Contradicciones






Contradicciones

HYPERDRIVE

Por: Erreh Svaia

Luego de un intenso y primitivo disco de debut, y un ambicioso y sofisticado segundo disco, Metallica alcanzó la perfección con su clásico Master of Puppets del año 1986, tal vez la banda debió detenerse para siempre ahí, pero supongo que su joven ambición les dictó ir por más, y por tercera vez, de la mano del productor danés (al igual que el baterista Lars Ulrich) Flemming Rasmussen, decidieron grabar …And Justice for All en 1988, al igual que Metallica, en ese entonces, era imposible saber el futuro de lo que vendría, la banda había conseguido voltear los reflectores hacia ellos, la presión debió ser alta, el siguiente disco tenía la oportunidad de catapultar a la banda al estrellato total luego de que la canción One los convirtiera en estrellas de los canales de videos, la reputación de inconformistas de la banda los empujaba fuertemente hacia ir un paso más allá de …And Justice…, ¿Pero sería eso posible? …And Justice…los había llevado mucho más allá de la complejidad del Master of Puppets, dar un paso atrás era inconcebible, por lo que la banda optó por reinventarse y cambiar de forma radical el rumbo, se despidieron de Rasmunssen y emprendieron el vuelo de la mano del famoso productor de hard rock, Bob Rock, productor que les llamó poderosamente la atención después de escuchar como una banda de segunda como Motley Crue, conseguía sonar como un tanque de guerra, en el clásico Dr. Feelgood, las sesiones de grabación fueron terribles, pero el resultado fue justo lo que se esperaba de ellos en ese momento, el llamado “disco negro”, que recogía el sonido duro de discos anteriores y lo trasladaba a un contexto cercano al heavy metal tradicional, la suma de ambas partes permitió conservar viejos fans y encontrar muchos nuevos, muchos; al grado de convertirse en el disco mejor vendido de la banda.

El salto cuántico del …And Justice… al “disco negro” fue tal que dejó a la banda sin opciones, una banda de experimentadores innatos se encontraban con experimentos que carecían de riesgo real, y así llegaron discos de dudoso mérito como el Load y Reload, dos discos flojos, que pudieron ser un sólido disco único, y ni que decir de St Anger, en el que la banda escondía su sonido tras una densa capa de efectos de estudio, en éste punto, la banda casi paranoica se alejó de los estudios por casi 5 años, finalmente decidieron lo inconcebible, un regreso a las raíces de la mano de uno de los productores de discos más iconoclasta, Rick Rubin, quien se apoderó de la mesa de grabaciones para el Death Magnetic, disco en el que el sonido de la banda queda desnudado hasta los huesos, los efectos novedosos se desechan y parte del pasado Thrash de la banda daba un paso al frente, seguramente molestando a muchos de los fans que habían llegado con la accesibilidad del ”disco negro”, la soledad debió hacer presa a la banda, la imposibilidad de seguir adelante debió subir la inseguridad al interior, parte de ella creó grietas al interior de la banda, que incluso requirió de apoyo externo para retomar su capacidad de trabajar juntos, tan debilitada se encontró la banda que tomó un papel de respaldo para el proyecto Lulu, último disco de Lou Reed, el cual sin duda es de lo mejor de la discografía del genio vanguardista de Nueva York, desafortunadamente, se consideró un fracaso total para los seguidores de Metallica, muchos de ellos adolescentes para quienes el arte y drama de la obra de Reed era todo lo contrario a la furia salvaje característica de los mejores tiempos de la banda, seguramente para Lou Reed, fue de sus discos más exitosos, para Metallica, todo lo contrario.

Es comprensible que la banda haya lanzado después un disco doble, el Hardwired…to Self-Destruct, 8 años después, buscando una amplia oferta para que todos sus fans pudieran encontrar algo satisfactorio en él, un disco confuso y carente de línea o definición, aunque sin duda esa era la intensión con el fin de llegar a la mayor audiencia posible si alguna fracción de ella en mente de manera específica, al día de hoy, pienso que ni los mismos miembros de la banda saben que grabar, llevaron su ambición y su experimentación al límite, cubriendo tanto territorio, que difícilmente uno de sus anteriores discos podría complacer a su basta audiencia, prácticamente cualquier movimiento que realicen, provocara molestia en algún sector de sus fans, es un poco como cuando piensas en los estilos de entrenamiento de Arnold Schwarzenegger y Mike Mentzer, uno maquiavélico y enfocado en el volumen, y otro objetivista y con la intensidad como bandera, dos polos opuestos aparentemente irreconciliables que suelen causar división entre los fans del físico constructivismo, aunque si en el “disco negro”, Metallica supo combinar dos estilos para aumentar su atractivo como banda, no veo porqué no se pudiera combinar el estilo de entrenar casi estoico de Arnold con el ejercicio de alta intensidad de Mentzer, me gusta pensar que sí, al igual que pienso que una mezcla del Master of Puppets, del “disco negro” y del Death Magnetic, pueda ser posible.     


     

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