México y Brasil



México y Brasil

“La historia nos ha enseñado que la unidad es fuerza, y nos advierte que debemos sumergirnos y superar nuestras diferencias en la búsqueda de metas comunes, sobrevivir con toda nuestra fuerza combinada, en el camino a la verdadera hermandad y unidad.”
Haile Selassie 

Por: Erreh Svaia
Es curioso que en los años recientes nuestras historias sean tan similares, los dos gigantes de América latina dirán algunos, los dos gigantes heridos dirán otros, las dos grandes promesas abran dicho muchos, hoy, los presidentes de México y Brasil se reúnen, luego de los dimes y diretes de Lula, de los despegues en falso, de las reformas y de los escándalos, es tiempo de hacer las rivalidades a un lado y de profundizar relaciones, hacer egos y orgullos a un lado y comenzar a cimentar los pilares para el futuro crecimiento de la región, porque América tiene mucho potencial, por eso la quieren separada, dividida nos hunden, unida como bloque sólo Dios sabe hasta donde podamos llegar.

Nuestros relativamente jóvenes gobiernos han cometido errores, nuestros pueblos han sufrido calamidades diversas, nos divide un idioma, pero nos une un mismo origen y una misma región y es tiempo de ser por nuestras dimensiones los pilares de la parte sur del continente, es tiempo de que México ayude a Brasil a alcanzar el dinamismo de la región norte del continente y que Brasil nos enseñe a lograr ese acercamiento con el gigante asiático: China.

Si en algún momento ambos países tuvimos un despegue, estos han perdido su brillo por la rampante corrupción que tantos daños nos han hecho como cultura y sociedad, es tiempo de aprender de nuestras experiencias y aplicarlo para salir de este oscuro túnel como un equipo y no para hundirnos los unos a los otros.

Brasil tendrá sus experiencias y México las suyas, debemos aprender uno del otro, apoyarnos mutuamente y hacer frente común, no contra otros países, no contra otros bloques, sino contra los vicios de nuestro pasado y nuestro presente para tener un mejor futuro, es difícil, sí, pero más difícil será hacerlo de forma individual.

Hoy es tiempo de América, de dejar de lamentarnos y de dejar de pensar que la corrupción es cultural y no podremos escapar de ella, es tiempo de olvidarnos de ideologías, de izquierdas y derechas y dejar los sentimentalismos atrás, es tiempo de razonar y de hacer lo que funciona bien.

Esta es la gran oportunidad de unir a América y de construir un gran futuro juntos de pensar en crear un bloque tan sólido como con el que sueña Europa y que les ha dado momentos de grandeza, es tiempo de dejar de ver a la región como un territorio dividido y apostarlo todo por la educación, punto fundamental para el desarrollo y el crecimiento porque ahí, ahí está la única clave del futuro.
Es tiempo de construir el mundo que tal vez no estaba destinado a existir, pero que tato necesitamos en estos momentos.

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