Cloud Nothings-Attack On Memory
Hubo una “época dorada” dentro de la música independiente estado hundidense, no confundir con el espantoso término “alternativo” etique fácil de uso recurrente en el ignorante, esa época en que Nueva York nos traía a los Sonic Youth y a los Pussy Galore, en la otra costa luego de la estela sónica dejada por los Black Flag, emergían las bandas de la SST Recordsla Dischord en Washington, y de la (pre-Seattle) sagrada cuna del rock guitarrero en los Estamos Hundidos de Amnésica, Minneapolis, de dónde saldrían los Replacements, los Husker Du y Soul Asylum, casi nada verdad?
Una época en que, como decían los Flaming Lips, los “punk empezaron a consumir acido”, el convaleciente hardcore punk desaparecía y se encontraba con su antecesor, la música psicodelica, dejando la semilla para una nueva generación de músicos que igual amaban a Jim Morrison, a Lou Reed y a Johnny Rotten, que como Husker Du, mostraban una gran madurez y asimilaban la influencia de las generaciones anteriores y las empataban con la siempre vital energía de la escena punk, en verdad esa es una de mis épocas favoritas dentro de la música de décadas pasadas, y cuando el “underground” del vecino país del norte en verdad produjo joyas de enorme valía musical.
Que sirva esto de introducción para el disco de los Cloud Nothings, Attack On Memory, banda procedente de Cleveland, alguna vez hogar de los Pere Ubu, Devo y los Dead Boys (otra vez, casi nada…) y que pareciera vivir en un permanente estado de nostalgia y añoranza por esa época en que las guitarras y una re valoración masiva de bandas como los Stooges y los MC5 reinaban entre las juventudes, una época en que la guitarra eléctrica era el “arma de destrucción masiva” preferida y en que el rollo este de la música digital no era tan predominante, no suelo vivir en la nostalgia, aunque tampoco olvido la buena música hecha en años anteriores, ya que mucha de ella carece en realidad de una temporalidad, pero también hay que resaltar que la música de los Cloud Nothings es una inútil añoranza de una época que no va a volver, nos encontramos en un tiempo en que por un lado, la esencia del “grupo” comienza a desaparecer, con cada vez más actos individuales, por otro lado el espíritu de los estudios de grabación, es algo ya decadente en nuestros tiempos, con una presencia cada vez mayor de las grabaciones caseras y digitales, esto último como alusión a la inclusión del legendario Steve Albini como ingeniero de sonido, y es que precisamente Albini fue una pieza clave de esas épocas doradas, con sus Big Black.
En lo personal el disco no lo considero como un producto malo, pero si un producto lleno de nostalgia, fuera de tiempo y carente en realidad de mucha trascendencia o que pueda tener mucho futuro, tal vez una alternativa al decadente pop punk tan presente en estos días, sería difícil ignorar un trabajo en el cual está inmiscuido Albini, pero parte del talento de Albini es “dejar ser” al artista, y en este caso, eso significa permitir que el artista reviva el cadáver del rock independiente de los 80s, que ante los avances de la tecnología, se presenta como algo sorprendentemente primitivo y sin mucha complejidad.
El post punk inglés que tanto se negaron a aceptar los estado hundidenses (por su doble moral principalmente) y que prefirieron rebautizar como “grunge”, “alternativo” y demás calificativos, a pesar de ser esencialmente lo mismo, es el principal elemento de la música de estos cuates, que si bien, no está mal hecho, ni mal ejecutado, ni mal grabado, carece en realidad de un sonido original, o por lo menos significativamente relevante que les pudiera por lo menos dar una oportunidad, one shot, como algunos tuvieron, como los Strokes la tuvieron reviviendo el espíritu de la Velvet Underground
Como dicta uno de los diálogos de David Lynch, en Lost highway, "Prefiero recordar las cosas a mi manera" y no como en realidad sucedieron.
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