¿Ciclo Completo?
¿Ciclo Completo?
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Por: Erreh Svaia
Alexis Tsipras llegó de la mano de Syriza como una fuerte
sacudida al sistema político global, Syriza, partido formado por una coalición
de frentes radicales de izquierda llegó con la promesa de dar un duro giro de
timón en la política griega, entonces en una dura crisis económica que ponía en
tela de duda su estancia en la Unión Europea, la llegada de Syriza al poder,
vale la pena decirlo, implicó un duro rompimiento con la política tradicional,
que parecía haberse estacionado en la comodidad de la alternancia entre
partidos de centro derecha y centro izquierda, y que hasta cierto punto parecía
haberse convertido en una complicidad para compartir el poder y solapar actos
de corrupción, Grecia, cuna de la democracia moderna, se convirtió también en
el punto de inicio del desmoronamiento del sistema tradicional de partidos
políticos, los partidos tradicionales encontraron un apocalipsis en el triunfo
de Tsipras.
El eco del triunfo de Syriza sacudió al mundo, pronto, los
partidos tradicionales en Alemania, el Reino Unido, Francia, Italia, los EEUU y
México sufrieron las repercusiones de éstos eventos, así, partidos de la ultra
derecha o anti Unión Europea surgieron en Europa con gran fuerza, partidos de
centro (como el que impulsó a Emmanuel Macron en Francia), y poco definidos
(como el Movimiento 5 Estrellas en Italia) comenzaron a despegar, los partidos
verdes se convirtieron en grandes contendientes, candidatos inusuales como
Donald Trump se acercaron al poder, y coaliciones irreconciliables como Juntos
Haremos Historia desplazaron a partidos tradicionales en México.
Este fin de semana, Alexis Tsipras y su partido fueron
derrotados en las urnas, Grecia dio la espalda de dura forma a la revolución política
que arrancó hace ya casi 5 años, Tsipras llegó como la gran promesa, como un
candidato iconoclasta y terminó traicionando sus promesas y convirtiéndose en
un político tradicional, incluso con los restos de una coalición amorfa que se
inclinó más por lo conservador e incluso por la derecha, alejado de la izquierda
radical que lo llevó al poder, el choque del idealismo radical de izquierda
contra la realidad dio como resultado el triunfo político internacional de
Tsipras, y su derrota política al interior de su país, ahora que gran parte de
aquellos ciudadanos que votaron por el cambio radical, han dado un viraje poco
común hacia la derecha nuevamente, depositando ahora sus esperanzas en un banquero
liberal de nombre Kyriakos Mitostakis.
A diferencia de Tsipras, quien hizo de las promesas de
campaña el gran peso que nunca pudo superar, Mitostakis ha optado por rechazar
la realización de promesas que considera no podrá cumplir, su campaña se ha ceñido
a aceptar la realidad del país, bajo una crisis que difícilmente se superará en
la próxima década, pero que escucha la demanda de sensatez y moderación, que
curiosamente pareciera venir desde la derecha hacia el centro, encontrándose a
un Tsipras que realizó el mismo cambio de dirección, pero desde la izquierda,
hoy Tsipras cuenta con el respeto de la comunidad global y de la Unión Europea,
pero el ciudadano griego común ha reprobado su administración al grado de demandar la salida
de Tsipras del gobierno.
Con el triunfo de Mitostakis, Grecia da un giro completo de rechazo
a la política tradicional en favor de las propuestas radicales anti sistema y
de llegada nuevamente a las políticas tradicionales y moderadas, ¿Será ésta una
señal de lo que vendrá nuevamente en Europa y en el mundo? ¿Un hartazgo hacia
la radicalidad que se generó por el hartazgo hacia las políticas tradicionales?
Grecia fue el banderazo, le siguió el Brexit y el triunfo de Donald Trump,
mucho dependerá de la denominación para Primer Ministro en el Reino Unido para saber
que pasará con el Brexit, y mucho dependerá del candidato que surja del Partido
Demócrata en los EEUU, que al parecer estará entre políticos más tradicionales
como Joe Biden o Kamala Harris, que dejarán atrás a propuestas radicales como
la de Bernie Sanders, que se encuentra muy debilitada hoy en día, se le habrá acabado
el impulso a la disrupción en la política?
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