Sacred Reich, Awakening





Sacred Reich, Awakening

Por: Erreh Svaia

El Craneoscopio

Sería criminal el confinar a los Sacred Reich de Arizona con el resto de las bandas de Thrash Metal de la Bay Area en California, surgidas a mediados de los 80s, con una distinguida mezcla de los Black Sabbath y los Judas Priest, además de algunos toques de hardcore punk, los SR no sonaban a los Exodus o a los Testament, los SR sonaban al futuro, no al presente; y estoy seguro que Metallica los tomó muy en cuenta, al igual que los Megadeth (y muchos otros más), cuando ambos trataron de hallar la forma de hacer crecer y trascender el género, el camino encontrado por Metallica, que los llevaría a experimentar un éxito inusitado tras la edición del famoso “disco negro”, en cierta forma ya había sido experimentado por los Sacred Reich (sin el éxito, desafortunadamente), fueron como decían los New York Dolls, “too much too soon”, y para 1996, tras su último disco Heal, desaparecerían de vista.

23 años es un muy largo tiempo, más de dos décadas e incontables sucesos en el mundo que contar, Metallica terminó perdiéndose para encontrarse sólo en partes y sólo en momentos particulares, si nos atrevemos a pensar en que el budismo y el capitalismo en conjunto podrían salvar el mundo, Sacred Reich con su mezcla de Thrash Metal y budismo, podrían salvar el mundo del metal, tal vez Metallica debería considerar escuchar un disco como Awakening para entender cual podría ser el camino para salir del bache creativo y existencial en el cual se encuentran desde hace años, y no es que los Sacred Reich sean pioneros en éste inusual ámbito, ya antes los Bad Brains y los Cro Mags nos habían introducido al mundo de las religiones orientales a la par de duros riffs de guitarras, como ahora Phil Rind y compañía nos traen en su regreso a las calles y al mundo de los altos decibeles.

La batería de Dave McClain, baterista original de la banda, y posterior baterista de los brutales Machine Head se convierte en el principal impulsor detrás del tema que da nombre al disco, junto al los guitarristas Wiley Arnett y Joey Radziwill descargan brutales dosis de notas arrancadas de sus instrumentos, la base perfecta para la espectacular ejecución de Rind como frontman del grupo, Rind, un hombre que ha cruzado el infierno y ha regresado de él, es la mente y el espíritu principal de éste “despertar”, y su voz titánica lo deja de manifiesto en todo momento, cabe mencionar que Awakening, el tema, fácilmente podría emparejar la brutalidad y ataque de unos Machine Head.

Pero si de adrenalina se trata, Divide & Conquer sería el instrumento perfecto, además de una certera crónica del estado actual del mundo hablando a niveles geopolíticos, con Rind ejecutando de una manera admirable sus vocales, siempre de una forma extremadamente carismática, consolidándose como uno de los mejores frontman en todo el espectro del Thrash Metal; Salvation sería la continuación de las nuevas inquietudes existenciales de Rind, un espíritu de positividad raramente visto en el género, derivado de su actual interés en el budismo.

Manifest Reality es un feroz torbellino de guitarras y ritmos hardcore punk que la banda ejerce con verdadero aplomo, la banda y su ataque sonoro derrochan gran precisión y peso extremo, la trascendencia del enorme tema es el resultado final, después de éste vendrían los ritmos perfectos y adictivos de la bien aceitada Killing Machine, con la banda demostrando que mejor que nadie sabe crear una poderosa avalancha de riffs adictivos casi hipnóticos, al tiempo que Death Valley, podría ser el tema más melódico del disco y con algo de influencias de blues incluso, todo esto para cerrar de una manera gloriosa, con riffs inesperados y ritmos titánicos de la mano de Something To Believe, que se encarga de completar el ciclo y poner el broche de oro a uno de los discos más disfrutables de lo que va del año, sin duda los años casi destruyen a los Sacred Reich, pero también los años, les han dado madurez y sabiduría, ¿Podríamos decir lo mismo de sus contemporáneos, que parecen no encontrar el camino? Pues bien, los SR se tardaron 23 años, pero su prodigioso despertar ha llegado.   


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