Los Conflictos que se Avecinan
Los Conflictos que
se Avecinan
“Debemos restaurar la esperanza en la gente joven, ayudar a los viejos,
abrirnos al futuro, extender el amor, ser pobres entre los pobres, necesitamos
incluir a los excluidos y predicar la paz.”
Papa Francisco
Hace unos días, una coalición de países inició un bombardeo
sobre territorios en Irak y Siria, esto con el fin de contener el avance del
llamado Estado Islámico y prevenir supuestos planes de ataques contra países en
Occidente, aunque países como Rusia o Irán o Turquía se han mantenido neutrales
en cuanto a tomar acción directa en estos ataques, si han condenado el
surgimiento de este tipo de movimientos extremistas y fundamentalistas, y es
muy posible que más adelante intervengan de otra manera, a fin de cuentas, tanto
para Rusia, Irán y Turquía, la cercanía geográfica posiblemente sea la mayor
presión para hacer algo y proteger sus territorios de esta aparente invasión,
una especie de cruzada a la inversa (con Europa como uno de los blancos
futuros), esta vez dirigida no por fanáticos cristianos, sino por fanáticos
islámicos, que dicho sea de paso, así como el cristianismo en las cruzadas no
es una apta descripción del cristianismo o de los cristianos, el surgimiento
del llamado Estado Islámico tampoco es algo que defina al Islam o a los
musulmanes en su totalidad, recordemos que esto es un movimiento extremista,
desvinculado con la mayor parte de los adeptos al islam, curiosamente muy
atractivo para extranjeros de países occidentales que han acudido al llamado de
este “califato”, para unirse y pelear por él.
África en toda su extensión, se vuelve la parte neural de
muchas de las batallas, no necesariamente bélicas que el hombre debe resolver
para asegurar la paz y la permanencia de la raza humana, conflictos que deben
ser resueltos en conjunto, no por una coalición “aliada”, no por la OTAN, no
por Rusia, no por Siria, no por África en solitario, la batalla por el futuro
del hombre se está librando en el continente africano, y los enemigos no son
los que muchos creemos, los enemigos, cual modernos jinetes del apocalipsis
son: El petróleo, el Ebola y el extremismo (renaciendo en Europa en estos
momentos bajo la sombra del nacionalismo y del populismo), hasta ahí tres
solamente, ya hablaremos del cuarto.
Luego de la caída del muro de Berlín y de la desaparición de
la URSS y el comunismo, varios fenómenos, algunos de ellos contradictorios
entre sí, surgieron en nuestro pujante mundo, uno de ellos, la globalización,
la apertura mayor de las fronteras y el comercio global, ayudando sin duda a
impulsar la economía mundial, con todos sus pros y contras, ha significado una
mayor comunicación entre los países y por consecuencia, para bien o para mal,
una mayor exposición a fenómenos como las pandemias, la rápida propagación de
una enfermedad altamente contagiosa y poco conocida, el hombre en gran parte
ahora libre para viajar de nación en nación, puede significar un mayor riesgo a
llevar enfermedades a todo el mundo y el surgimiento del fuerte brote de Ebola
en países como Sierra Leona, Liberia o Nigeria significa un riesgo mayor que en
décadas anteriores, una enfermedad que difícilmente podrá ser contenida, como
se hacía en años anteriores y que ahora exige más que una coalición, una verdadera
unión de todas las naciones para resolver urgentemente este tema, hoy es un
problema fuerte en África, mañana, puede significar un conflicto de
proporciones mundiales.
El llamado excremento del diablo, el petróleo sigue causando
el mayor número de conflictos bélicos entre naciones, mientras EUA lucha por su
independencia energética para el futuro, el avance de sus acciones armadas en
el medio oriente continua levantando sospechas de la influencia de los EUA en
los conflictos en Irak, Libia, Palestina y Siria, por otro lado, China avanza
rápidamente por Latinoamérica, buscando asegurar la riqueza en el subsuelo y
conservar su fuerte crecimiento económico, Rusia, poseedora de enormes
recursos, busca imponerse como potencia energética, con posible gran influencia
sobre Europa, gracias a su posición como proveedor de gas para el viejo
continente, inclinado de esta manera la balanza a su favor, vislumbrando en un
futuro, ante la escases de petróleo, una carrera por apoderarse de los
territorios del ártico, presumiblemente una enorme reserva de combustibles.
El tercer enemigo del hombre tiene muchas caras, en el medio
oriente se le llama extremismo o fundamentalismo, pero vaya, esta misma semilla
alguna vez floreció en Europa, se mantuvo en hibernación durante la guerra
fría, contenido por una tensa paz y la opresión de dos poderosas naciones
predominantes, la URSS y los EUA, una vez cerrado el capítulo de la guerra
fría, el peligroso nacionalismo ha vuelto a despertar, alentado por la crisis
del 2008 que parece no ceder y que sigue acechando a las economías europeas, el
nacionalismo ha tomado una nueva cara, la del populismo, la de culpar a todos y
no ver los errores propios, la de pensar en el bien propio y ofrecer soluciones
mágicas, imposibles de llevarse a cabo de manera aislada, en contra corriente,
en ocasiones con la unidad y con la globalización, la explicación es muy
simple, el concepto primitivo de las tribus y sus batallas por recursos,
territorios y agua , originada desde el principio de la humanidad, se hace
perpetua hasta nuestros días y amenaza con hundir al mundo en el mismo tipo de
conflictos que ha mantenido atrasada a gran parte de África.
El cuarto jinete del apocalipsis actual es el cambio
climático, del cual nos llegamos a olvidar por un tiempo, pero que parece
cobrar más fuerza en meses recientes, posiblemente con más jugadores que antes,
todos ellos en una carrera más desenfrenada que nunca, unos por conservar su
estatus, otros por adquirirlo, todo esto con consecuencias devastadoras no sólo
evidentes en los fenómenos naturales, más extremos que nunca, sino en una
afectación en la agricultura y por consecuencia poniendo en riesgo la producción de alimentos.
La ciencia del hombre nos ha llevado ya nos ha llevado a
otros planetas, nos ha dado en años recientes más avances que en cualquier otro
periodo de la humanidad, es el momento de olvidar nacionalidades y unirse en la
lucha común contra las enfermedades de alto riesgo como el ebola, y buscar el
bienestar común, es tiempo de dejar el pasado atrás y ver hacia el futuro,
pensar que hay más allá del petróleo, reconocerlo como un elemento trágico en
la historia del hombre, causante de guerras, muerte y como algunos países ya
han comenzado a hacer, crear iniciativas para ir librándonos de la dependencia
hacia estos combustibles y empezar a fomentar el uso de energías renovables,
verdes y más seguras.
El daño al ecosistema ya está hecho y por muchos esfuerzos
tardara años en revertirse, eso si hacemos algo ya, pero este es nuestro
plantea y solo tenemos este para vivir, en el intermedio que resolvemos las
medidas a tomar para aminorar el daño, el plantea presenta cada vez más climas
extremos, huracanes, maremotos, terremotos, inundaciones y sequias, urge
entender la naturaleza de estos fenómenos y usarlos a nuestro beneficio, como
aprender a almacenar la energía de estos fenómenos y convertirlos en la energía
que necesitamos para mover nuestras economías, ese es otro de los retos que
tenemos adelante.
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