Magma-Mekanik Destruktiw Kommandoh (1973)
Magma-Mekanik
Destruktiw Kommandoh (1973)
“En todo caos hay un cosmos, en todo desorden un orden secreto”
Carl Jung
Querer entender el universo cósmico de la música de
Christian Vander es una labor difícil, su banda Magma, una de las mejores
bandas en ese país sin duda alguna es un referente casi mágico de lo que
significa ambición musical, con un concepto más allá de lo que muchos pudieran
imaginar, y que si muchos pensaron en el rock progresivo y en los discos
conceptuales, Vander podría sin duda darles lecciones a los más avanzados en
estos temas, y que si bien, King Crimson dejó bien puestas las bases del rock prog con su In The Court of the Crimson
King, Vander y compañía (y que compañía) llevaron las cosas al más no poder,
extremo, incluso a otro universo.
Magma es la banda que Vander inició con el fin de rendir
homenaje a su ídolo el GRAN John Coltrane, pero al igual que Coltrane, Vander
estaba decidido a no limitarse en cuanto a géneros musicales, montando una
titánica banda que tomaba algunas bases del jazz, del prog rock, pero los
mezclaba de manera alucinante con cosas como el legado maximalista de Wagner,
la música militar, el gospel
estadounidense y los coros estremecedores de la obra de Carl Orff, y por si
esto ya fuera de por sí bastante complicado, Vander y sus Magma crearon un
concepto universal propio que incluía su propio idioma.
Con un sin fin de miembros que fueron entrando y saliendo de
la banda, alterando el sonido de la banda de disco a disco nos topamos con una
siempre cambiante banda basada en el trabajo en las percusiones de Vander y en
los coros liderados por la esposa de este, Stella, aunque cabe mencionar aquí
que la banda ha contado en ocasiones con músicos de altísimo nivel que han
mantenido constante y poderosa la legacía de esta banda que se niega a morir o
a crear un disco indigno de su ENORME leyenda.
Para mi es en Mekanik Destruktiw Kommandoh dónde las
estrellas y los astros se alinean a la perfección para Vander y Magma, contando
con el poderoso apoyo de gente como Jannick Top, compañía perfecta de Vander,
conformando una sección rítmica invencible en verdad, y la voz colosal de Klaus
Blasquiz, un hombre con una voz singular y estremecedora como de profeta
mesiánico del antiguo testamento.
Hortz Fur Dehn Stekehn West es una pieza que inicia con
arreglos de percusiones cercanas al trabajo innovador de Frank Zappa o los Can,
adquiriendo una identidad muy propia al momento que los coros hacen su entrada,
sin duda aquí la banda se desmarca de todo lo conocido a principio de los 70s,
aplicando el talento suficiente para separarse de los estertores del saturado prog rock, la visión de Vander y sus
Magma era diferente, apoyada mínimamente en el mundo del rock y a diferencia
del prog basándose más en Wagner u Orff en lugar de los acostumbrados Mozart,
Beethoven o Bach.
Para Ima Suri Dondai, los coros y el piano se vuelven piezas
fundamentales del sonido de la banda, y es aquí donde precisamente la dupla de
Vander y Top se pone de manifiesto de manera impactante, consiguiendo dar una
base firme a el enorme ensamble de instrumentos y de voces, construyendo
verdaderas catedrales de sonido que imponente se alzan sobre el escucha, Kobaia
Is De Hundin denota el excelso manejo de la tensión musical por parte de la
banda, creando una pieza que avasalla, que subyuga y que se impone con una
fuerza inusitada, aderezada con los exquisitos pasajes de piano de Jean Luc
Manderlier, pieza clave en este tema.
La visión wagneriana que tanta influencia tuviera en Vander y
en los coros liderados por su esposa se ponen de manifiesto en Da Zeuhl Wortz
Mekanik, vehículo perfecto además, para el lucimiento del amplísimo rango vocal
del gran Klaus, en repetidas ocasiones he mencionado un comentario un tanto
sacrílego, pero musicalmente valido, si dios tuviese una banda, Magma sería esa
banda, con una sección rítmica de perfección cósmica, como lo son Vander y Top,
adicional a vocalistas casi celestiales capaces de transportarnos a otros
universos como es el caso de Stella y Klaus, basta escuchar como las voces de
los cantantes se van montando, expandiendo y ascendiendo hasta alucinantes
niveles, la banda continua de alguna manera desarrollando un ciclo, esa
temática sonora, que alguien solía decirme muy a su manera: “Es la misma
canción, pero en partes”, si, esta pudiese ser la perspectiva, con unos Magma
trabajando sobre el gran cuadro y ensamblándolo de piezas menores que forman un
todo prodigioso, con un Klaus deshaciendo sus vocales en Nebehr Gudahtt en
dónde tenemos oportunidad de escucharle con todo detalle apoderándose de la
batuta de la banda.
Casi al final de este asombroso disco nos encontramos con la
pieza central, que precisamente da nombre al disco, un tema explosivo y dónde
todos los lineamientos previamente expuestos convergen, dónde todas las piezas
se unen y en dónde Blasquiz, Stella y su grupo de coristas se vuelven
intocables y en dónde toda la tensión que Top y Vander son capaces de crear
finalmente es liberada en un sonoro estallido cósmico, repleto de júbilo y
emoción, como pocas veces he escuchado y disfrutado en mi vida.
¿El mejor de los discos de Magma? Posiblemente, ¿Uno de los
mejores que he escuchado en mi vida? Definitivamente, aquí Magma lo pone todo
por delante y no deja nada guardado, Vander y compañía consiguen dotar a un
sólo disco de lo que muchas bandas no consiguen crear en toda su carrera, y por
increíble que pudiera parecer, la banda lo repetiría en unos cuantos discos
más, pero aquí, en mi opinión dieron el primer golpe duro, antes que
nadie.
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