Gonjasufi-Mu.zz.le

Ya desde las ondas recalcitrantes de White Picket Fence, sabemos que esta es una aventura muy diferente para Gonjasufi, el cuate este con la pinta de “rastafari”, y con el rollo de la espiritualidad a flor de piel, lamentablemente quienes esperaran algo similar a su dinámica colaboración anterior con The Gaslamp Killer, necesitarán buscar eso en otra parte, ya que esta vez Gonjasufi, habitante del desierto de las Vegas, viene solo.

Se que muchos dirán “otra vez va a mencionar a Dj Screw” y la verdad es que si, el impacto fundamental que el dj tejano ha tenido sobre la música es cada vez más omnipresente, escuchando White Picket Fence podemos establecer paralelos con la nebulosa y reptante música de Screw, y con  la humeante y alucinada producción de Lee Scratch Perry, además con Gonjasufi ya saben, el rollo espiritual juega un papel importante, más parecidas a mantras que a canciones, sus temas van fluyendo de manera no lineal, y Feedin´Birds pareciera evocar un poco esas melodías místicas que nos arrojaban los Bad Brains antes de que la dinamita explotara y el hardcore nos alcanzara a todos.

Sumach Ecks (el hombre tras el pseudónimo de Gonjasufi) es un tipo muy metido en el rollo espiritual, una alma perdida en las drogas, supuestamente rehabilitada a través de la meditación y el yoga, verdad o no, no sabría decirlo, pero su música tiene ese olorcito a hierba rastafari, la cual debe o debió conocer bien, Nickels and Dimes es más activa en sus ritmos, un Bob Marley más metido en el hip hop y en el soul, que en reggae para ponerlo en términos más sencillos.

Que si el disco es de muy corta duración, si, si lo es, menos de 30 minutos, lo cual para la generación Tumblr y Twitter, podría ser bastante, largo, ya saben los chicos lo quieren corto y rápido, como una petición de muerte, algo que sin embargo nos va dando una nueva manera de hacer música, nuestro tiempo se acorta, cada vez tenemos más acceso a la información, debemos absorberla rápido y pasar a lo siguiente, tal vez por eso algunos de los discos más exitosos últimamente son de corta duración, que si volveremos a la cultura pre – 60s?, no lo sé, el sencillo es algo que aún no se adapta a los fines artríticos y sigue siendo territorio meramente comercial, pero los ep´s siguen siendo parte fundamental del “underground” y de la independencia, de las tácticas ágiles de guerrilla, del hit & run.

Rubberband es sencillamente genial y arrebatadora, con sus percusiones sampleadas de batería de 2 centavos, pero que explotan en el momento justo con su mezcla de psicodélia, soul, funk y hip hop, y esa manera de vocalizar de Gonjasufi sencillamente turbadora y oscura, uno de esos discos para cuando los asistentes comienzan a retirarse, el alcohol empieza a terminarse y la noche empieza a dar paso al amanecer.

Editado en Warp, disquera de vanguardia muy metida en el rollo de la electrónica, no es de sorprendernos que Gonja nos recete este disco sencillamente extraordinario, bien filtrado a través de incontables sentimientos de nostalgia, melancolía, soledad, post-todo, bien en la onda del buen Scratch Perry, pero sin el saborcito del reggae, sólo el dub.

Timeout nos trae a la mente otro weirdo total, sólo basta imaginarnos un poco al buen Capitán Beefheart transformado a la religión rastafari y producido por Screw, una especie de canto dub, con la destartalada voz del Capitán, teclados “idos”, al estilo de The Caretaker y el hip hop lento y reptante, un disco fascinante que va directo al punto, sin ninguna desviación, Gonjasufi va directo a la yugular con un sonido único, mutado de infinidad de fuentes, con un Skin que en momentos me pareciera escuchar un poco de esos coros oscuros de los Beach Boys de la era Smile, un canto bastante fúnebre, más de lo que los BB pudieron alguna vez ser, The Blame podría ser lo más accesible, pero la melodía y la interpretación son tan decadentes que sería imposible pensar en que esto pudiese llegar a la radio.

Un disco único en dónde Gonjasufi nos da una muy peculiar interpretación, samples sacados al parecer de otras épocas, y una producción en realidad oscura y alucinante, un mal viaje que seguramente les pondrá a girar la mente, sin daños cerebrales que pudieran presentarse a posteriori, la música es mi droga, disfrútenla.

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