The Bug-Angels and Devils (2014)



The Bug-Angels and Devils (2014)

“Tienes que escoger entre la felicidad y eso que solían llamar arte elevado.”
Aldous Huxley

Hace unos años London Zoo, editado por el genial Kevin Martin sonó en mi reproductor de mp3 por meses, un disco perfectamente violento que en aquel momento no sólo captaba parte de la atmósfera en Londres, sino que también conseguía capturar el espíritu inquieto que se vivía en el resto del mundo, Martin conseguía al colaborar con algunos de los mejores MCs ingleses un disco soberbio ante el cual difícilmente podía mantenerse uno indiferente, por años me quedé con el deseo irrealizado de escribir de aquel increíble disco, muchos pasos adelante, por increíble que pudiera parecer, conceptualizando un futuro que ni el gran Mick Harris con su Scorn, había podido materializar. 

Algunos proyectos después, Martin resucita a The Bug, y esta vez Martin, se pone a prueba a sí mismo, desafiando la formula y creando un nuevo modo de operar para The Bug, en una estrategia que resulta sorprendente para un género que parecería más destinado a manejarse a través de temas sin mucha coherencia, Martin vapulea el género y sacude las estructuras pre concebidas de este.

Angels and Devils pone frente a nosotros un curioso juego, divide los temas en las dos caras (un concepto que cada vez pareciera perderse más en la era digital) y juega a clasificarlos en temas “angelicales y demoniacos”, etiquetas un tanto complejas para estos temas (lo más fácil podría ser inferir la influencia de King Midas Sound, el otro proyecto de Martin, en la primera mitad otros proyectos más violentos, algunos de ellos con Broadrick en la segunda), pero que consiguen finalmente hacer sentido, si claro, The Void podría ser algo cercano a lo angelical, en gran parte gracias a la enorme Liz Harris de Grouper, si no fuera por su textura granular, o porque simplemente podría significar el engañoso ojo del huracán, aún así, Martin aprovecha la aparente calma para mostrar algunos nuevos trucos, una mayor atención al detalle y una mejora en su aprendizaje musical, Martin es un mejor artesano y sus herramientas le dan más y mejores “alas” para la creación de este nuevo viaje sonoro, esto sumado a la experiencia de varias giras, el futuro se muestra generoso para Martin.

Fall me recuerda un poco esos temas de viejos sintetizadores que solía hacer Godflesh en el pasado, encabezados por Justin Broadrick, gran amigo y viejo colaborador de Martin, quien más adelante hace una escala aquí para unirse a su viejo camarada, para reforzar algo muy claro aquí, A and D, no es un disco de baladas y temas fuertes, es un disco de calma engañosa y de turbulencia estruendosa, y Fall cae como la tenebrosa bruma londinense, densa y silenciosa, ocultando sepa dios que misterios tras de sí, esto, mientras que en Ascension hay un fuerte acercamiento a esos desolados pasajes musicales de alguien como Burial, por lo menos de inicio, esto hasta que The Bug o Martin hacen su magia y las vibraciones comienzan a ponerse densas y los ritmos adquieren una prodigiosa tensión.

Para Mi Lost hay una fuerte inclusión de melodía, la multiculturalidad de Londres se pone de manifiesto, Martin nuevamente se rinde a los pies de la identidad de sus MCs consiguiendo añadir un nuevo rostro a su propuesta musical, que casi se convierte en una hidra de muchas cabeza, casi imposible de aniquilar y aquí es dónde el concepto de los ángeles y demonios hace sentido, en la inocencia o calma que sus vocalistas pueden transmitir y que nos ponen en una situación vulnerable para el ataque de la segunda mitad del disco.

Flowdan, uno de los grandes MCs reclutados por Martin para London Zoo hace su reaparición en The One y vaya manera de hacer una entrada y de literalmente liberar los demonios de los que Martin nos habla en el título del disco, Martin endurece y acelera los ritmos, todo a favor del torbellino que Flowdan desata, un ataque despiadado de un hombre nacido para colaborar con Martin, capaz de crear una química extraordinaria con Kevin, pero los experimentos no se quedan ahí, ya que Martin recluta sangre nueva para Function, en dónde un nuevo rebelde se suma a esta revolución sonora, un MC llamado Manga que consigue darle a la pieza el nivel de locura que Danny Brown no pudo inyectar en el disco de Rustie, tampoco MC Ride de los ya difuntos y añorados Death Grips consigue encender los motores al nivel de su extinta banda, Fuck a Bitch funciona sí, pero no a un nivel masivamente destructivo como esperaríamos.

Martin repite con Flowdan en Fat Mac aladiendo un elemento totalmente inesperado en The Bug, la disonante guitarra de su amigo Justin Broadrick, trayéndonos memorias de aquellos incendiarios proyectos del pasado que Broadrick y Martin crearon con tanta visión del futuro, para después dejar paso a otra veterana de The Bug, la mismísima Warrior Queen, una dama capaz de espcupir prodigiosas dosis de veneno puro, como podemos atestiguar en…Fuck You. 

Martin juega a la segura, y como no con el demonio de primer nivel que tiene en Flowdan, quien nuevamente protagonista un tema, dirty, encargado de cerrar este tremendo disco, un viaje estruendoso que pareciera traducir a sonido la agresión visual de un Irreversible del gran Gaspar Noel, dando carpetazo final a una segunda incendiaria y brutal que consigue convivir con la etérea primera parte, esta vez dejando bien claro que Martin sabe perfectamente cómo utilizar a sus vocalistas y proporcionarles el armamento perfecto para iniciar una asombrosa revolución.    




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