Pensando en Apuestas





Pensando en Apuestas

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Por: Erreh Svaia

Cada decisión que tomamos en la vida es una apuesta, en ésta se asume un riesgo y así como se puede ganar, se puede perder, no siempre una buena decisión conlleva un buen resultado o viceversa, ejercer tu derecho al voto es una excelente decisión, que el candidato por el que votaste tenga un buen desempeño, no es algo seguro, que decidas manejar tu auto en estado de ebriedad no es una buena decisión, aunque tal vez llegues sano y salvo a tu casa, para Annie Duke, campeona de póker profesional y hoy consultora de empresas en tema de toma de decisiones, ver éste proceso como una apuesta en la que no siempre una buena decisión conlleve un buen resultado es importante, siempre tendremos algo que ganar o algo que perder y la “suerte” o la incertidumbre serán factores siempre presentes, en lo personal, la “suerte” es un concepto que me cuesta trabajo aceptar, pienso que la “suerte” debería favorecer a quienes están preparados y a quienes saben en que lugar deben estar, pero otra vez, tal vez deba empezar a considerar el factor “incertidumbre” como algo que suele jugar de forma importante, después de todo, éste factor de “error” suele ser tomado en cuenta en los procesos estadísticos en forma de una posible desviación.

En lo personal me ha tocado “apostar” mucho en varias decisiones, apoyándonos siempre en el llamado “viaje en el tiempo virtual”, en el cual nos encontramos con nuestro “yo” pasado y nuestro “yo” futuro, la idea es poder usar como referencia nuestra experiencia en situaciones similares que hayan sucedido anteriormente y crear escenarios futuros de lo que podría suceder posteriormente a nuestra “apuesta”, o lo que sería muy cercano a la denominación del Sistema 1 (casi instintivo) y el Sistema 2 (uno más racional) de pensamiento, expuesto por el psicólogo, Premio Nobel de Economía, Daniel Kahneman, en su libro Pensar Rápido, Pensar Despacio, libro pionero en el estudio de la Economía Conductual, de la que muchas veces hemos hablado y que resulta ser un tema apasionante para mí.

Hace un año, por ejemplo, el país hizo una gran apuesta, votando por mayoría por un candidato en particular, la decisión, pienso, en su mayor parte formó parte de un proceso en el cual se puso de manifiesto un hartazgo y una desaprobación al sistema tradicional de partidos políticos (a pesar de que el candidato ganador provenía de éste), la decisión puede ser considerada como correcta, los cambios siempre serán bienvenidos, y en lo personal los cambios me resultan fascinantes y por lo general, dependiendo de la preparación de uno, siempre habrá manera de sacarles provecho y usarlos de manera benéfica, aún así, una decisión correcta, penalizar al sistema tradicional (como también pasó en el estado de Nuevo León, México, o en Grecia), no es garantía alguna de que el resultado será el esperado o el de mayor beneficio para todos, podemos perder la apuesta aún y que hayamos tomado la decisión correcta, pero aún, si no hemos tomado en cuenta a nuestro “yo” pasado, y hemos dejado nuestra experiencia al no reconocer a un político procedente de un sistema autoritario y hegemónico del pasado, y que también hemos ignorado nuestro “yo” futuro, bajo la excusa de que “no podemos adivinar el futuro”, claro, no podemos adivinar el futuro, pero  entre más capacidad tengamos de crear escenarios posibles, (de preferencia en conjunto con personas que piensen diferente a nosotros) mejor preparados estaremos para afrontar lo que venga.


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