Bajeza en Baja California





Bajeza en Baja California

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Por: Erreh Svaia

Bajo la excusa de que no hay recursos suficientes para invertir en organizar otras elecciones, podríamos olvidarnos por los próximos 20 años de hacer nuevas elecciones, el ahorro sería enorme ¿No? Pero, ¿Sería lo correcto? Incluso la “dictadura perfecta” el PRI Sistema de 36 años atrás, no se atrevió a tanto, el sistema de partido hegemónico y corporativista que alineaba a políticos, empresarios y sindicatos en un solo frente entendía la tensión que traería un sistema dictatorial de forma tan evidente, sabían que para que el partido prevaleciera en el poder, la figura presidencial, todopoderosa en aquel tiempo, debía rotarse, de ésta forma se garantizaba una repartición adecuada del poder entre las elites gobernantes, y se aliviaba la inconformidad en el ciudadano, quien “tenía la opción” cada seis años de “librarse” de un mal gobernante, con todo eso, el PRI Sistema siempre organizó puesta de escena que aparentaban elecciones “libres”, el procesos era sencillo, los Venezolanos, con todo y el sistema electrónico que impuso el Chavismo, copiaron el sistema del viejo PRI, calcular el número de votos que le daría el triunfo con seguridad, más del 50% obviamente y distribuirlo en las zonas alejadas de las grandes urbes, en dónde la vigilancia de la oposición era escaza, esto funcionó hasta 1976, en que la oposición optó por rechazar tal farsa y solamente el candidato del PRI Sistema contendió por la presidencia, aún así hubo elecciones y el resultado fue evidente, la obra de teatro ya no funcionaba, y el PRI Sistema empezó a ceder, esto es algo que los nacionalistas-populistas de hoy en día no toleran, y añoran regresar a esas épocas de partido hegemónico y simulación democrática.

Pero ésta bajeza, la peor de todas, acaba de darse hace unos días, por la noche en Baja California, tras la aprobación de extensión del periodo de gobierno del candidato electo, el millonario mexicano-estadounidense Jaime Bonilla, cuyo mandato fue otorgado por el voto libre ciudadano para un periodo de 2 años, y que en una extraña moción bajo la excusa de “ahorrar en elecciones tan próximas”, se optó por aumentar el período a 5 años, una moción que no fue aprobada por los ciudadanos en las urnas, que solamente votaron por el sabido periodo de 2 años, cabe señalar aquí, que Bonilla, sin contar con presencia mayoritaria de su partido en el congreso local, haya conseguido la votación requerida para la extensión de su período, considerando que la mayoría en tal congreso está compuesta por miembros del PAN y del PRI, “oposición” que ha dado una clara muestra de sumisión a un proyecto que aspira cada vez más a no sólo concentrar todo el poder, a la vieja usanza del PRI Sistema, también aspira a extenderlo, convirtiendo esto en un parteaguas de lo que pudiera ser un resquebrajamiento mayor de la de por si frágil y amenazada democracia en nuestros tiempos a nivel nacional, lejos de la trágicamente cómica razón para la extensión del período, sólo nos queda peguntarnos el precio al que fue comprado el congreso para que un atentado tan vil y descarado contra la democracia se haya perpetrado de ésta manera.

La llamada de atención es al congreso local de Baja California, y a los partidos políticos, hoy de oposición, ¿Si es ésta es la forma en la que pretenden convertirse en una oposición de peso frente a un poder cada vez más hegemónico? ¿Si ya han cedido su papel como oposición, y se han convertido en parte del engranaje oficialista? ¿Si se dan cuenta de que han abierto una terrible grieta en el proceso democrático del país, que pudiese ser la raíz de procesos de extensión de periodos a nivel nacional en los mandatos locales, estatales e incluso nacional en una complicidad política espantosa? Si ésta es la oposición que le queda el pueblo de México, no queda otra que ratificar que los partidos políticos tradicionales murieron el 1 de Julio, y que la única manera de que se pueda contrarrestar el poder hegemónico y de complicidad política que se está dando en el país, es la cesión de las plataformas políticas de éstos partidos, si les queda algo de dignidad, a la presencia ciudadana pura, no de sus políticos reciclados, ni de sus políticos oportunistas, sino de ciudadanos interesados en tomar las riendas del país, respetuosos de las instituciones autónomas (Como el Poder Judicial y el Banco de México, que parecerían ser hoy en día, la única oposición real) como contra pesos del poder, mediante el uso de la política, la seguridad, sindicatos, cúpulas empresariales, la salud y hasta la fe, pareciera que el nuevo poder hegemónico gestante está aspirando a convertirse en una fuerza totalitaria que ahogue de manera miserable las aspiraciones de libertad de un país.

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