Viva, La Dusseldorf, 1978





Viva, La Dusseldorf, 1978

Por: Erreh Svaia

El Craneoscopio

Viva, el segundo disco de la banda alemana La Dusseldorf, vio la luz en el año 1978, un disco que mostraba la interesante evolución de Klaus Dinger y compañía en una curiosa época de ebullición de música popular alemana, Dinger ya había dado muestras de su enorme talento con los Neu! a lo largo de tres soberbios (y muy extraños) discos, uno, el primero, un indiscutible clásico, y el último, grabado en 1975, que serviría como ADN del punk inglés, que empezaba a funcionar de manera embrionaria por aquellos años, con las abrasivas vocales de Dinger, y su “apache beat”, con ritmos minimalistas y mecánicos, que serían la base del llamado “motorik”, aunque para Dinger simplemente eran una suerte de repetición de primitivos ritmos de los nativos americanos.

Viva es un disco como pocos, anárquico, glamoroso y sumamente peculiar, en él podemos encontrar parte de las ideas que David Bowie e Iggy Pop usarían para su época de experimentación en la ciudad de Berlín, el tema que da nombre al disco, y que se encarga de iniciarlo, es una suerte de himno trasnochado y alucinante con las filosas guitarras de Dinger, las baterías de Hans Lampe y del mismo Dinger, tan rudimentarias y tan sólidas a la vez, sirviendo como la base perfecta para un disco realmente diferente a lo que muchos habían escuchado en esa época, salvo los que ya conocían a los super vanguardistas de Neu!, mientras que White Overalls es el estallido punk hecho con corazón, con nostalgia y con glamur puro, los hermanos Dinger (Thomas y Klaus) lanzando vocales de manera desafiante y festiva a la vez, un espectáculo repleto de energía, peligro, perversión e ingenio, con el mismo Klaus Dinger (explotándose a modo multitask) haciéndose cargo de los llamativos y fluorescentes sintetizadores.

Rheinita es posiblemente el tema más conocido de éste disco básicamente “underground”, que nunca representó un gran éxito para los Dinger, pero si la confirmación de su estatus como héroes de culto, en especial, Klaus, que sin duda mostraría cuan adelantado estaba a los tiempos del punk, del post punk y de la new wave, prácticamente inventando éstas tres de un solo golpe maestro, con una prodigiosa mezcla de tambores que resuenan como erráticos latidos de corazón, y arreglos de sintetizador que van de lo nostálgico, lo futurista y lo radiante, poniendo ante el escucha, un conglomerado inédito de sonidos, que nuevamente podrían a Klaus Dinger (como en sus épocas con los Neu!), realmente en la cresta de una ola de experimentación electrónica dentro del contexto de la música pop, liderando una auto destructiva organización musical tan osada, como imposible de contener por mucho tiempo junta, desbordándose en ocasiones, como en la amenazadora y casi punk, Geld, con sus duros ritmos y sintetizadores.

Viva cierra de manera maravillosa con la espectacular Cha Cha 2000, que sin duda suena a a una alocada celebración intoxicada en medio de las oscuras y decadentes calles de Berlín, o de Dusseldorf, David Bowie, residente de Berlín por esas épocas, señalaría que La Dusseldorf se convertiría en el “soundtrack” de los 80s, tenía razón, si señores, éste no es sólo el mejor blog que se escribe en español, también podría ser el mejor del mundo.


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