La Balcanización de Morena y los Tiempos “Maquiavélicos”





La Balcanización de Morena y los Tiempos “Maquiavélicos”

(Hasta que la Tribu nos Alcance)

Por: Erreh Svaia

Dispersión Caprina

Hace más de un año comenté sobre la profunda transformación que sufriría nuestro sistema político de partidos camino al 2018, para mí, ese era el fenómeno a tomar en cuenta y que sería más significativo aún que el candidato en cuestión a ganar las elecciones presidenciales, el fin del PRD, por lo menos en esencia se veía venir, una parte regresar a lo más primigenio del ADN del “nacionalismo revolucionario” huyendo a Morena, la otra, entendiendo que la fecha de caducidad de las izquierdas en el mundo se acercaba, se movían al centro en una alianza con el PAN, partido de centro derecha, evocando alianzas de amplio espectro y cercanas al centro como en Alemania o Chile, a la fecha, el PRD ya casi borrado del mapa busca cual será su nueva configuración, en el caso del PRI, cuya ruptura empezó en el año de 1988, siguió su proceso de desintegración, una parte, al igual que en el caso del PRD, decepcionada del giro al centro derecha, emigró a Morena, los partidos satélites, el PVEM, el PES y el PT, también, incluso a quienes permanecieron en el partido, les resultó letal el golpe de la modificación de los estatutos para aceptar un candidato proveniente del exterior, José Antonio Meade, el resultado, fue parte del voto duro del PRI (burócratas, sindicatos y partidos satélites) sumándose a los 15 millones de seguidores incondicionales de Andrés López para sumar un total de 30 millones de votos.

En el PAN, la ruptura se vislumbró desde muchos años antes, se vislumbró desde tiempos de Fox, después en épocas de Calderón y devino en el fracaso de la candidatura de Josefina Vázquez Mota, el hecho se hizo más evidente con la salida de Margarita Zavala del PAN para competir como candidato independiente y en la posición contestataria por parte de Javier Corral, además de la campaña tensa de Ricardo Anaya y el desprendimiento de Zavala, ya se escuchan señales de la intención de Felipe Calderón para crear un nuevo partido, si tras los comicios internos de éste fin de semana, el PAN decide no regresar a sus orígenes, nuevamente la transformación y ruptura se dan dentro de un partido más, y se detona el posible surgimiento de nuevos partidos radicales (que buscan regresar a sus raíces).

Por su relativa “juventud” (aunque suena bastante irónico luego de ver la avanzada edad de gran ´parte del gabinete del presidente electo) se pudiera pensar que Morena está exento de éste preponderante proceso de “balcanización”, pero no es así, Morena está muy lejos de ser un partido nuevo, o de si quiera ser un “partido” como tal, en su ADN corre el corporativismo del viejo PRI-Sistema que integraba mediante disciplina férrea diversos sectores aparentemente incongruentes (militares, campesinos, sindicatos, izquierdas, empresarios, etc.), esa misma esencia “fragmentada” la vimos en uno de los “herederos” del PRI, el PRD, cuya naturaleza se configuró mediante la suma de esa “izquierda” fraudulenta del PRI, con la izquierda sintetizada proveniente del viejo Partido Comunista y los nuevos, en aquel entonces, partidos socialistas que buscaban adaptarse a los nuevos tiempos del “socialismo democrático” tras la caída del Muro de Berlín, hoy conmemorada, esas “corrientes” o “tribus”, serían precisamente las que llevarían al rompimiento y que pondrían en cuestionamiento el futuro del partido.

Morena, guste o no a sus incondicionales fanáticos, lleva dentro de si éste nefasto ADN con tendencias autodestructivas, más aún si consideramos la radical apertura a la que se expusieron evocando el pragmatismo electoral PRIista con el fin de conseguir a toda costa un triunfo en las recientes elecciones presidenciales, y aunque la estrategia funcionó, hoy la “balcanización” ya empieza a dar señales a pesar de los escasos meses en el gobierno de este partido, se antojaba sencillo el hecho de gobernar a partir de la premisa de ser mayorías en las cámaras (ya las elecciones de medio termino en los EEUU nos han demostrado que la mayoría no es garantía de éxito), pero resulta imposible pasar por alto muchas de las incongruencias que Morena aceptó con el fin de convertirse primera fuerza, por un lado los ya conocidos “socialistas” afines al régimen de Nicolás Maduro y la revolución Bolivariana de Hugo Chávez, Noroña, Diaz Polanco, Ackerman, Nahle, Padierna, Bejarano, Taibo, Polevnsky, por otro lado los “incondicionales de Marcelo Ebrard”, “neoliberales” en esencia como Olga Sánchez Cordero y Mario Delgado, cuya agenda es de naturaleza liberal e incluso progresista, los conservadores de derecha, como Alfonso Romo, Germán Martínez, Tatiana Clouthier, Manuel Espino, usados para dar cierta tranquilidad al sector empresarial y que en semanas recientes han sido duramente golpeados y se podría decir hasta “traicionados”, los ex “dinosaurios” del PRI, convertidos en los primeros beneficiarios del triunfo electoral, Bartlett, Muñoz Ledo, Ricardo Monreal y Jiménez Espriú, los “tecnócratas” como Claudia Sheinbaum, Esteban Moctezuma y Manuel Velazco Coello (como alfil), además de algunos “independientes” como el recién apuntado economista Jonathan Heath y Carlos Urzúa

En días recientes, el ex presidente lanzaba algunas declaraciones en un foro conmemorativo a Maquiavelo, centró la situación actual en un contexto fascista al señalar que la república se hallaba en una posición de “desaparecer o renacer”, hizo un llamado a “estar preparados para lo inesperado”, un duro choque interno dentro del partido y dentro del país, un duro choque entre la dinámica nacional y la internacional, un enfrentamiento entre lo político y lo económico, no olvidemos que parte de éstas dinámicas detonaron las épocas de gloria del PRI-Sistema originado por Cárdenas en lo político, y el nacimiento de una oposición en lo económico, como lo fue el PAN, éstas fuerzas opuestas parecen volverse a conjugar hoy en día, habremos de ver quien las sabe aprovechar.    



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