Vanilla Fudge- Spirit of 67 (2015)



Vanilla Fudge- Spirit of 67 (2015)

“La vida sólo se puede entender viendo hacia atrás, pero debe ser vivida yendo hacia adelante.”
Soren Kierkegaard

Por: Ghost Writer

Vanilla Fudge fue una banda como pocas, de esas bandas de EUA que supieron hacer frente a esa invasión avasalladora de bandas inglesas (la primer ola) que saturaban EUA en los 60s, sumamente originales y de pensamiento independiente, los VF dieron un paso al frente al crear una identidad genuinamente propia al utilizar varios elementos poco comunes en la época, su afinidad por versiones totalmente reconstruidas o reinventadas que llevaban a la versión original por caminos insospechados hasta por los más radicales, un sonido lento, denso y pesado que por mucho presagiaba el doom, el grunge, y el sludge, tomando elementos de bandas psicodélicas como los Iron Butterfly o los Steppenwolf (del Born to Be Wild) y añadiéndoles una pesadez no vista en esos días (tal vez con las honrosas excepciones de los Blue Chher y los Velvet Underground), consiguiendo abrir paso a bandas tremendas como Deep Purple, ya con un pie en el heavy metal, quienes admitirían la influencia de los VF en su música, esto además de otros admiradores que surgirían décadas después en bandas cómo los Mudhoney o los Melvins, principalmente los primeros, que adoptarían esos teclados duros y esos ritmos lentos en su propia obra.

Pues resulta que los VF están de regreso conservando sorprendentemente su alineación original casi en su totalidad (con la excepción de Tim Bogert), y revelándonos que como pocos se han apegado a lo que dice el dicho: "Zapatero a tus zapatos" y en este Spirit of 67, nos traen un disco compuesto principalmente por covers, transformados de manera majestuosa, como solo estos VF son capaces de hacer.

Casi como una rockola proveniente de la Dimensión Desconocida, los VF nos van introduciendo a un territorio que pudiese ser conocido para algunos, pero definitivamente presentado de una manera completamente nueva y diferente, con ritmos duros que nos arrastran de forma brutal al piso y nos ordenan bailar de forma singular en temas altamente adictivos como I Heard it Through the Grapevine, con ese soul candente llevando al extremo, o la contundente The Letter que casi todos conocemos y que aquí adquiere nueva fuerza.

Un estupendo trabajo instrumental aparece en I Can See For Miles de los siniestros The Who, en el que cabe aquí resaltar las estupendas vocales de Mark Stein, quien también brilla en los teclados, un hombre de un talento monumental que pude contar a un John Lord de los Deep Purple entre sus alumnos, y que definitivamente me resulta un enigma de enormes proporciones que no haya tenido una carrera notable posterior a la disolución de la banda, salvo algunas colaboraciones con el buen Alice Cooper en los 70s.

En lo personal me quedo con la entrañable Whiter Shade of Pale de los enormes Procul Harum, perfectamente evocada y ejecutada, rebosante de pasión, nuevamente con un memorable trabajo de Stein, quien sin duda sigue robándose el show, perfectamente bien acoplado con el resto de la banda que sigue mostrando una fuerza instrumental como pocas.

Sin duda estos veteranos tienen aún que dar, un disco soberbio.


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