Entombed-Left Hand Path
Lo que me terminó resultando más agradable que nada en los inicios del Death Metal sueco, fue que la influencia principal del movimiento, por inverosímil que pueda resultar, no era el heavy metal, sino el punk, de ahí su distintivo sonido, mucho más crudo que el Death Metal que se estaba haciendo en los Estamos Hundidos de Amnésica, el cual de alguna manera estaba entrando en una nueva era de profesionalización, y de progresiva mejoría en la técnica, el legendario Morrisound estudio en Florida se había convertido en la “meca” del Metal extremo y sus producciones cada vez brillaban más con su fino detalle y compacto sonido, algo que definitivamente no fue muy bien aceptado por los fans europeos, muy acostumbrados al sonido crudo y sin pulir de gente como los Venom, los Hellhammer y en mayor parte Bathory (precisamente de Suecia).
Nada me preparó para aquel sonido de guitarra, una sierra eléctrica atravesando asqueroso fluidos, es la única manera en que pudiese describir ese sonido logrado por los suecos de Entombed a través de años de experimentación, de adoración del hardcore punk y de actos extremos como los ya mencionados Bathory, pero Entombed no era una banda cualquier de Death Metal, adoradores por igual de Discharge, Sonic Youth, Slayer, Motorhead, GBH, los Misfits, Repulsion y Kiss, la banda desplegó un singular ataque rabioso del Death Metal más crudo que se pueda recordar en su época, editado en el año de 1990, que manera de recibir los 90s, por parte de la Earache , disquera inglesa que en aquellos años nos destrozó los oídos a muchos con un extenso catalogo de los sonidos más extremos y originales del plantea, bandas que rara vez sonaban una igual a la otra y en dónde el gore de Carcass, el grindcore de Napalm Death, el industrial extremo de Godflesh, el death metal altamente técnico y denso de Morbid Angel y el cyber death de Nocturnus encabezaban uno de los mejores “rosters” que una disquera pudiese tener y entre ellos estaban los Entombed.
Entombed no eran principiantes precisamente, habían iniciado su carrera como Nihilist y luego de hartarse de su vocalista lo echaron y reiniciaron su carrera como Entombed, el sonido, “ese sonido” tan característico de la guitarra lo había desarrollado por años y bandas como Unleashed (dónde estaba su viejo vocalista), Grave y Dismember también lo compartían, Left Hand Path además de nombrar el disco es la pieza con la que abre, decir “dinamita pura” es un gran cliché, pero en este caso no lo es, es la carta de presentación original de la banda
“What man has created, man can destroy, bring to life, that day of joy…” gritaba Lars Goran Petrov, vocalista de la banda, y son palabras que al día de hoy no puedo olvidar, siempre las tengo en mi mente, un gancho muy bien arrojado que al día de hoy me tiene cautivo y que seguido vuelvo a la pieza para escucharla y disfrutarla nuevamente, porque eso es algo que tengo muy presente con respecto a la música de Entombed, realmente SABIAN escribir canciones, sabían como engancharte, no era como se dice “all guts and no fun”, era un hecho que la banda tenía piezas musicales repletas de energía, poder e ingenio, construían sus canciones de una manera compacta, ágil e interesante, los temas, las tonadas, las melodías, las letras permanecían en la mente mucho tiempo después de que se terminaba el disco, y esa imagen del grupo al lado de una cruz enorme, siempre me ha perseguido.
Entombed eran verdaderos rocanroleros que habían ido hasta los extremos más bestiales del genero, pero que habían sabido mantener eso que los veteranos llaman “swing”, sus canciones te movían, te sacudían y no te soltaban hasta terminar, tal vez por ello la banda fue evolucionando a un sonido más…no accesible, tal vez más compacto, más intenso y un tanto menos crudo, Death n Roll le llamarían algunos, un hecho es que la banda era mucho, mucho más que una simple banda de Death Metal y que su imparable energía los llevaría muy lejos, la banda nos traería muchas joyas más, Clandestine, Wolverine Blues (en dónde abrasan de lleno el Death N Roll), Uprising, y Morning Star (que en verdad me agrada bastante), piezas de un catalogo excelente y brutal y una banda difícil de clasificar y de descartar para el futuro, a pesar de sus más de dos décadas de existencia.
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