El Dios del Trueno y unas Princesas



El Dios del Trueno y unas Princesas

“Sabemos lo que somos, pero no sabemos lo que podemos ser.”
William Shakespeare

Por: Erreh Svaia

Tendría definitivamente que preguntarle a Kenneth Branagh ¿Cuál es el siguiente tipo de película que tiene en mente? Ya que Thor, Shadow Recruit y Cinderella me parecen muy extrañas y bizarras  elecciones para un actor y director que por sus primeras películas encuentro más afín al mundo de Shakespeare y sus dramas clásicos, y que luego de haber visto sus más recientes películas me deja profundamente confundido.

La primer película que vi de este actor y director irlandés fue aquella que basó en el inmortal libro de Frankenstein de Mary Shelley, con un Robert De Niro irreconocible, sub utilizado y mal caracterizado, una hermosísima Helena Bonham Carter soberbia, y un Gary Oldman convertido en una caricatura,  una película promedio, cuya principal virtud es que se apega a la historia de Shelley, sin mostrar nada extra a los que ya conocíamos el libro de la Shelley, de hecho, se quedaba un poco corto en la manera como la había imaginado en mi loca mente toda la historia cuando leí el libro y quede prendado de él en la secundaria, después de todo, ya saben, un buen libro no es garantía de una buena película.

Debo confesar que Branagh como actor me pareció extraordinario en ese filme de Woody Allen llamado Celebrity,  capturando a la perfección esa esencia neurótica que caracteriza a los personajes que suele escribir Allen, dejándome muy en claro que Branagh es mejor actor que director, y probando que un gran actor no hace un gran director, o pregúntenle a al mismo Robert De Niro.

Pues resulta que en el 2011, Branagh se puso como director al frente de la cinta Thor, si, ese superhéroe de orígenes nórdicos que creo el enorme Stan Lee para el mundo de comic de Marvel, definitivamente no uno de los más exitosos, al nivel de un Spider Man, Hulk o de los Cuatro Fantásticos, verdaderos iconos del universo Marvel, Thor, al igual que oros funcionan a un nivel popular extraño, todo lo conocen pero puedo asegurar que pocos han seguidos sus comics, de alguna manera, Lee había tratado de crear su versión de Superman con Spider Man (tomando los icónicos colores del traje del hombre de acero, pero añadiendo un toque humano que Superman envidiaría seguramente), y con Thor nuevamente hizo el intento, acercándose esta vez más al encanto estéril del hombre que nada lo puede dañar (bueno casi nada).   

Definitivamente la manera de hablar de Thor en los comics lo situaban en el universo de los personajes "shakespearianos" con los que Branagh debe estar muy familiarizado, por lo que a pesar de lo que se pudiera pensar, Branagh no resultaba una opción tan bizarra o ajena a ese universo, de hecho, yo pensaría que Kenneth pudo haber hecho un muy buen Thor si hubiese estado familiarizado con el mundo de Marvel Comics, lo cual definitivamente dudo, y no me extraña ya que pocos son seguidores de “hueso colorado” de ese personaje, cuya virtud principal ha sido ser parte de los Avengers.

La verdad el Thor de Branagh me ha puesto a dormir varias veces, que película tan más fallida, he tratado de ver una siete ocho veces la película, y el aburrimiento no me ha dejado terminar de verla, la historia, los efectos y la dinámica de la película, si es que la hay, deja mucho que desear, la relevancia de la historia es nula, el personaje como tal carece de un lado humano y lo malo es que es en ese lado en el que se intenta basar la película, por si fuera poco demasiados personajes y poca acción la hunden aún más, pretender que Branagh contagie de clasicismo y le dé un lado humano a  un dios nórdico resulta aún más difícil de creer.

Pero Branagh posiblemente nos tenía la sorpresa más grande reservada para este año, y es que el alguna vez compañero sentimental de Emma Thompson y de Helena Bonham Carter, ha dirigido la cinta Cinderella, basada en el cuento de hadas que todos con hijas pequeñas conocemos de sobra, si, si Marvel ha conseguido arrastrar a todos los niños al cine con sus historias llevadas a la pantalla grande con la mitad del talento con el que se hicieron los comics, está vez, el gancho es arrastrar a los cines a las niñas con una estrategia similar que compita con el “cine de superhéroes”, mediante el “cine de princesas” (Ya empezamos con Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton, que no es precisamente una "princesa", y la Bella Durmiente que apareció en la ya mencionada Maléfica...) .

No sólo quedaron mis hijas encantadas con la Cinderella de Branagh (a ellas que les importa si Branagh dirije o no…), en lo personal la película fluye de una manera más natural que Thor, proporcionándole a Branagh una historia tan sólida como las de Shakespeare, a prueba de fallas para un director promedio, Branagh hace un buen trabajo, cumple y sin duda sorprende un poco con la producción y los vestuarios, la aparición de Bonham Carter, resulta estupenda, no así la de la enorme Cate Blanchet que se siente desperdiciada aquí en su caapcidad histriónica, como la madrasta del personaje principal, nadie luce, pero a fin de cuentas Branagh entiende que no se trata de eso y se apega, como sabe hacerlo a una historia que si le da material para salir a flote.

En lo personal en cuanto a cuentos de hadas me quedo con la Maléfica protagonizada por la siempre controvertida Angelina Jolie, con una historia trascendente bien pensada y actuaciones mejor dirigidas, y aunque Branagh muestra más oficio en cuanto a temas visuales, de escenario, montaje y vestuario, que de sustancia refiere, Cinderella le salva bastante su prestigio ante un descalabro que debió dejar mal parado a uno de los hijos favoritos de Stan Lee, y de Odín…


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