California Breed-California Breed (2014)



California Breed-California Breed (2014)

“Escucha tu voz interior, rodéate de gente que te amé, que te nutra, enamórate de tu arte y encuéntrate a ti mismo, la música es el gran comunicador.”
Glenn Hughes

Conocí a Glenn Hughes mediante el clásico Burn de los Deep Purple (uno de los mejores discos de la banda), apoyando una nueva alineación del grupo decidida a demostrar que la banda podía seguir sin dos de sus piezas claves, el vocalista Ian Gillan y el bajista Roger Glover, David Coverdale se encargó de cubrir el lugar de Gillan, y Hughes, podría decirse que cubrió a Glover, la gran diferencia con Glover, era que Hughes además de ser un espectacular bajista, era poseedor de una aguda e intensa voz que Deep Purple usó totalmente a su favor, con un Hughes alcanzando esos sitios altísimos a los que ni Coverdale se atrevía, la idea original, se dice era que Hughes reemplazara a ambos (¡vaya cosa!) pero al final se decidieron por el experimento de tener dos vocalistas.

Luego de su salida de los Purple (luego de que la versión liderada por Coverdale se viviera deshiciera en pedazos), la carrera de Hughes tomó muchas direcciones, más propenso a la colaboración que a la estadía continua en un grupo, posiblemente propiciado por su tendencia al abuso de ciertas sustancias, y a la inestabilidad de su carácter, su colaborador más conocido en años recientes, terminaría siendo ni más ni menos que el enorme Tony Iommi, con quien Glenn colaboraría para el disco solista del Iron Man, un disco motivante por el hecho que estos dos salieron rejuvenecidos del proyecto.

De sus trabajos más recientes sale editado este año este disco homónimo de su nueva banda, California Breed, curioso nombre para una banda con dos ingleses, Hughes y ni más ni menos que el hijo del legendario John Bonham, Jason, de ahí que de entrada tengamos asegurada una sección rítmica capaz de romperte todos los huesos, eso sumado a las vocalizaciones de escalofriantes de Hughes.

Y precisamente este California Breed abre con la tremenda The Way, un tema sólido a más no poder, con bajos y guitarras ensordecedores y el añadido poder que le agrega Jason a su batería, emulando un poco, inevitablemente claro, el estilo de su padre, aunque en lo personal noto menos la influencia de John, a comparación de la época en que Jason tocaba con su banda llamada Bonham, que hace ya tiempo pasó a la historia sin mucha pena ni gloria, aquí Hughes, Bonham y el guitarrista Andrew Watt consiguen conjurar un verdadero festín de ejecuciones de alto calibre y altos decibeles, con un Watt poniéndose a tono con los dos titanes con quienes comparte este proyecto.

Increíble resulta pensar que a su edad (y luego de años de abuso de sustancias) Hughes tenga energía para eso y más, ya que en la infecciosa Sweet Tea, dejan claro que la contundencia del primer tema no fue una casualidad, una especie de Simply Irresistible pero con los amplificadores a todo lo que dan, con un Hughes incisivo, atreviéndose a llevar sus vocales a lugares imaginados, un Watt durísimo en la guitarra, un tanto rebasado por los duros tambores de Jason, puestos aquí a prueba en todo momento, mientras que para Chemical Rain, ese tambor bajo resuena con toda la potencia del DNA de la familia Bonham, un estruendo ensordecedor y después pasajes un tanto plácidos guiados por la guitarra de Watt, un breve coqueteo con el pop y las increíbles vocales de Hughes que aquí me recuerdan y mucho a un joven Sammy Haggar, ese que brilló como pocos junto a los Montrose.     

Pero sin temor a equivocarnos, una de las piezas fundamentales del disco lleva por título el nombre de una banda australiana clave de los 80s, Midnight Oil, nada que ver con aquel grupo, ya que aquí, ya que Hughes y compañía nos traen unos feroces rasgueos de guitarra distorsionada, un ritmo casi tribal y resonante por parte de Bonham y un Hughes consiguiendo una ejecución perfecta de la línea vocal en una batalla a muerte con el acompañamiento del resto de este trio.

Hay momentos bien llevados por Hughes, todo un veterano y estupendo vocalista, quien opaca un poco a Bonham y a Watt en All Falls Down, aunque estos dos parecieran vengar la afrenta en The Grey, que me recuerda un poco a los Living Colour en sus momentos más disonantes, pero sin duda Watt es quien se luce al máximo en Days The Come, con un Bonham ejerciendo al máximo la influencia de la legendaria banda de su padre, y con un Hughes dejándose llevar por la influencia del gran Plant.

California Breed es un disco repleto de fascinantes ideas, un Hughes que como vocalista suena más vital que nunca, que me deja la idea de que el hombre nunca fue aprovechado en su totalidad como el GRAN vocalista que es, y un Bonham que se integra más a un grupo sin resaltar tanto su legendario apellido, una combinación muy volátil la lograda aquí, que posiblemente resulte difícil volver a conjugar, un estallido estruendoso de creatividad de la mano de dos veteranos cuyas carreras suenan todo menos acabadas, y que parecieran gritar aquí que contra todas las apuestas el hard rock goza de una salud estupenda en estos tiempos.
  



              

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