Eddie Vedder-Ukulele Songs (2011)
Eddie Vedder-Ukulele
Songs (2011)
“Puedo ver luz en casi cualquier situación, es la manera en que estoy
hecho.”
Sean Penn
Yo pensaría que un disco grabado con un ukulele como único
acompañamiento está casi condenado al fracaso, claro, esto si no tomamos en
cuenta en primer lugar buenos temas y en segundo lugar un buen vocalista, y
esto es precisamente lo que salva del tropiezo a Ukulele Songs (que hasta con
la simpleza y obviedad del título pareciera arriesgarse), editado en el 2011
por Eddie Vedder, vocalista al que muchos identificaran por su trabajo con los
enigmáticos Pearl Jam, grupo que por momentos ha tenido la lucidez para crear
decentes trabajos musicales y otras parecería deliberadamente tocar los
extremos de lo demasiado comercial y otra de lo renegadamente individual.
Ukulele Songs es precisamente esto último, es un disco
renegadamente individual que busca separarse, aunque pareciera difícil del
trabajo de Vedder con los PJ, ya que Vedder, como rostro principal de los PJ,
aunque quisiese desmarcarse de su banda, su característica voz pareciera atarle
por siempre a la banda de Seattle que le dio a conocer, de ahí que para su
disco solista Vedder haya escogido tan idiosincrático instrumento para hacerse
acompañar, aunque el sonido del instrumento me recuerda por momentos aquel
célebre The Battle Of Evermore del Zozo de los Led Zeppelin, por lo menos en
Cant Keep (aunque el instrumento que empuñara Jimmy Page en aquel tema era una
mandolina), tema compacto, como el resto de los temas de este disco, nos
adentra de manera directa en el oscuro y sencillo contexto de este disco, un
disco en solitario que suena precisamente a una experiencia solitaria y sin
mucha repercusión por parte de Vedder, esto de no ser porque el disco y el
instrumento en realidad consiguen denotar un buen trabajo por parte de Vedder,
retorciendo cualquier preconcepción, proporcionando una inesperada mancuerna
que consigue un estupendo efecto al sumarse a la capacidad interpretativa de
Vedder en tema como en Sleeping By Myself, en una estrategia complicada,
contradictoria, pero que en la desolación del encuentro entre ambos elementos
halla su estupendo acoplamiento.
Mediante el ukulele, Vedder pareciera continuar la búsqueda
de escapar de lo masivo que el éxito de los Pearl Jam llegó a ser, encontrando
un escudo perfecto para lo multitudinario, obligándose a sí mismo a una
ejecución en extremo intimista, lo que facilita la confesión descarada, como en
Without You, con una melodía hermosa y poética, como mucho de los trabajos de
Vedder, solo que esta vez el ausente musculo de su banda de hard rock, le
permite alcanzar fibras emocionales que muchos habíamos pasado por alto o que
nos resultaba sencillo ignorar en medio de las guitarras eléctricas,
recordándome con esta extrema desnudez algunos de los discos más lastimosos y
estrujantes (emocionalmente) de Alice Cooper en los 70s, con sus Only Women
Bleed o You and Me.
Hay temas sumamente hermosos que se benefician por completo
del minimalista acompañamiento, como en Broken Heart, que llanamente permiten
apreciar la increíble voz de Vedder a su máxima expresión, y que nos resulta en
una increíble visión del futuro de este hombre, que pudiera tener un potencial
tremendo fuera de mundo del hard rock, aunque claro, esto pudiera significar su
siempre controversial naturaleza, pero admitámoslo, a pesar de su escaso rango,
Vedder posee una voz robusta y nostálgica que de inmediato llama la atención,
que posee fuerza suficiente para considerarse un instrumento mismo, que no
requiere de complejos entramados letrìsticos para demandar atención, y es
precisamente esta la principal fortaleza de este disco, fuerza a Vedder a
trabajar lejos de la amplificación, lejos de los volúmenes y lejos de los
grandes públicos, nos da la oportunidad de adentrarnos en la intimidad de un
hombre poseedor de una visión musical poética sin compromiso que no teme a
ponerse en un gran riesgo, ya que de sobra sabe cuáles son sus principales
armas y aquí las explota a la perfección, en un escenario que para muchos
podría parecer inusual, pero que por momentos estupendos como en Longing To
Belong, me trae a la mente la emotiva fragilidad de un Nick Drake, creando una
suerte de folk rock que desafía la fácil categorización, pero que posee la
sutileza necesaria para vender cualquier defensa al escucharse.
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