Give Me Something To Believe In o Tell Me Lies, Tell Me Sweet Little Lies…

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México se encuentra actualmente inmerso en una fiebre de conspiraciones, o serán vulgares chismes o la continuación de aquel juego de la niñez: “El teléfono descompuesto?”, No recuerdo haber vivido durante mi niñez o adolescencia en un país así, si tratara de recordar algún evento que lo disparara tendría que irme directo al asesinato de Luis Donaldo Colosio, ocurrido en una calurosa tarde de marzo, en que terminaba mis exámenes finales en la universidad, un evento de proporciones cercanas a lo sucedido en el vecino país del norte, años atrás, con el asesinato de John F. Kennedy, a partir de aquel triste y lamentable suceso acontecido en las tristemente celebres Lomas Taurinas, nos convertimos en un país de conspiraciones, perversas maquinaciones, manipulaciones siniestras de maquiavélicas proporciones realizadas por un poder “tras el poder”.

A partir del asesinato de LDC, muchos aprendimos sobre los “complojs o los comflocs,” como dice AMLO, que si fue un grupo de individuos en equipo bien coordinados los que le habían puesto fin a la vida de LDC, en una compleja acción orquestada que incluía “clavadistas” que detuvieron su camino para centrarlo en la mira de otros tiradores, mientras otros detenían a la gente para abrir espacio, que si Mario Aburto, finalmente señalado como asesino único, era otro distinto al que habían presentado (ya sin bigote y con pelo recortado), que si Carlitos había estado detrás de todo, luego de un celebre discurso en que Luis Donaldo, aparentemente rompía con él y con el PRI, políticamente hablando, creando la figura del villano mayor en Carlitos, que aún al día de hoy continúa detrás de todos los males del país, controlando no sólo a los principales jugadores políticos, sino también nuestros destinos y nuestras vidas desde un pub en Irlanda.

Que si Carlitos había planeado el “error de diciembre”, para supuestamente marcar el fin del PRI, y posteriormente poner las bases para su nueva jugada, una “supuesta” transformación del país, “orquestar” una alternancia en el poder, comenzar a apoderarse del PAN, principal partido de oposición de la época, llevarlo al poder y continuar manipulando así al país, que si el PRI y el PAN eran dos caras del mismo poder (PRIAN dirían algunos), es otra teoría de conspiración de alcances monumentales, difíciles de comprobar, pero que continua quitando el sueño a más de uno.

Que si después el gobierno de Fox se había aliado con uno de los grandes carteles para poner fin al sangriento nuevo cartel que estaba por formarse, que si Calderón había orquestado todo lo de la guerra contra el crimen como una excusa para poner obtener mayor apoyo armamentista y poner al ejercito en las calles, facilitando y preparando el escenario para convertirse a si mismo en un dictador!!! No tienen ni la menor idea de cuantas veces escuche esto!, y la verdad nada me hubiera dado más gusto, las democracias a veces no avanzan, y el 1,2, del PAN la verdad, desde mi punto de vista habían hecho un verdadero cambio, habían puesto las bases muy firmes y comprobables para el futuro del país, si bien, Calderón fallo miserablemente en el tema de la seguridad, y en el tema de la creación de empleo, su gobierno manejo de manera brillante las variables macro económicas, en una forma inédita en más de 50 años.

Pero los fanáticos de las teorías de conspiración pecaron de ingenuos al pensar  que todo cambiaría en 12 años, que podíamos dar reversa a 70 años de una dictadura perfecta que había enriquecido a pocos y empobrecido a mucho, si tanto hemos apelado a nuestra inteligencia y lógica esto hace algún sentido? No se tardaron los japoneses casi 50 años en alcanzar un nuevo auge luego de empezar de cero?

Las conspiraciones continúan en este nuevo periodo de gobierno, no se acabaron con la salida del PAN, que si la muerte de gente cercana a Calderón fue provocada con el fin de menguar el poder del PAN, nuevamente planeado por los poderes del más allá, para aparentar un nuevo cambio, que sin EPN vendió el país al narcotráfico a cambio de de la presidencia, que si la reforma laboral esclavizara a la clase trabajadora y que si la reforma educativa dejará sin empleo a los maestros, por si fuera poco están esas teorías que dicen que si el “Lazca” sigue vivo, y que si Jenni Rivera no murió y esta secuestrada u oculta en algún lugar.

Diría Robert Anton Wilson que si todas las teorías de conspiración fuesen ciertas, tendríamos material suficiente para un buen libro, tal vez no uno de mucho valor cultural, pero si bastante entretenido.