La Falsa Libertad
La Falsa Libertad
Por: Erreh Svaia
HYPERDRIVE
¿Cuál es el poderoso atractivo que una plataforma como
Amazon ejerce sobre nosotros? Somos flojos y si podemos comprar sin tener que
salir de casa, lidiar con el tráfico o hacer filas para pagar, mucho mejor, ¿Por
qué es tan popular Netflix hoy en día? Porque nos resulta difícil controlar
nuestra emociones y no queremos esperar para satisfacer nuestros deseos, somos
casi como niños, así como se puede carecer de la voluntad para dejar de comer
una vez que estamos satisfechos, así carecemos de la voluntad para detenernos y
terminamos viendo "maratones" los fines de semana, también nos
encanta presumir, por eso nos encanta ir a Facebook y decirle a todos sobre el
final de tal o cual serie antes que nadie, empezamos a perder la capacidad para
detenernos, empezamos a olvidar sobre la auto disciplina, nuestra aparente
libertad para elegir nos lleva a la auto complacencia extrema, si nos dan a
elegir, queremos lo más fácil, lo más inmediato, lo que cuesta menos esfuerzo,
y eso a fin de cuentas debilita el carácter, nos vuelve intolerantes, nos vuelve
sumamente insatisfechos, insatisfechos porque nuestra pizza no llegó en menos
de 30 minutos, insatisfechos porque no me dieron oficina privada y auto en el
trabajo, insatisfecho porque en 3 meses no me ascendieron a gerente.
¿Cómo afecta todo esto nuestra vida diaria? En que podemos
tener diez partidos políticos y al final ninguno nos satisface, al final tantas
opciones se vuelven nada, pierden su valor, el final queríamos soluciones rápidas
y al no realizarse queremos otro gobierno, si ayer votamos por el centro,
mañana queremos la izquierda radical, y si no me satisface, ahora quiero la
derecha radical, al final la inconsistencia se vuelve lo único consistente, diría
Horace Smith, y al final el tener todo a nuestro alcance, y desearlo todo, y no
poder tenerlo, nos vuelve más pobres, como diría Séneca, al final, esa
insatisfacción provocada por el acceso a todo, nos deja pobres al interior,
recuerdo cuando mis papás me llevaban de niño a una juguetería a elegir un regalo
para mi cumpleaños, tantos pasillos llenos de juguetes y la oportunidad de sólo
salir de ahí con uno de ellos resultaba devastador, ganabas un juguete y
perdías miles, esa era la sensación, y esa es la sensación actual con
plataformas como Amazon, como Netflix o como Facebook o como Uber.
En pocas palabras, tenemos un grave problema, por varios
frentes, con nuestra fuerza de voluntad, con nuestra capacidad para decir que
no, para controlar nuestras emociones y afianzar bien las riendas de nuestros
deseos, lo cual sin duda es peligroso, esos niños que no pueden evitar comerse
los chocolates antes del tiempo señalado, serán los adultos obesos, ansiosos,
deprimidos, drogadictos y ladrones, serán los que no podrán evitar ser presas
de sus deseos, serán los que no podrán madurar emocionalmente y se sentirán
como niños indefensos pidiendo a gritos un papá que tome las decisiones, un papá
que nos provea de todo y una forma de vida que nos ayude a evadir
responsabilidades.
Viví gran parte de mi adolescencia con un radio y un colchón
sobre el piso, no necesitaba nada más, me encantaba poner el colchón al pie de
la ventana y ver la luz de la luna por las noches, todo era blanco y negro y no
necesitaba nada más, me encantaba encender el radio y escuchar música hasta que
me quedaba dormido, no tenía ningún apuro por ver todas las series de moda y
conocer su final a la brevedad, de niño, mis juguetes favoritos eran los
soldaditos de plástico, no necesitábamos nada más, eran baratos, podríamos
jugar por horas en el patio de la casa mía o de mis primos, la imaginación era
nuestro límite, no necesitábamos nada más, a veces caer en la paradoja de la
elección termina convirtiéndonos en un ser más frágil, al que nada lo satisface
y que al final permanece vacío.
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