10 Razones Para Borrar tus Redes Sociales de Inmediato, Jaron Lanier





10 Razones Para Borrar tus Redes Sociales de Inmediato, Jaron Lanier

 Por: Erreh Svaia

Vivlío Fagitó

Jaron Lanier ha escrito previamente dos estupendos libros, el primero You Are Not a Gadget y Who Owns the Future? En ambos, el pionero del internet y de la realidad virtual arremete de forma dura e incisiva contra parte de los efectos en la sociedad, que su “revolución” ha traído, una suerte de “revolución cultural” casi “Pavloviana” de búsqueda de estímulos y recompensas, de una dependencia casi tan nociva como los resultan los cigarrillos en algunas personas, una adicción de nuestro mundo moderno que parece estar yendo cada vez más lejos y cuyo antídoto, a manera que siguen perfeccionándose las redes sociales, será cada vez más difícil de encontrar.

10 Arguments for Deleting Your Social Media Accounts Right Now es el nuevo libro de Lanier, si están leyendo esto, es probablemente porque no le hice caso, es precisamente porque sigo pensando que en temas de comunicación, podría asegurar que por lo menos Facebook es superior, hablar de Twitter, Instagram, Google + y otros, simplemente nunca me parecieron efectivos, hablar de Twitter y de su limitante de caracteres que sólo hace pensar a la gente en los 140 caracteres más que en el mensaje mismo, Instagram, plataforma que me parece lastimosa, superficial en exceso y más un escaparate para la vanidad, Google +, que bueno, ya es historia, de hecho, nos quedamos con Facebook, que en mi caso ha servido para poder tener mucha de la información que me interesa al alcance de la mano, siendo muy honestos, el tema social no me resulta tan relevante, rara vez acepto un “amigo” nuevo, mi “red” no es muy extensa, claro que trato de compartir información de forma constante, pero también busco gente que sepa compartir información valiosa, y discernir entre temas engañosos y los que no son.

La mordaz critica de Lanier se centra en la transformación que el usuario ha sufrido por el uso de las redes sociales, la rudeza con la que a veces se lleva a cabo el intercambio de opiniones, la búsqueda en ocasiones del “choque” que lleva a la confrontación y sobre todo, la agrupación de los usuarios en “tribus”, algo que de alguna manera nos lleva a lo más primitivo de nuestro ser, y a su vez, se refleja en una realidad que actualmente vivimos en medio del auge del nacionalismo y la polarización de la sociedad moderna, esa “pulverización” de la sociedad en diminutas tribus que, que hace eco al libro de Vargas Llosa, “La Llamada de la Tribu” y a ese libro futurista de JG Ballard “Hello America”.
Hoy la amenaza de éste sistema “Pavloviano” que esclaviza a muchos en busca de un “like”, que remodela a la personalidad buscando esa recompensa que vemos otros reciben y que orienta nuestras acciones hacia ese objetivo, muchas veces objetivos no iniciados por una persona, sino por un algoritmo que nos conoce perfectamente y sabe que cuerdas tocar para conseguir el sonido deseado de nosotros, un desfile de búsqueda desesperada de aceptación social y una ideología básica del “like”= a estoy bien, y de la indiferencia, señal de que algo estoy haciendo mal, creando una espiral de ansiedad en personas generalmente carentes de una personalidad definida en búsqueda de definir su naturaleza.

Si bien las redes sociales en un inicio fueron la gran promesa de libertad, de la lógica de lo “gratuito”, de lo “público”, hoy parecieran significar todo lo contrario, el requerimiento de un pago muy alto para “pertenecer”, la exclusividad de ciertas tribus, la agresión social hacia el pensamiento individual, una suerte de “colmena” gigante en la que el individuo comienza a perder la lucha contra el colectivismo y en la cual la tiranía del “like” se convierte en una obsesión opresiva para muchos, y cuya frialdad pudiera convertirse en una condena de duras consecuencias en la psique más indefensa.
Dos pensamientos adicionales, uno, el peligro de la evolución de ésta maquinaria adictiva de estímulos y recompensas en las manos inadecuadas, hoy son grandes corporaciones quienes extraen cantidades portentosas de información sobre nuestros patrones de conducta, nuestros motivantes y nuestros miedos, el día de mañana podría ser un gobierno con aspiraciones totalitarias que podría resultar más peligroso que esas viejas policías secretas que buscaban detectar a la disidencia y reprimirla de forma brutal.

Por otro lado, se convierten en la herramienta perfecta para proyectos ambiciosamente colectivos como el gobierno chino, quien ya busca aplicar el modelo de “nación Facebook” a la sociedad y poder marcar las pautas de comportamiento para ésta en base a estímulos y recompensas, y también de castigos, Black Mirror no andaba tan errado.      

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