Slayer-World Painted Blood (2009)



Slayer-World Painted Blood (2009)

“La lengua cual cuchillo filoso, mata sin regar sangre.”
Buda

Si hablamos de supervivencia, tenemos que mencionar por supuesto a los Slayer, mítica banda que ha sabido sortear los vaivenes del complejo negocio musical, y que han sabido salir impecablemente bien librados a través del tiempo, desde sus orígenes como parte fundamental del metal “underground” estadounidense, hasta su etapa de relativo éxito comercial (antes de la llegada del grunge y el alternativo) con discos como el Seasons In The Abyss, en una época en que otros contemporáneos como Metallica o Megadeth se “treparon a los cuernos de la luna” y parecieran haber hecho ciertas concesiones en su propuesta para alcanzar nuevos mercados más amplios, con unos Metallica yéndose a fondo en este tema y a la postre saliendo un tanto maltratados en su reputación, y unos Megadeth que parecieran sin un rumbo fijo hasta hace unos años a causa de este fugaz coqueteo con el estrellato masivo, videos y grandes giras.     

Pero bien, los Slayer han cambiado poco al respecto, conservando casi intacta su propuesta original, una fórmula que les ha funcionado a la perfección, desde que la crearon con el clásico Reign In Blood, de la mano del enigmático Rick Rubin, claro, han jugado un poco con ella sin irse al extremo (que ironía para este grupo de metal extremo), alentándola y haciéndola más tortuosa como en el South Of Heaven, o introduciendo sutiles elementos melódicos y estructuras más “accesibles”, como en el muy exitoso a nivel comercial, Seasons In The Abyss, pero la base por lo general se ha procurado mantener casi intacta, con el intenso Lombardo en una batería desaforada a toda velocidad que reclama tanta atención como las guitarras gritonas del gran dúo que conformaran King y Hanneman, siempre imitados, jamás igualados.

Para este World Painted Blood del 2009, los Slayer parecieran apegarse a la gran formula de la casa, claro, con los pequeños ajustes debidos a esta, y con las consideraciones necesarias, WPB es un disco que busca ponerse a la par con el tremendo Reign In Blood, una prueba definitiva para saber si el tiempo ha hecho alguna mella en esta legendaria banda, definitivamente no busca o intenta superarlo de una manera temeraria, algo que se antoja imposible de entrada, estrategia que definitivamente termina funcionando, consiguiendo un disco de gran calidad, además de aportar algunas novedades en el paquete, que ya desde el tema que da título al disco, deja en claro que Lombardo y su frenética ejecución está plenamente de regreso, aunque años de convivir con osados experimentalistas como Mike Patton o los Melvins o John Zorn, le han dado nuevos bríos, por otro lado los que aquí suenen como pez en el agua son King y Hanneman, atreviéndose eso sí, a veces a reconfigurar esos estruendosos solos de guitarra del pasado, ofreciendo si, más de lo mismo, pero añadiendo una nueva dimensionalidad a la ejecución.
        
Para Unit 731 tenemos lo que probablemente podría ser lo más cercanos que han sonado los Slayer al clásico sonido del Reign In Blood, el gran Tom Araya en la cúspide sonora, al tope de sus capacidades vocales con esas inflexiones tan hardcore punk que siempre añadió a la ya de por si volátil mezcla de la banda y con unos King y Hanneman dispuestos a retarse a un poco más, valiéndose de algunos efectos para hacer aún más ruidosas sus estruendosas y disonantes guitarras, mismas que se encargan de abrir el siguiente tema, Snuff, que sin duda significa el abrazar nuevamente esas raíces, ese sonido que se había perdido un poco en la incertidumbre musical en que muchas de estas bandas se sumergieron durante este periodo, apegarse a las raíces o acercarse al nuevo metal (nu metal, como sucedió con Sepultura).

Para este disco del 2009 los Slayer consiguen lo que muy pocos de sus contemporáneos, enderezar por completo su curso y retomar la fuerza de sus años dorados, si bien es virtualmente imposible que Metallica volviese a hacer un Master of Puppets, o Megadeth un Rust In Peace, son los Slayer los que consiguen acercarse más a la cumbre de su carrera, sin sonar conservadores o repitiéndose a sí mismos, una prueba de que el paso de los años ha hecho a esta banda más fuerte, más intensa y más letal, algo insospechado para una banda de ya más de 3 décadas a un paso brutal.

¿Qué deparara el futuro para los Slayer? Ya sin Hanneman y sin Lombardo (quien ha decidido concentrarse en otros proyectos experimentales) sería difícil adivinarlo, la fórmula, esa gran fórmula que muchas bandas han imitado hasta el cansancio en algo tendrá que variar, aunque entre los detalles que ha sacado a la luz el mismo Araya, el disco que están preparando continuara la línea de contundencia que esta banda jamás ha abandonado, buscando honrar a toda costa al difunto Hanneman y a la reputación de la banda.          


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