmediato me trae a la mente al genial Mark Arm de los Mudhoney, aunque por increíble que pudiese sonar, Johnston suena menos intoxicado que Arm, tal vez sólo porque es el inicio del disco y la banda suena empecina en este tour de forcé en demostrar su fuerza.

La banda saca su lado sucio y desgarbado en The Dumb Room, con un Johnston soltándose por completo, estrellándose como víctima del alcohol entre macizas baterías y bajos repetitivos, todo esto mientras las guitarras corrosivas marcan sus devaneos, los abrasivo del post punk es puesto en despliegue prodigioso y la cruda energía del garaje estalla justo frente a nosotros, para después ser confrontados con candentes y paganos tambores de Ian White, quien se encarga de poner esa atmósfera como de ritual oscuro, en medio de la cual Johnston se encarga de liberar verdaderos demonios, resultando en un formidable despliegue del más puro estilo garaje creado en los Estados Unidos de América, pero embrutecido y envilecido de manera brillante por esta banda inglesa de grueso calibre.

The Soul of the Hour refleja lo desgastado que se encuentra el alma de la banda, el maltrato de esta por los golpes de la vida, y Johnston consigue arrastrarnos al infierno con ese tortuoso tema en el cual destaca el saxofón de Terry Edwards sumando al ataque el incendiario instrumento que se niega a separarse del todo del rock n roll y nos recuerda que antes de la guitarra, era el sax el que se encargaba de taladrarnos los oídos, dándonos una impresionante vista de un inusual punto de encuentro entre dos bandas en dos continentes (Mudhoney, el garaje y los Stooges).

Dust in the Light es verdaderamente sorprendente, contemplativa de arranque, sin perder la esencia de la banda, con un White heroico tras la batería, mantenido más que un ritmo el latido del corazón atormentado de la banda, para después explotar con la infecciosa Over and Over, a la cual en el momento que llegamos a ella nos deja convencidos del poder de convocatoria de la banda, que consigue hacer que el disco embone a la perfección en este momento, llevándonos a un clímax total, para después de manera completamente suicida saltar al vacío en The Speed of Fear, pieza que cierra el disco y en dónde el Neu!, NWA (según lo confiesa Johnston) y los Stooges filtrados a través de los Mudhoney, en una pieza que básicamente no deja títere con cabeza, cerrando de esta manera temeraria y confidente, un disco que muestra una madurez asombrosa recientemente encontrada por la banda, que ha encontrado su CHI, su centro de poder y lo despliega a voluntad en el momento justo.
                    
             

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