El Hombre Más Rico del Mundo





El Hombre Más Rico del Mundo

Por: Erreh Svaia

El Craneoscopio

Fue en el año 2015 cuando documentos detallando información sobre cientos de miles de entidades financieras fueron sustraídas y entregadas a cientos de periodistas y diarios alemanes, los documentos habían sido sustraídos de la firma legal Mossack Fonseca con cede en Panamá, creándose así el enorme escándalo mediático conocido como los Panama Papers, y aunque la generación de empresas “offshore”, no es un delito en muchos países, la no declaración de éstos, así como muchos de los usuarios de éstos servicios financieros, serían parte de los detalles que más llamarían al atención, entre ellos, un circulo de millonarios, conocidos como “oligarcas” en Rusia y quienes serían expuestos como poseedores de cantidades sorprendentes de dinero imposibles de movilizar sin el visto bueno del gobierno de su país de origen, para los que tengan buena memoria, podrán recordar la acusación del presidente ruso Vladimir Putin, allá por el 2011, denunciando a los poseedores de esas empresas “offshore”, como personajes anti patrióticos, acto que resultaría paradójico por demás, considerando que muchos de éstos oligarcas involucrados pertenecían a un círculo extremadamente cercano a Putin.

Sería curiosamente también, que a partir de éstas revelaciones que sin duda golpearon fuertemente la credibilidad del presidente Putin (muchas veces vistas como un ataque directo a Putin orquestado por la CIA), visto por muchos como un hombre “implacable” contra la corrupción, y un patriota como pocos, que la inteligencia Rusa empezaría a tomar un papel más activo en la geopolítica internacional, relatos sobre granjas de “trolls” en San Petersburgo, pagos por anuncios en Facebook, hordas de perfiles inundando las redes sociales buscando influir en la sociedad estadounidense camino a las elecciones del 2016, Hillary Clinton, personaje hostil para Vladimir Putin, se convertiría en el blanco de incontables ataques en Internet, supuestas denuncias y el despiadado golpeteo de las “fake news”, y la era de la “posverdad”, extensiones modernas de la herramienta propagandística conocida como “Desinformación”, desarrollada ampliamente a partir de la segunda guerra mundial en la Rusia estalinista, queda claro que se generó una fuerte retribución en contra de Occidente, pareciera que los hechos del 2015 la desencadenaron.

Las operaciones “offshore” no serían ajenas a Rusia y a la KGB, considerando que mucho del dinero que pertenecía al Partido Comunista de la Unión Soviética, fue confiado a la KGB con el fin de resguardarlo antes del colapso de la Unión Soviética, de esta forma, éstos recursos le permitirían más adelante, regresar al poder, en algún punto, el regreso se complicó, y aunque retomaban fuerza, los comunistas no pudieron orquestar el regreso, una oligarquía naciente impidió el regreso del comunismo y se apoderó del país, se podría pensar que ésta oligarquía que primero lo apoyaba, puso después a Boris Yeltsin contra las cuerdas, y lo obligó a dejar el poder en manos de un nuevo títere, títere que se convertiría en un “caballo de troya” mediante el cual, no el PCUS regresaría, sino sólo la KGB, convertida en una mafia, con su propia oligarquía y su propio capo de capos, dispuestos a convertir a Rusia en una “cleptocracia”, de ésta forma, fortalecidos con los recursos resguardados, más la enorme cantidad de bienes, antes pertenecientes a los viejos oligarcas, muchos de ellos asesinados, encarcelados u obligados a ceder sus posesiones, pudieron apoderarse por completo del país.

Lejos de hablar de un cierto maquiavelismo por parte de Putin, tendríamos que hablar de un estilo de dirigir más cercano a las novelas de Mario Puzo, autor de la novela El Padrino, más allá de hablar del fin de la oligarquía, tendríamos que hablar de la salida de una vieja, y la llegada de una nueva, más allá de hablar de una transformación hacia una nueva Rusia, tendríamos que hablar de un dramático regreso al autoritarismo por parte de una élite sobre el pueblo, más allá de hablar de Putin como estratega, tendríamos que hablar de Putin como oportunista, más allá de hablar del nacionalismo del presidente ruso, tendríamos que hablar de sus intentos por proteger sus intereses económicos en varias de las empresas dirigidas por oligarcas, muchos de ellos, simples prestanombres.

No resultará extraño ni sorprendente los fuertes rumores de las múltiples posesiones del presidente Vladimir Putin, palacios, villas, aviones, yates, autos, relojes, y una fortuna bien escondida en todo el mundo, encomendada a múltiples presta nombres, cuya red se estima, por gente como Bill Browder (que se convertiría en víctima de una persecución brutal por parte de Putin) en más de 200 billones de dólares, con las cuales, este hombre “ejemplo de honestidad y austeridad”, podría ser el hombre más rico del planeta, más allá de los que gente como Jeff Bezos o Bill Gates podrían imaginar, y ser multi millonario, de una manera deshonesta, en uno de los países con la mayor desigualdad económica en el mundo, es un crimen enorme.          

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