La verdadera “Dictadura Perfecta”



La verdadera “Dictadura Perfecta”

“El mejor argumento contra la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante promedio.”
Winston Churchill

Por: Erreh Svaia
La reciente muerte de Lee Kuan Yew, líder y fundador de Singapur nos deja algo muy en claro, el enorme escritor Mario Vargas Llosa se equivocó en algo, México no fue "la dictadura perfecta", todo lo contrario, nuestra dictadura fue (y es, tal vez…) una dictadura "partidista", abusiva e inepta, corrupta en exceso, oligárquica, incapaz de capitalizar la riqueza de la nación (que es mucha), incapaz de invertir en el principal recurso de países en ascenso como Corea del Sur (que hace unas décadas se posicionaban tras de nosotros en niveles de progreso), la educación de su gente, e incapaz de poner por delante el mérito antes de los intereses personales, para determinar a los gobernantes y dirigentes del país, la nuestra fue (o es…) una “dictablanda”, como dría mi padre.

Alguien me dijo alguna vez: "Las democracias no avanzan" y la verdad es que en nuestras modernas y defectuosas democracias a veces es complicado ponerse de acuerdo y avanzar a paso firme y constante hacía alguna dirección, basta pensar en el resultado de lo que pasaría si mientras viajamos en un auto a considerable velocidad, sometemos a votación el frenar o no frenar cuando un otro auto se interpone en el camino, hay ocasiones en que es necesario un conductor experimentado y decidido al volante, uno que tome la mejor decisión aunque no todos estemos de acuerdo, respecto a si acelerar, frenar o cual camino tomar, en los barcos y en los aviones hay capitanes, y estos no son elegidos por votación, sino por experiencia y méritos, ¿Porque deberíamos de poner al país en manos de gente inexperta y sin méritos y peor aún, pretender que escuche y tome en cuenta la opinión de todos? ¿No es esto un tanto contradictorio?
Hemos tenido dictaduras absurdas, como en Corea del Norte, asfixiantes como en la URSS, nacionalistas como en Rusia, brutales como en Uganda o saturadas de ideología como en Cuba, incluso experimentos despiadados como en Chile o China, y aquí permítanme el atrevimiento y jugar un poco al abogado del diablo para decir: ¿Habrá una buena dictadura, una en dónde no haya corrupción, y que esa mano dura y disciplina férrea lleve al país a buen  rumbo y que la dureza de su naturaleza recompense con el bienestar de sus ciudadanos?     

Singapur, un país asiático, es un ejemplo excelente de lo que pudiéramos llamar una "dictadura perfecta", una que como el mismo líder Lee Kuan Yew describía, era incorruptible y se enaltecían los méritos, en donde se privilegiaba la razón y el pragmatismo, y en donde el progreso no se vía nublado por ideologías, Kuan era duro con los ciudadanos, pero igual exigía a sus subordinados y a su familia, si alguien de la familia de Kuan formaba parte del gobierno es porque estaba sumamente preparado y era el mejor en su puesto, y si algún funcionario se envolvía en temas de corrupción el castigo era severo.

A diferencia de otras dictaduras, Singapur no tenía problema en abrirse al mundo y dejar entrar a las económicas, y  culturas extranjeras, su escasez de recursos le obligaba a ello, pero así como los negocios eran una prioridad, también se le daba prioridad al bienestar de la gente, a que el ciudadano viviera mejor, claro, habían algunas cosas "a cambio" como en toda dictadura, los medios y algunas libertades de la sociedad se veían restringidas el estado ejercía un duro control sobre la sociedad con fuertes regulaciones que hacían ver al gobierno como fuertemente paternalista, tirar basura, dejar sucios los baños públicos o escupir significaba duros castigos corporales.

Los resultados hablan por sí mismos, en un par de décadas Singapur consiguió dejar el tercer mundo y consiguió convertirse en un país admirable, cosmopolita y de primer mundo con ingresos promedio por ciudadano mayores a los de los EUA, hoy Singapur es un país rico que igual sirve de inspiración a países Europeos amantes de la libertad, como a países más estrictos y cerrados como China, que cabe señalar, ven en Singapur el ejemplo claro a seguir para mantener el control y la dirección del país y a la vez irse abriendo al mundo de una manera que apunte al progreso y al crecimiento.

Muchas dictaduras han traído mucho dolor a nuestro mundo, y no pretendo defender un régimen brutal y absurdo, cuando se ha demostrado que muchos así lo son, pero aquí tenemos un ejemplo de algo inusual y posiblemente capaz de redefinir nuestro concepto de la democracia y la dictadura, aquí tenemos un ejemplo de una dictadura (que tal vez no deba ser llamada así...) que privilegia los méritos, la honestidad y la eficacia, un oasis en medio del obsoleto comunismo, del aterrador populismo, de la decadencia capitalista y la desordenada democracia que todos creemos, aunque no perfecta, en que sea la mejor respuesta a las recientes crisis mundiales, y en el cómo meter orden y dar dirección a nuestro caótico mundo,  como lograr un sano equilibrio entre el orden, la libertad y el progreso, sin asfixia u opresión, pero también buscando no caer en excesos de libertinaje dañinos, tal vez hay que voltear a ver con detenimiento el país que Lee construyó, y a Singapur para buscar algunas respuestas sobre el futuro y lo que queremos, y como algo de disciplina, honestidad y razón pudieran ser las respuestas a un mejor futuro para nuestras naciones, más allá de absurdas ideologías, violento fundamentalismo, atroces desigualdades y engañoso populismo.

En México al día de hoy tenemos una democracia disfuncional y la corrucpión tiene al aís al borde del colapso, hay que aprender lo bueno de la obra de Lee y ser pragmáticos, deshechar lo malo y aprender que cuando se habla de Lee o de Singapur, el enfoque no debe estar en si es una dictadura o no, sino en como supio Lee anteponer la disciplina a la democracia, para construir un mejor país.

Ahí está la respuesta que nuestros Pikettys, Varoufakis, Dieterichs, Friedmans y Dugins han estado buscando.   

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