Leonard Cohen-Popular Problems (2014)
Leonard
Cohen-Popular Problems (2014)
“Solíamos hacer música por diversión, antes más que ahora. Ahora nadie
toma una guitarra a menos que se le pague.”
Leonard Cohen
Una cosa que nos quede claro, Cohen es un monje budista que
está aquí por el dinero, sé que sonará extraño, pero Cohen ha estado
retirándose por más de diez años, el deseo de un hombre que bajó hasta las
mismas profundidades del infierno y que de alguna manera buscaba cambiar el
mundo de la música por el mundo de la meditación budista se vio empañado por un
fraude y por la pérdida de muchos de sus ahorros, pero mientras muchos buscan
la fama y el dinero para darse la gran vida, Cohen sólo busca sobrevivir,
sobrevivir en un mundo complicado para un monje budista que ha conocido la
parte más oscuro y perversa del mundo y que casi a perdido su voz, más no su
talento, uno de los originales herederos del trascendente legado musical del
gran Jacques Brel (dónde podemos contar también a Bob Dylan, Tim Hardin, David
Bowie, Lou Reed y Scott Walker principalmente) para este su 80 aniversario nos
ha traído un nuevo disco titulado Popular Problems, en el que tal vez en uno de
esos problemas populares que señala, se pueda encontrar la necesidad de salir
adelante económicamente hablando.
Tal vez por este historial sea que Popular Problems no suena
a buscar trascendencia, suena a salir adelante en el momento, a sobrevivir en
el día a día, más no a apuntar a prolongar una leyenda, se entiende que Cohen
no arriesgue tanto como otros, como Dylan, Lou Reed o Scott Walker, y que
busque algo de estabilidad a través de una continuidad con sus trabajos
inmediatamente anteriores, y no que sea esto algo malo necesariamente, para
muchos, este Cohen sin esforzarse mucho es más que suficiente para declararle
triunfante entre mucha de la mediocridad musical de estos días.
Popular Problems abre con Slow, en el cual nuevamente Cohen
se muestra sugerente líricamente al tiempo que empata su gravísimo rango vocal
al lento y cadencioso avance de su compañía musical, Cohen sigue presentándosenos
como un “dirty old man”, pero esos sí, uno con mucha más clase que el resto,
mientras que un Steven Tyler o un David Lee Roth suenan ridículos tratando de
seducir al sexo opuesto, Cohen demuestra que “Más sabe el diablo por viejo que
por diablo” como dice el refrán.
Almost Like The Blues suena a un artista maduro, pero no a
uno obsoleto, como el buen pintor, cuando se le termina la pintura azul, pinta
el cielo de otro color, Cohen usa lo que le queda de voz para fortalecerse como
un personaje oscuro y fatídico, uno cuya suerte parece estar echada, pero que
su experiencia y ese respaldo espiritual recién encontrado parecen sacarle
avante y mostrar una vitalidad que muchos ya quisieran a su edad, Samson In New
Orleans va más a las raíces, cala más profundo, y esto es algo que Cohen sabe
usar a la perfección, sus letras, la atmósfera que crea y la profundidad con
que cada palabra es pronunciada cala hondo hasta el hueso (con letras que
tratan sobre el tristísimo sucesos que rodeó al huracán Katrina), la voz de
Cohen se convierte en un instrumento por sí sólo, uno que requiere el mínimo
acompañamiento para vibrar y llenar el espacio, así como hizo el enorme Johnny
Cash al final de su carrera con el gran Rick Rubin, que me lleva a pensar que
aunque Cohen no es propiamente un rockero de hueso colorado, su acercamiento
con Phil Spector nos trajo un sorprendente disco en el que se atrevió a mucho,
¿Y si esa química pudiera repetirse con Rubin en la producción? Después de
todo, Rubin es un hombre que entiende de acompañamientos mínimos.
Para A Street, Cohen nos entrega un tema ideal para el
cabaret y las damas de la noche, un camino y un sendero que este monje budista
ha recorrido y conoce a la perfección, mientras que en Did I Ever Love You nos
regala un tema de desesperación y duda, la voz de Cohen comienza a calar de la
misma manera en que la rasposa voz de un Tom Waits lo hace, aunque de Waits a
Cohen, en la actualidad preferiría a Waits, a lo largo del tema cohen toma
algunas curiosas oportunidades inesperadas, que funcionan, aunque no del todo,
es un territorio que el ya mencionado Waits ya ha recorrido, y que el mucho más
joven Mark Lanegan ha comenzado a explorar de manera satisfactoria.
Cohen consigue apuntarse una estrella con My Oh My, un tema
en el cual el acompañamiento empata a la perfección con su entrega vocal, y
aquí caigo en el punto en que sus conjuntos corales empiezan a sonar a un
horrendo cliché, posiblemente algo que esta de más y que Cohen pudiera pensar
en deshacerse de estos e irse más a la yugular en su parquedad.
Como viejo lobo de mar, Cohen se guarda estupendas sorpresas
para el final, la dinámica Nevermind, que aunque no alcanza las alturas de
Waiting For The Miracle consigue erizarnos la piel, está también la conmovedora
Born In Chains, evocadora de su fe, de la misma manera que su viejo tema
Hallellujah, aunque sin llegar a la arrebatadora interpretación del legendario
tema 8que John Cale usó con un mayor efecto épico), para cerrar un buen disco
con You Got Me Singing, que pudiera evocar el pasado acústico de Cohen, cuando
con una guitarra y su voz podía estrujarnos el alma, Popular Problems posee un
alto nivel, pocos artistas a esta edad consiguen discos así, sin arriesgar
mucho o esforzarse demasiado, Cohen mantiene su nivel y su estatus legendario
como uno de los mejores canta autores, un disco hecho por dinero, sí, pero con
la supervivencia en la mente, un modo de trabajar que suele sacar lo mejor de
uno.
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