Tool, Fear Inoculum, 2019




Tool, Fear Inoculum, 2019

Por: Erreh Svaia

El Craneoscopio

Escuchar un “nuevo” disco de Tool me recuerda esa sensación de volver a ver a un entrañable amigo después de muchos años, el tiempo puede pasar, pero a final de cuentas es como si esa persona no hubiese estado tanto tiempo lejos de nosotros, las familiaridades y la confianza siguen presentes, la distancia poco hace para romper esos lazos, y en cierta forma, después de 13 años después desde su última grabación, el Fear Inocolum suena precisamente al Tool que todos ya conocemos y estimamos, las gentiles, atormentadas e hipnóticas vocales de Maynard James Keenan, las guitarras brutales de Adam Jones, las baterías casi rituales de Danna Carey y el poderoso bajo del chico nuevo, Paul D Amour, y precisamente, desde el primer tema, que da nombre al disco, tenemos la oportunidad de escuchar todo esto, la contemplativa voz de Keenan, una de las voz más enigmáticas e hipnóticas del metal contemporáneo, el siempre interesante y colorido trabajo de Carey, quien hace extensivo uso de todos sus recursos tras las percusiones, tablas, gongs, platillos, etcétera, el hombre parece jamás quedarse sin ideas, y esto permite también el desarrollo de las intrigantes línea de guitarra de Jones, quien en ocasiones puede recordarnos un poco la escuela grunge (repetitivas y sucias), y otras al prog rock más clásico (finas y complejas).

Mucho se ha hablado últimamente de Tool, gracias a su ingreso en las plataformas de música digital, para las cuales la música de Tool estuvo previamente cerrada, ahora, su llegada sin duda ha servido para promocionar perfectamente la llegada de éste nuevo disco, consiguiendo una inusitada expectativa, la cual, podría causar una cierta confusión al escuchar éste nuevo disco, para nada Tool ha dejado de ser una banda críptica, cerrada y oscura, una banda que en nada se revela en las primeras notas y que para éste disco ha optado por temas de larga duración que seguramente ahuyentarán al escucha casual, a ese que busca ser parte de la nueva “moda”, para ellos no habrá mucho en Fear Inoculum, pero para otros temas como Pneuma, con sus ritmos bizarros, en gran parte debidos al espectacular trabajo de Carey, habrá una enorme recompensa, los cantos casi rituales de Keenan y las feroces guitarras de Jones (con un espacio intermedio en el que Jones y Carey dan total rienda suelta a sus instintos musicales, todo un agasajo), ah y claro, el bajo de D Amour quien muestra un acoplamiento admirado con el resto de la banda, la banda funcionando con la precisión esperada, en medio de oscuridad esperada y revelando lentamente un disco que se antoja exquisito si se le dedica la adecuada dosis de paciencia.  

Invincible es otro tema memorable del disco con una introducción misteriosa por parte de Jones, quien es acompañado posteriormente por las percusiones de Carey y el cavernoso bajo de D Amour, la banda creando aquí un tema paradójicamente compacto y a la vez espacioso, las vocales de Keenan dando precisamente ese característico toque etéreo que hace inclasificable a los Tool, con Jones lentamente llevando al tema a territorio conocido para liberar esas guitarras que parecerían imitar una respiración lastimosa y repetitiva, la agitación de un corazón que empieza a latir fuertemente, apuntalado ferozmente por Carey, con una vocación decididamente progresiva, que termina dando ese toque especial característico de la banda y que pudiera hacernos identificar a la banda cerca del espectro de gigantes como King Crimson o Rush, aunque en los Tool rara vez encontraremos pasajes demasiado tediosos, por el contrario, siempre encontraremos a la banda en actitud subversiva tratando de iniciar un incendio con cada nota, como sucede después de la primera mitad de éste tema, con la brutal combinación de guitarras y baterías llegando a clímax insospechados, que parecería continuar en la incendiaria Descending, si, una especie de descenso a los infiernos sonoros de la mano inicialmente de D Amour.

Hay elementos en ocasiones a lo largo del disco que parecerán recordar las óperas minimalistas de Philip Glass, aunque las guitarras de Jones nos llevarían tal vez un poco hacia territorios de Glenn Branca, Culling Voices podrían remitirnos a esa dicotomía, aunque el tema parecería un mero preámbulo para la monumental Chocolate Chip Trip, en la cual, el trabajo de Carey se expone en toda su capacidad expresiva, de forma que seguramente dejará con la boca abierta y la quijada caída a muchos, dejando claro que éste disco es lo más cercano a la verdadera esencia de los Tool que hemos podido escuchar, para ser finalmente conducidos la pieza número siete, graciosa y perversamente titulada 7empest, con las exquisitas repeticiones eternas de Jones en las guitarras, filosos riffs (probablemente su momento más abrasivo en el disco) y después toda la furia desatada en el titánico trabajo de Carey en la batería, para aquellos extraviados a lo largo del enigmático Fear Inoculum, posiblemente en 7empest encuentre algo de que asirse, con la banda llevando las características progresivas de su música a la máxima expresión, dejando escapar al final una tempestad creada a lo largo de todo el disco y convertida en una consecuencia de muchos momentos de exquisita tensión.

Fear Inoculum es una prueba irrefutable de la genialidad musical de los Tool, un nuevo disco de una banda que sigue sonando igual, que nos sigue llevando por los mismos pasajes familiares, pero que ha desarrollado una suprema habilidad para hacernos ver diferente lo ya conocido

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