Institutos de Control Social





Institutos de Control Social

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Por: Erreh Svaia

El 21 de Mayo del 2019, Germán Martínez, hasta entonces director del Instituto Mexicano del Seguro Social renunció a su puesto, en su carta de renuncia hacía alusión a fuertes recortes de presupuesto que hacían imposible la labor social a la que estaba encomendado como cabeza del instituto, ahorros extremos y recortes de personal, eran algunos de los principales temas que Martínez indicaba, lo llevaron a renunciar a su encomienda inicial, camino hacia el objetivo de convertir al IMSS en una institución de primer nivel, como esos que existen en países como Suecia, Noruega o Dinamarca, se antoja que con una austeridad extrema, como la aplicada, difícilmente se podría creer en tal promesa, considerando también el cierre de clínicas y el desabasto de medicamentos como los retrovirales, también parecería ser una incongruencia total, en la “labor social” y el tipo de servicio que se prometió como una bandera de campaña.

Es curioso que, tras la salida de Martínez, y la llegada de Zoé Robledo a la dirección, una de sus primeras acciones haya sido establecer contacto con el ministro de saludo pública de Cuba, José Ángel Portal Miranda, con el fin de “fortalecer la relación institucional”, y avanzar en el tema de “cooperación técnica” para lograr establecer un programa de bienestar “universal”, hasta ahí, la visita del comité de salud cubana parecería un cúmulo de buenas intenciones, pero tendríamos que preguntarnos primero ¿Por qué Cuba? ¡Y porqué se habla de buscar avances en conjunto con otro país, cuando al interior, los recortes en el IMSS parecen estar buscando la destrucción de las bases del mismo? ¿Se estará buscando renovar por completo el interior del instituto y reemplazarlo por brigadas de salud al estilo de las brigadas cubanas? ¿Se conoce al fondo el antecedente de los médicos cubanos en Venezuela que sirvieron de soporte electoral para Nicolás Maduro? ¿Se estará buscando dar cabido a las brigadas de médicos cubanos que el presidente Jair Bolsonaro expulsó de Brasil?

En Venezuela fuimos testigos de como el sistema de salud social se vino abajo durante los inicios del régimen Chavista, los hospitales dejaron de recibir presupuesto y mantenimiento y muchos se vinieron abajo, el sistema fue reemplazado por las brigadas de médicos cubanos, quienes además de los militares se encargarían de establecer medidas de control dentro de la población, se sabe que funcionarios del gobierno venezolano crearon una crisis interna de desabasto artificial con el fin de usar los medicamentos y los servicios médicos como una “arma política” a favor del Chavismo, aplicando discrecionalidad respecto a quien eran suministrados, algunos médicos participantes del programa, optaron por abandonarlo, solicitando asilo en otros países, y que  denunciarían ser usados para hacer visitas a domicilios y realizar propaganda política, hacer censos respecto a las preferencias políticas de los visitados (en Venezuela a los opositores al régimen Chavista se les identifica como “enfermos”, y no eran atendidos de manera gratuita y se les negaba las medicinas, a los que apoyaban al régimen, se les catalogaba como “sanos” y recibían atención y medicamentos), además de señalar la posibilidad de perder el servicio si el presidente Maduro no era ratificado en su puesto o el régimen perdía el poder, estrategia principalmente enfocada a manipular las decisiones electorales de los adultos mayores.

Gobiernos con aspiraciones totalitarias han buscado controlar las decisiones de los ciudadanos libres, coartando sus libertades y buscando la manera de manipular sus intenciones de voto con el fin de mantenerse en el poder, la salud pública ha sido una manera de ejercer influencia sobre la población, en especial de la más desvalida, quienes se convierten en presa fácil de éstas redes clientelares que condicionan el servicio a cambio de la sumisión política al partido en el poder, suele decirse que dejar de invertir en una institución del gobierno, con el fin de que ésta quiebre y sea “privatizada” o comprada a precios muy inferiores a los de su valor real es una estrategia del “capitalismo salvaje”, pero la contra parte, dejar de invertir en una institución del gobierno, con el fin de crear una escasez, y después dar el servicio de forma discrecional en base al apoyo al régimen creando una red clientelar, no es tampoco una buena intención, empresas privadas en Venezuela, fueron expropiadas por el gobierno, “privatizadas para el Estado”, y muchas de ellas fueron desangradas en beneficio de aquellos en el poder “a nombre del pueblo”, mientras que muchas instituciones de gobierno, como las del sector energético y las del sector salud, fueron pésimamente administradas, saqueadas por el mismo Estado, destruidas, y por si fuera poco, usadas como instrumentos de manipulación política, regalando petróleo a lo largo del caribe para crear complicidad, y después dejando de hacerlo para crear crisis a usarse como cortinas de humo (como sucede en Haití), o dando entrada a “brigadas” disfrazadas de médicos, cuya finalidad es capturar a una parte de la sociedad mediante la coerción.

Si a esto es a lo que llaman “cooperación técnica”, hay que tener cuidado con los pasos que se vayan dando dentro del IMSS para su desmantelamiento y conversión en un instituto de control social.

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