La Velocidad de la Confianza





La Velocidad de la Confianza

Por: Erreh Svaia

El Craneoscopio

Tras una revisión final del INEGI para el segundo trimestre en cuestiones económicas, se confirma que México no está creciendo China y Alemania, motores del crecimiento mundial, tampoco), la economía se sigue desacelerando dejándonos con un 0.0% de crecimiento, en un tercer trimestre DECISIVO para poder apuntalar la solidez del país, ante un entorno por demás complejo, entre eventos geopolíticos de gran escala, elecciones en los EEUU, guerras comerciales, y la continuación debilitamiento de la Unión Europea, un tercer semestre decisivo, porque es en éste trimestre en dónde se definirán si se harán o no muchos proyectos que impulsarían la economía de éste país, de no ser así, para el último trimestre ya estaríamos viendo solamente la planeación del siguiente año, con muchos presupuestos para proyectos perdidos irremediablemente.

Hemos hablado mucho y erróneamente de la incertidumbre como uno de los principales factores para los resultados económicos del país, como si la incertidumbre fuese un fenómeno surgido hace un par de años, incertidumbre siempre ha existido y seguirá existiendo y en un mundo cada vez más informado en el que éste flujo de información debería darnos la oportunidad de reaccionar a mayor velocidad, y si, es casi seguro que globalmente y como país tengamos un problema de velocidad, de la velocidad de la confianza, y tal vez confianza no sea una de las palabras que comúnmente podamos asociar a la velocidad, no obstante, la creación de una ambiente de confianza, sin duda genera una mayor velocidad para el sistema, e incluso una interesante reducción de costos, ¿No es eso lo que busca hoy en día desesperadamente el gobierno mexicano? ¿No es precisamente esta desconfianza en el gobierno la que nos está volviendo más lentos y nos está generando los mayores costos?

Y es que el problema central, económicamente hablando es la pérdida de la confianza y la incapacidad del gobierno para generarla, por lo menos ante los sectores que pueden activar la economía, y el enorme costo y pérdida de la velocidad que esto provoca, si la cancelación de un aeropuerto de primer mundo para el país género una gran pérdida de confianza, los sobre costos los estamos viviendo y lo seguiremos haciendo por décadas, el deseo de reactivar a PEMEX a toda costa, incluso a costa de los presupuestos de otras dependencias también termina despertando esa desconfianza y generando costos aún mayores, el deseo de rescatar una vieja caja chica para buscar financiar un nuevo sistema clientelar al final se está convirtiendo en un problema mayor del que ya teníamos anteriormente, al tiempo que nos enfrentamos a un gobierno incapaz de ejecutar acciones genuinas, revirando a cada problema con acusaciones inútiles a administraciones pasadas.

Y seguimos viendo a un gobierno que lejos de autentificarse y buscar la manera de convertirse en ese proveedor primario de confianza, se convierte en una peligrosa farsa que pregona una falsa bandera de mito, como aquellos creados en épocas oscuras hace más de 40 años, uno que se dice tan democrático como el del oportunista Francisco I. Madero, uno que se dice tan liberal como el del aspirante a dictador Benito Juárez, uno que se dice tan de votación social como el del voraz estalinista Lázaro Cárdenas, empecinados en seguir con la farsa de la historia y el nacionalismo que nada puede resolver en la realidad actual.  


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