Reclamo Justo

Reclamo Justo

Por: Erreh Svaia

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Las estadísticas de asesinatos y violaciones a mujeres siguen al alza en el país y  la indignación ya se hizo presente en la ciudad de México con una concurrida marcha por parte de contingentes de grupos feministas, el feminismo actual se ha caracterizado en algunas vertientes como un movimiento radical, algunas veces violentos y aunque en ningún momento justifico la violencia, la escalada de éste tipo de manifestaciones, que hemos visto en países como España y Argentina, parecen tomar un rumbo similar en México, respeto el feminismo cuando éste buscar tomar una situación a la par del hombre, no igual, pero si con los mismos derechos y obligaciones, pero considero nefasto la parte de éste movimiento que se vuelve intolerante e incluso busca la agresión al género masculino.

Con el respeto por delante, la mujer tiene derecho a exigir los mismos derechos de un hombre, de recibir una educación similar en base a sus méritos y de exigir una disminución en la brecha de remuneraciones, pero sobre todo, exigir que el país sea un lugar tan seguro para la mujer como para el hombre, esto no es nada fácil considerando los índices de violencia que por décadas han escalado en el país, una cosa si es segura, éste país no será un país seguro hasta que lo sea para las mujeres, de nada vale si un hombre puede salir a la calle a altas horas de la noche sin temor a ser víctima de un crimen, si la mujer no puede tener la misma seguridad, resulta por demás alarmante que en la Ciudad de México, con una jefa de gobierno proveniente de un partido supuestamente progresista, los hechos de violencia contra la mujer estén creciendo y sobre todo ver la postura de Claudia Sheinbaum, inmutable ante los hechos.

Nada justifica la violencia, o los daños a la propiedad privada, pero tampoco nada justifica que el país no haya logrado un mejor nivel de vida y de mejores oportunidades para las mujeres, en países en dónde se les ha dado las oportunidades y las garantías, se ha experimentado un nivel de crecimiento admirable y una sociedad más justa y desarrollada, en México, por muchos años vivimos bajo un sistema machista que verdaderamente resultaba una “ideología de género” que condenaba a la mujer al hogar, a la cocina y a tener como único propósito de vida el tener hijos, hay que mencionar que muchas cosas han cambiado, pero los resultados aún distan mucho del ideal, la mujer tiene derecho a exigir mejores condiciones, y como hombres, debiésemos ser más empáticos con el trato injusto que se les ha dado, la lucha se justifica, y más en medio de un gobierno que se antoja conservador y que ha bloqueado algunos temas como los apoyos a guarderías y programas de salud que afectan directamente al género femenino.

Aunque muchas cuestiones parecen dividirnos últimamente, la política, la religión, el medio ambiente, la sexualidad humana debiese ser un motivo de unión y complemento, más que de disputa y barbarie, el siguiente paso sería incluso la destrucción de uno de los principales núcleos de la sociedad, algunos podrían hablar de la “ideología de género” y del feminismo radical, pero el machismo no ha sido precisamente beneficioso para el país, menos con hechos como el fenómeno conocido como las “muertas de Juárez” que marcó un espantoso precedente en el país, en el cual para organizaciones criminales, las mujeres jóvenes, solteras y solas, pasaron a convertirse en una materia prima para una industria casi diabólica.

México no será un país seguro hasta que no lo sea para todas las mujeres, y aunque se hayan dado actos vandálicos, violencia y la clásica infiltración para desvirtuar la marcha, las mujeres han sufrido por muchos años, tantos que su lucha es por mucho un reclamo que debemos apoyar, por un lado, cuidarnos de no caer en el radicalismo enfermo de algunas vertientes del feminismo, pero tampoco permitir la opresión por parte de un gobierno conservador, que pareciera hacer eco de la ultra derecha en el poder en Polonia, en dónde curiosamente una primer ministro provocara el alzamiento de movimientos de mujeres exigiendo sus derechos.