John Cale-Paris 1919
“Nada me asusta más, que la religión con entrega a domicilio” diría John Cale en Hanky Panky Nohow, una de las piezas más hermosas hechas por el alguna vez compañero de grupo de Lou Reed, cuando Cale dejó a los Velvets, se dice que se llevó las tendencias artístico-destructivas del grupo, pero Cale jamás hizo un disco abrasivo como White Light / White Heat, Cale se dedicó a crear obras que buscaban un fino equilibrio entre el pop y la música clásica, retomando sus raíces europeas y buscando un nivel de intelectualidad que lo pusiera en un mismo nivel literario que el que buscaba Reed, por cierto Reed, si hizo discos abrasivos, despedazando por una lado la teoría anterior.
Hanky Panky Nohow es un “dulce” hecho música, tal vez una de las primeras muestras de la admiración que Cale sentía por el “Beach Boy mayor”, Brian Wilson y de la cual más adelante inclusive compondría una canción (Mr Wilson), una muestra de las habilidades vocales de Cale y la sutileza y buen gusto en la musicalización.
Paris 1919 es un disco exquisito, me atrevería a decir que lo mejor que ha hecho Cale, de la mano de Chris Thomas, uno de mis productores favoritos (quien más se ha sentado en la silla de ingeniero de sonido con Pink Floyd y con los Sex Pistols?), que le da los elementos suficientes y el enorme campo de acción para que Cale nos de un disco de “altos vuelos”, que por un lado es enormemente un trabajo con aspiraciones “literarias”, a la vez se convierte en un trabajo accesible, un disco cuya portada predominantemente blanca y con un Cale en pose reflexiva, es fiel reflejo de la música, la voz de Cale, como siempre un agasajo tomando protagonismo total en una serie de relatos intrincados , acompañados de el delicado acompañamiento, algunas veces orquestal, concebido y realizado casi en su totalidad por Cale (con incursiones claves, hay que mencionar de miembros del grupo Little Feat), quien rara vez volvería a sonar tan poderoso, tan indestructible, tan dueño de la situación (a pesar de haber hechos discos más potentes).
Paris 1919 es en cierta forma un viaje a través de Europa cortesía de la nostalgia de Cale que nos lleva de los verde campos y prados a las grandes ciudad por emerger luego de la revolución industrial, Andalucía, un canto a otra de sus añoradas tierras europeas (muchas de las historias aquí son incorrectas e inexactas, cabe mencionar, muchas de ellas basadas en recuerdos de la niñez de Cale, como en Child´s Christmas In Wales, o en relatos leídos por él, inclusive, años más tarde Cale confesaría no recordar el significado de algunas de ellas.)con un delicado arreglo de guitarra llevado a cabo en partes por Cale y otras por Lowell George, quien con sus expresiva ejecución de guitarra se convertiría en pieza clave de este disco, probando nuevamente asertiva la selección de músicos de acompañamiento para este disco de parte de Cale, Macbeth por otro lado es un explosivo boogie rock, una de mis piezas favoritas del disco y nuevamente Cale aquí se muestra inteligente, al incluir al baterista de Little Feat quien brilla por completo en una aplastante ejecución del instrumento, mientras Cale deja salir un poco de esa manía que se manifestaría más claramente avanzada su carrera.
El tema que da el nombre al disco es la delicadez clásica de Cale manifestándose por completo, el pop y la música clásica enamorándose a primera vista, (You are a ghost, la, la , la , la) se convertiría más tarde en un eco en mi mente, y porque no decirlo el nombre de este blog), si, claro, Mc Cartney metió arreglos de cuerdas en Eleanor Rigby, pero nunca lo hizo con la maestría de Cale, una en verdad poco conocida pero majestuosa pieza que no por nada le valdría a Cale una reputación de orquestador maestro y que los pondría en la silla de productor de un buen números de grupos.
Graham Greene nuevamente es Cale uniendo en sagrado matrimonio el pop y la literatura, apoyado fuertemente por un complejo arreglo de batería, y un relato un tanto intrincado nuevamente sacado a flote por un brillante coro con un omnipresente corno inglés.
Ven que en ocasiones los artistas buscan hacerse de dinero rápido editando discos con motivos navideños cuando se acerca el fin de año, Cale nunca tuvo esta intensión en 1973, cuando edito este disco, sin embargo lo convirtió en uno de mis discos favoritos para escuchar en esas temporadas, y siendo muy honestos en cualquier temporada, Cale sabiamente envuelve un sin fin de sentimientos de añoranza, esperanza y nostalgia en un disco que brilla por su sutileza y buen gusto, la obre cumbre de Cale me atrevería a apostar sin temor a perder.
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