Deng y el Pragmatismo Salvaje
Deng y el Pragmatismo Salvaje
Por: Erreh Svaia
Dispersión Caprina
“Purgado” dos veces durante la “Revolución Cultural” de Mao
en China, para Mao, Deng era un “reformista” y muchas de las políticas de Deng
iban en contra de lo que para Mao debía ser el país, Deng fue alejado del poder
central, aislado por poco tiempo y tras la muerte de Mao, Deng Xiaoping consiguió
maniobrar de manera adecuada para recuperar fuerza política y poder dejar fuera
a las cartas fuertes designadas por el Partido Comunista de China para hacerse
del poder, en un momento de gran desilusión con respecto a las políticas de Mao
y el Partido, que habían dejado en desventaja al país, Deng supo “vender” su
visión al Politburo, sus controversiales iniciativas, a pesar de ir muchas de
ellas en contra de la naturaleza del partido, habían reactivado la economía en
varias regiones alejadas del centro político del país, era tiempo para Deng, de
demostrar si era capaz de implementarlas de forma nacional, su máxima sobre la
falta de importancia “en el color del gato”, mientras éste cazara ratones,
resumía su poderosa e iconoclasta visión de aplicar lo que había visto en un país
como Singapur (de la mano del enrome Lee Kuan Yew) en un enrome país como China,
una visión pragmática que buscaba combinar la ideología socialista con un
enfoque de libre mercado, nada sencillo para una nación que había vivido por décadas
bajo la visión dogmática del Maoísmo, pero en el caso de Deng, su visión y
misión eran claras, abrir China al mundo, o caer en la obsolescencia de la
Unión Soviética que a principios de los 80s, empezaba a ser evidente, para
ello, la “Primavera de Beijing” sería el primer paso en una ruta hacia la
apertura interna, permitiendo cierto grado de crítica hacia el partido en el
poder, y hacia el exterior, permitiendo gradualmente el ingreso de la inversión
extranjera, sucesos que se volvería una fuerte inspiración para muchas
economías cerradas que vieron en la China de Deng, una señal de una nueva
dinámica global que estaba por llegar.
Para Deng, las fuerzas aparentemente opuestas de una planificación
y de mercado carecían realmente de ese diferencial que los dogmas señalaban con
gran insistencia, Deng no veía una economía planificada como requisito del
socialismo, y tampoco veía las fuerzas del mercado ajenas a la planificación,
por lo que en si pragmática visión cabía la segura posibilidad de combinarlos
para obtener lo mejor de ambos mundos, de alguna forma Deng alcanzaba a
entender la visión máxima de alguien como Marx que buscaba la liberación final
y desarrollo máximo de los medios de producción, para esto Deng busco generar
ideas y reformas de abajo hacia arriba, contrarias a lo sucedido durante el período
de “liberalización” soviética en que las iniciativas detonadas de arriba hacia
abajo encontraron gran resistencia y fracaso.
Deng supo identificar dos variables claves en el futuro desarrollo
de China, la primera, la enorme capacidad productiva del país, una maquina
colosal que tenía todo para convertirse en un monstruo comercial y que debía buscar
la apertura de los mercados y la alta competitividad, segundo, la búsqueda un
fortalecimiento en el mercado interno para servir como segundo motor y asegurar
el crecimiento a toda costa del país, la visión de Deng fue acertada, y así
China avanzaría gradualmente a abrir sus fronteras y a convertirse en un
poderoso exportador de bienes, mientras que la población iba mejorando su nivel
de vida e iba generando un mercado interno robusto que se convertiría en la
envidia y el ejemplo de muchas otras naciones que seguirían rutas similares.
Parte del legado de Deng sería su manejo pragmático de la
economía, su apertura total a los experimentos como el llamado “un país, dos
sistemas” que daba cierta libertad a Hong Kong y que observaba detenidamente el
crecimiento de esa región gracias al comercio, y buscaba adaptarlo a la dinámica
socialista, abriendo el camino a la actual política y naturaleza de China, que
hoy en día celebra el libre mercado, la globalización, la competencia, la
productividad, el capitalismo y el socialismo bajo una versión China muy
particular, en un mundo con una población preocupada al extremo por la
incertidumbre experimentada en el año 2008, y ante el surgimiento de falsos
profetas “nacionalista-populistas”, pareciera que la visión pragmática de Deng,
y el “Camino de China” pudieran imponerse en un mundo que requiere de cierta
seguridad, pragmatismo y conectividad, sumado a la disciplina y control
desarrollada en éste coloso Oriental, en el mayor laboratorio político, económico
y social del mundo, que ha visto nacer ésta suerte de “capitalismo de mano dura
con una orientación planificada hacia el libre mercado”, de la mano de los “4
tigres asiáticos (Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwan)” que también han
abrazado su versión propia de la democracia, de la transparencia, de la lucha
anti corrupción y del estado de derecho para llevar a una enorme masa humana a
mejores niveles de vida, el futuro señala a Lee Kuan Yew y a Deng como los
grandes visionarios de lo que está por venir.
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