Whitesnake-Good To Be Bad



Whitesnake-Good To Be Bad

“No evito la confrontación, la gente debe saberlo.”
David Coverdale

Deep Purple editó hace unos meses un disco bastante interesante, sonaban revitalizados gracias a la producción del siempre excelente Bob Ezrin, heredero sin duda de las andanzas épicas de un Phil Spector y quien supo poner a los DP a hacer lo que mejor hacen, lástima que el disco no haya tenido la repercusión que tuvo el regreso de los Black Sabbath, miopía, falta de visión, llámenle como quieran, ya sea sin Blackmore o tristemente sin Jon Lord, estos Purple siguen rockeando muy, muy duro.

Por otro lado, Glenn Huges, quien compartiera tareas de vocalista junta a David Coverdale participó igualmente hace unos meses en un nuevo proyecto llamado California Breed, junto al tremendo Jason Bonham, si, el hijo del legendario John Bonham de los Led Zeppelin, el punto aquí es que prácticamente la misma alineación que grabara el célebre Burn de los DP sigue activa (salvo Lord, claro) y haciendo música de una intensidad admirable, si esto es verdad, ¿Qué ha sido del gran David Coverdale, alguna vez vocalista de Deep Purple y de Whitesnake?

Pues Coverdale sigue al frente de su vehículo principal, Whitesnake, que como muchos sabrán produjeron excelentes discos durante los 80s, mutando favorablemente de una banda de hard rock al estilo de los mismos DP, a una banda que de alguna manera se colocó en la cresta de la ola en la época del glam metal, resaltando la visión con la que Coverdale supo adaptar su propuesta musical, afrontémoslo, Whitesnake es un poco como Danzig o como NIN, es un “nombre” tras del cual la visión de David Coverdale se materializa, músicos van y vienen, pero ellos trabajan para cumplir cabalmente con la visión musical de Coverdale, quien irónicamente, no ha tenido mucho éxito en sus proyectos solistas.

Good To Be Bad es uno de esos discos que uno desearía hubiesen existido en otra época, muy probablemente justo después del clásico disco de la banda en 1985, ya que es un disco con guitarras pesadas, una sección rítmica sólida como pocas y con un Coverdale espectacular como siempre, despreciado algunas veces por considerársele un clon de Robert Plant, comentario que sale sobrando si recordamos que Coverdale, con los Deep Purple fue parte de la generación de los Led Zeppelin precisamente.

El tema que abre este disco, Best Years retumba con estupendas guitarras ensordecedoras, un estremecedor trabajo de baterías que inmediatamente rechazan la teoría de que Whitesnake fueran un producto del glam y el pop metal de finales de los 80s, principios de los 90s, una banda con sus raíces en el hard rock de los 70s y que busca consolidarse como eso, como una banda de hard rock clásico antes que cualquier otra cosa, y los rasgueos de este tema precisamente consiguen ese propósito, manteniendo un excelente equilibrio al añadírsele el elemento épico de los teclados.

Para Can You Hear The Wind Blow, nuevamente nos vemos frente a una poderosa pared de guitarras, lo cual habla de lo bien balanceado que siempre ha estado el proyecto de Coverdale, en el cual la música es la protagonista y no el vocalista, y aquí, sobre todo salta al oído el trabajo de la banda como un todo perfectamente bien orquestado, con el valor agregado de una producción contundente, compacta que añade fuerza a la música de la banda.

Call On Me me recuerda un poco el trabajo de Coverdale con los excelentes Deep Purple, con una intensidad y dureza instrumental admirable, y es precisamente aquí dónde Coverdale pareciese sentirse más en confianza y liberar algo de su pirotecnia vocal con el fin de contrarrestar las soberbias guitarras que saturan la grabación de principio a fin, en general el viaje musical hasta aquí resulta placentero y repleto de adrenalina, aunque el tren se descarrila un poco con la inclusión de la clásica balada, titulada All I Want All I Need, la cual simplemente rompe con el fluir natural del disco, resultando en nada más que un instrumento de nostalgia, que claro, denota el talento de Coverdale para escribir este tipo de temas, pero representan un pasado que Coverdale debiese olvidar para poder avanzar y desprenderse de ese lastre que pareciera atar a la banda, y del que otros como Bon Jovi han sabido dejar atrás con inteligencia.

Pero no todo se pierde por una balada, la introducción de Good To Be Bad es brutalmente prodigiosa y la banda le da bastante duro a sus instrumentos, la intensidad prevalece y Coverdale permite a sus músicos brillar de manera singular, de esta manera Coverdale demuestra que no es un objeto del pasado que pueda ser olvidado y que ya en otras ocasiones, junto al buen Jimmy Page ha demostrado su inquietud por evolucionar y forjarse un nuevo camino.

Lo interesante aquí será ver si Coverdale consigue actualizar su concepto musical a una nueva era, sin olvidarse de sus raíces, algo clave para el éxito actual de los Black Sabbath, Deep Purple o Glenn Huges, siguen haciendo lo que mejor saben hacer, pero han sabido escuchar a las nueva generaciones, reconociendo lo que funciona y agregándolo a su propuesta.
    


              

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