Iconoclastas





Iconoclastas

Por: Erreh Svaia

Hyperdrive

Admiro mucho a las mujeres que se dedican al físico constructivismo (alguna vez escribí esto ya, y espero no repetirme), me causa mucha gracia la verdad las personas que piensan que es una especie de oscuro fetiche que tengo, o peor aún, de perversión, nada más alejado de la realidad, mi admiración se deriva meramente de la osadía de tener el valor y el coraje para atreverse a hacer algo que se podría pensar es una actividad exclusiva de los hombres (igual de admirables las mujeres en las ligas de futbol soccer), las mujeres también tiene músculos, y por el contrario, tampoco podríamos decir que la carencia o falta de desarrollo de músculos en un hombre, sería en detrimento de su condición masculina, el clásico comentario de “esa mujer parece hombre” es casi una reacción irracional, si consideramos que rara vez un hombre se ve como una competidora profesional (¿Cuántos Mr. Olympia vemos caminando por las calles?), más, si como hombres, practicamos el deporte de sentarnos en un sillón a ver los deportes en la televisión, acompañados de cerveza y comida chatarra, al tiempo que nuestra panza crece como si estuviésemos “preñados” e incluso muchos llegan a desarrollan pechos (y miren que cualquiera de esas condiciones en una mujer embarazada en la primera, o sin estarlo en la segunda, son condiciones hermosas en el sexo opuesto.)

Más admirable aún que una mujer que se dedica a un deporte que le exige ir más allá de la fuerza física común, si, he visto en muchos gimnasios a mujeres usar más peso en los ejercicios que muchos hombres, ¿“Sexo fuerte”? debería darnos vergüenza (y admirarnos de su disciplina y tenacidad), y deberíamos estar seguros que conservando su condición de mujer, cualquiera de ellas podría ser mejor practicante que muchos hombres, lo cual es ejemplificado perfectamente por gente como la multi campeona Lenda Murray, o Bev Francis, Gladys Portugal o Betty Pariso, mujeres que llevaron su condición física a sitios insospechados, y conservaron una belleza y una femineidad sin paralelos, un equilibrio difícil, considerando que los deslumbrantes músculos, la fuerza descomunal y los bajos niveles de grasa, pudieran distraernos un poco de la esencia femenina siempre presente.



Algo interesante está pasando, y me ha tocado ver a más mujeres trabajando en los gimnasios, destruyendo a la verdaderamente horrenda y real “ideología de género” que dice que una mujer no puede estar en un gimnasio, o peor aún, que no puede hacer muchas de las cosas que hace un hombre, que una mujer no puede o debe desarrollar sus músculos, que si lo hace “parece hombre”, o que tal vez se debería dedicar mejor al ballet, esa si es una “ideología de género” destructiva, herencia de la inseguridad del hombre, ¿Y qué si ella puede levantar más peso que tú? Échale ganas al gimnasio y desarrolla tus músculos, ahí están ¡Úsalos!, ¿Y qué si tiene los músculos más desarrollados que tú? Échale ganas al ejercicio, si eres hombre, tienes músculos más grandes y no debería sentirte abrumado ¡Trabájalos! “Parece hombre…” “¿Acaso tu pareces mujer si no trabajas tus músculos?”

En un mundo en el que los malos hábitos alimenticios, la comida procesada y los hábitos sedentarios y la falta de constancia aplicada a un régimen de ejercicio, pareciera que nuestros cuerpos están condenados al sobre peso y a padecer enfermedades cardiovasculares, en éste mundo, por su condición de madre, se pudiera pensar incluso que la mujer lleva incluso una desventaja mayor, en éste mundo, aún hay mujeres que siguen decidiendo por ellas mismas, que siguen tomando las riendas de sus cuerpos y de su salud y que incluso pueden desafiar exitosamente a la verdadera “ideología de género” el machismo.   
   

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