Valgeir Sigurdsson-Architecture Of Loss (2012)

Valgeir Sigurdsson-Architecture Of Loss (2012)

Si habláramos de la llamada Bedroom Community, disquera y colectivo en el que participan gente como Ben Frost, Sam Amidon, Nico Muhly y Valgeir Sigurdsson, tenemos que darles un sitio bastante importante, ya que su misión desde sus inicios ha sido caminar en la muy delgada línea en la que alguna vez transito gente como Philip Glass, una línea muy delgada que se situaba justo en medio de la música clásica moderna y la música popular de vanguardia, en su caso propio, Glass formó parte de la avanzada minimalista, propuesta por otros como Steve Reich o Michael Nyman, y a su vez, situarse en un territorio muy cercano a gente como Robert Fripp, Brian Eno e incluso, David Bowie.

Ahora regresando a la BC, tenemos a su cabeza principal, Valgeir Sigurdsson, el hombre que le ha producido discos a gente como Bjork, Bonnie Prince Billy y el mismísimo Ben Frost, y es aquí dónde Sigurdsson se lanza al abismo y comienza a crear obras de su propia autoría y es justo dónde además de producto, lo podemos escuchar como compositor moderno, poniéndose en un puesto privilegiado, con conexiones bastante fuertes establecidas hacia ambos mundos anteriormente descritos.

Architecture Of Loss es su tercer disco, disco en el que se apoya fuertemente en su amigo y compañero de la BC, el genial Nico Muhly, quien valientemente se hace cargo de los pianos en las grabaciones de estas composiciones de Valgeir, las cuales no sólo se basan en sendos pianos, sino que también poseen una fuerte inclusión de elementos de conjuntos de cuerdas, los cuales poseen una áspera característica que Valgeir aprovecha inteligentemente para crear fuertes contrastes y opresivas atmósferas como en el primer tema, Guard Down, o para crear extrañas introducciones, como en The Crumbling en dónde la base es proporcionada por el piano de Muhly, el acompañamiento lo da una tenue melodía de cuerdas y el inquietante contexto lo dan misteriosos sonidos rasposos extraídos de esta misma, s aquí dónde la composición de Valgeir adquiere curiosos tonos melódicos y dramáticos, con unos apuntes exactos por parte de Muhly, lo que le permite a la pieza avanzar y expandirse.

World Without Grand es una pieza que muestra los niveles de tensión creativa que Sigurdsson es capaz de alcanzar, sumados a una inusual inclusión de percusiones, Valgeir consigue una pieza que posee un ritmo y una cadencia, así como una marcada inclinación al drama, a al emotividad, hasta aquí poco o nada hemos visto de su faceta como productor electrónico, y mucho de su talento para transmitir sonidos que crean increíbles imágenes, si bien, Valgeir se aparta de los tonos abrasivos y sonidos cercanos al noise, usados por gente como Ben Frost, comparte con el su tendencia al drama, a las imágenes y al poder de los sonidos.

Between Moments brilla impulsado fuertemente por el talento ejecutivo de Muhly, quien pulsa las teclas correctas con el sentimiento adecuado y se suma a la melodía de violonchelo destinada a partirnos el corazón, ese corazón que parece ser el elemento principal de las composiciones de Sigurdsson quien rara vez retoma la electrónica, salvo por salvajes momentos en los que distorsiona el sonido y lo muta, como en esta pieza, en dónde repentinamente las acciones se intensifican de una manera inesperada, pero interesantemente, convirtiéndola en una de las piezas claves de la grabación.

Guardian At The Door continúa el disonante tono alcanzado por la pieza anterior, con algunos bajos electrónicamente tratados en el fondo para crear una amenazadora base, Sigurdsson caprichosamente destruye el sonido a través de feroces ataques de ruido, como Frost hizo, exitosamente en su By The Throat.

Valgeir crea en este Architecture Of Loss un disco único, un secreto que se mantiene durante todo el disco, que solamente se revela a algunos enterados del tema, es un disco de composición moderna que se disfraza de disco pop sólo en su producción, que es inmediata, pero que carece de cualquier noción de querer ser comercial, Sigurdsson protege perfectamente bien su integridad artística, con una espinosa sección de cuerdas, un enigmático piano (como en Plainsong, en dónde Muhly se pone fantasmal en plan The Caretaker) sus casi impenetrables inyecciones de electrónica caótica, de la cual, irónicamente, Sigurdsson nunca pierde el control.


Comments

Popular Posts