El Fin del Modelo de Autoservicios como lo Conocíamos
El Fin del Modelo
de Autoservicios como lo Conocíamos
“Solo hay un jefe, el cliente, él puede despedir a todos en la empresa,
desde el director hasta abajo, simplemente gastando su dinero en otro negocio.”
Sam Walton
En México el autoservicio nacional ha ido sucumbiendo año
tras año ante el embate de los grandes monstruos norteamericanos (que la verdad
nos llevan años de experiencia en este tema), las empresas nacionales de este
rubro: Astra, Sukasa y Gigante, no supieron adaptarse a los tiempos y
conservaron su viejo modelo poco dinámico, lo cual poco a poco los fue llevando
por la ruta de la desaparición, fueron los primemos en desaparecer, al no poder
responder a los nuevos tiempos y a las nuevas competencias, Gigante, alguna vez
el “gigante” literalmente del autoservicio en Latinoamérica, cayó hace unos
años, tras acusaciones de “ofertas” no muy convincente, políticas comerciales poco
flexibles de márgenes, y a una mala administración.
En el caso de Soriana, único sobreviviente, a pesar de no
tener una presencia nacional, se vio obligado en una estrategia meramente de
supervivencia, a comprar a Gigante tras su quiebra, tras esta compra, mucho del
poder financiero de Soriana se vio mermado y la empresa fuertemente endeudada,
por lo que su oferta comercial paso de una naturaleza agresiva a una más
conservadora, permitiendo la consolidaciones de empresas extranjeras como HEB y
Wal Mart, quienes a pesar de iniciar sus operaciones, no sufrieron mucha
resistencia por parte de Soriana debido a su precaria condición, tanto así que
otras empresas nacionales de autoservicio de menor tamaño, como Smart o
Chedraui, aprovecharon esta brecha para crecer.
Hoy en día el autoservicio nacional o extranjero en México
presenta aires de decadencia, los hábitos del mexicano han cambiado y el poder
adquisitivo se ha ido mermando por temas de crisis, desempleo y la pérdida del
poder adquisitivo por salarios que no avanzan a la par con los índices
inflacionarios, Wal Mart, el gigante mundial del autoservicio ha declarado a
México como la “joya” de su gran emporio, el sitio dónde su empresa ha visto
gran crecimiento, pues bien, este año Wal Mart ha registrado reducciones
históricas en sus ingresos, sus números han ido de negros a rojos, el mexicano
promedio ya no va con una cantidad de dinero sobrada y toma decisiones en el
autoservicio, situación que lo hacía convenientemente presa fácil de las
compras de impulso, el mexicano actualmente toma las decisiones de manera más
consciente en su hogar, y acude al local con la cantidad de dinero justa para
la compra, atraído por las ofertas publicadas, una compra bien pensada y
únicamente enfocada a las ofertas, erosiona fuertemente los márgenes del
autoservicio, que espera recuperar los márgenes reducidos de sus productos en
oferta, mediante las compras de impulso de productos con jugosos márgenes.
Las compras han pasado de ser sobradas a sumamente
calculadas, y enfocadas solamente en las ofertas, la peor pesadilla del
autoservicio, hoy en día, la proliferación tiendas de conveniencia casi en cada
esquina de la ciudad, ha facilitado estas compras raquíticas, habilitando al
consumidor a reponer los productos agotados fácilmente, algo que explica la
aparente “bonanza” de la conveniencia, un sector que crece por mero rebote o
por casualidad, no por una estrategia comercial brillante.
Una nicho de estas tiendas que ha crecido fuertemente y que
son claro indicador de la situación del mexicano promedio es la proliferación
de las llamadas “bodegas” tiendas de tamaño reducido, de instalaciones
precarias y poco personal que mediante este modelo han podido operar con
precios bajos gracias a sus menores costos operativos, nada extraordinariamente
innovador, si recordamos que este era el modelo de las viejas tiendas Conasupo,
tiendas muy rudimentarias operadas por el gobierno, que si en su momento
fracasaron, no fue por el modelo comercial, sino por la corrupta administración
a cargo de ellas.
El consumidor en la actualidad está consciente de que su
poder adquisitivo es limitado, las malas predicciones económicas de gobierno
sobre crecimiento y el endurecimiento de leyes impositivas, han llenado de
incertidumbre el ambiente, su enfoque a obtener buenos precios está bien
definido y ha aprendido a razonar bien las decisiones, le atraen las ofertas
razonables (ya no cree en las súper ofertas de 60% o 70% irrazonables), pero
controla bien sus impulsos (la peor pesadilla de los comercios), ha aprendido a
reconocer los productos “baratos”, de poca calidad y de ingredientes dudosos y
los evita, busca calidad y exige buenos precios, se da el tiempo para escoger y
hacer su compra en varios establecimientos.
El futuro se ve negro en el mundo del autoservicio, las
nuevas generaciones empiezan a crear conciencia sobre los productos naturales,
menos procesados y entienden la necesidad de la compra local, valoran los
pequeños establecimientos locales especializados y no esas enormes tiendas en
las que uno se suele perder, aprecian el servicio amable y conocedor, y
castigan la falta de atención y compromiso por quienes les atienden.
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